20/05/2024 18:07
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La aseveración de Hamlet en su conocido monólogo se convirtió, desde el día de su estreno, en la referencia universal para abordar la corrupción política y moral de un país, independientemente del régimen político que tuviera.

El nivel de corrupción está tan extendido y aceptado, consciente o inconscientemente, que la propia vicepresidenta sostiene en sede parlamentaria, a una pregunta de la oposición, que el gobierno no tiene ningún plan para restituir la credibilidad de las instituciones del Estado: “no hay que restituir lo que nunca ha existido”. Estoy de acuerdo con ella, pero el cargo que ocupa la obliga a dotar a esas instituciones no creíbles de un sesgo constitucional y democrático, no a vivir de ellas.

Esta señora vive en pleno descaro a lo que significa un parlamento democrático. La prepotencia y el abuso de poder del que se hace gala, encuentra en ella la propagandista ideal de los desafueros. Sí trasmite el poco respeto que tiene por los ciudadanos gracias a su carencia de ideas utilizables, aunque sus lapsus sirven al menos para regocijar a un parlamento demasiado crispado.

Sobre los temas políticos de su competencia, ejercita un mutismo muy revelador, si el asunto presenta matices que rozan o vulneran la ley. Ante las filtraciones de la fiscalía anticorrupción a la abogada de UP, permanece impasible. Lo que, por otra parte, es perfectamente coherente con el desempeño de su jefe de filas, cuando afirmaba que el asunto de Delcy Rodríguez lo había conocido por la prensa. Teniendo en cuenta que tanto Ávalos como Iglesias están en su gobierno, podía indudablemente haberse informado por ellos de manera directa.

Está meridianamente claro que a Sánchez este tema de Barajas – maletas – búsqueda de la Interpol – narco tráfico y blanqueo, no le preocupa lo más mínimo. También puede ser que esté esperando ver si la prensa le ofrece más datos. O quizás, quiera dedicar todo el tiempo del que dispone en contar los fallecidos por la pandemia. Es sorprendente y muy singular que todo un doctor en Económicas tenga tanta dificultad en contar.

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La guinda de esta deplorable situación para España nos la ha ofrecido el último Consejo de Seguridad Nacional, presidido por el jefe del Estado. No sabemos lo allí tratado, pues para eso es secreto, pero el asunto más acuciante para nuestra Seguridad Nacional son las vinculaciones del vicepresidente con: Maduro, Delcy Rodríguez, Correa, Dina Bousselham, Teherán, Venezuela, Marruecos, paraísos fiscales y un largo etc. Nuestro flamante líder de UP ha estado a sueldo de potencias extranjeras. Esa relación una vez establecida no se rompe fácilmente y el tema Barajas es buena prueba de ello. Si Sánchez le deja al CNI que se lo explique, lo van a hacer más completo y mejor que la prensa de la que se alimenta. Para el presidente también este es un asunto menor, pues le ha facilitado a Iglesias la mayor habilitación de seguridad que existe en España, liberándole del examen que pasan todas las personas a las que se les concede.