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A propósito de lo relatado anteriormente en un pueblo de Extremadura como es Aliseda, ejemplo de las imperfecciones de nuesta democracia al elegir a sus representantes mediante la coacción de los denominados partidos bisagras, paso a relatar lo sucedido en un pueblo de Guadalajara donde una fuerza política con dos candidatos pretendió la alcaldía y la vicealcaldía pasando por encima del partido más votado con 7 candidatos elegidos. Sirva como plano de situación los resultados de las votaciones: 7 del PSOE; 1 de Unidas Podemos; 5 del Partido Popular; 1 de VOX y 2 candidatos elegidos de un partido bisagra e independiente.
Sin restar un ápice de mérito al nuevo alcalde del PP que ha renunciado a su salario, es obligado relatar las negociaciones poselectorales por ser sintomáticos a la vez que frecuentes los cambalaches para conformar un gobierno municipal.
Es obvio y patente en mis letras que en absoluto simpatizo con el ideal socialista, a nivel nacional criminal y degenerado, pero admito que en los pueblos y municipios existen buenas gentes, de seguro equivocados en el partido que militan, como Ayuso en el PP de Feijóo, provistos de conciencia y moral con intención de mejorar las vidas de sus conciudadanos. Así ha sucedido con la edil cuya ya pasada gestión al frente del ayuntamiento resultó satisfactoria eficaz y bienintencionada.
La alcaldesa del anterior ejercicio llegó a pensar que con sus 7 representantes podía repetir mandato al ser la lista más votada y contar con el apoyo de los dos candidatos independientes. Sin embargo, no previno las desmedidas ambiciones de los candidatos-bisagra quienes presos de una insana euforia poselectoral y perdiendo el norte de la ética y del elemental significado de la democracia, presuntamente exigieron como condición la alcaldía y la vicealcaldía sometiendo a chantaje la voluntad popular. Al no aceptar semejante brete que viola las más básicas nociones de la moral democrática, los dos independientes negociaron con el PP y VOX para arrebatar el ayuntamiento a los socialistas. Que es un supuesto legal, la presión de las minorías para coaccionar a la mayoría que decide la ciudadanía, no hay duda dada la mano ancha del sistema para facilitar malabarismos en las negociaciones poselectorales, pero el gesto de esos candidatos independientes que intentaron apropiarse de una alcaldía y una vicealcadía siendo los menos votados, es una evidencia de que en pleno siglo XXI la picaresca del Siglo de Oro permanece en auge sin el menor atisbo de reflexión por la vergüenza.
Así no espera el ciudadano que se use el voto para especular con el destino de un ayuntamiento. Lo sucedido en este municipio de Guadalajara explica las deficiencias de una ley electoral que favorece la influencia de las minorías por la omnipresente ley d’hont en detrimento de la voluntad de la mayoría, y explica que un desgobierno Frankenstein por la unión de fuerzas políticas sin apenas representación demográfica multiplique sus efectos hasta el punto de facilitar un engendro de gobierno sanchista. Las pasadas elecciones municipales brindan muchos casos de oportunismo que se multiplican salvajemente por la porfía izquierdista que buscan a la desesperada seguir disponiendo de las arcas del Estado al antojo del latrocinio más sectario. Si en municipios de baja población se las gastan como si no hubiese un mañana, imaginen qué no será capaz el fullero Sánchez, los 17 partidos de garrapatas añadidas en SUMAR, los comegambas y los independentistas para seguir saqueando el erario público a voluntad. Las promesas electorales con visos funcionales de incumplimiento, como brindar 20.000 euros a los votantes de 18 años, entre otras, deberían ser delito penal.
Aliseda o este ejemplo de un pueblo de Castilla- La Mancha son un somero ejemplo de cómo algunos de los 400.000 políticos de profesión buscan mantener innúmeros privilegios a nuestra costa importando un bledo la voluntad en las urnas, cuando ahora llega el 23 J que pretende ganar a toda costa el más aborrecido trilero con el fin de no desmontar los multimillonarios chiringuitos y no dejar su propia inmundicia al descubierto. Y a este paso, con la desunión de la supuesta derecha liberal que desprecia la mano tendida de VOX, hasta lo consigue el malnacido. Imperfecta y mísera democracia española, municipal, autonómica y nacional en estado puro.
Autor
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Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Por favor, dejen en paz la palabra «somero» mientras no se enteren de lo que significa en realidad.
La tristeza sí puede ser somera dado que la riqueza del castellano permite el uso irónico de múltiples acepciones con flexibilidad en sus significados. Son muchas las figuras estilísticas que permiten considerar el lenguaje como un instrumento creativo, lejos de anquilosar el sentido de las palabras usadas en diferentes contextos. Del mismo modo que se puede ser imbécil superficial, someramente, o mero imbécil, relativo en este caso a la pureza de la imbecilidad.
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