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1968. Pedro Barrié de la Maza Conde de FENOSA y su esposa Carmela Arias, posan con el monumental Trofeo instituido por el gran empresario coruñés.

En la tarde del domingo 25 de agosto de 1968, presidido por el Jefe del Estado Generalísimo Franco, se disputaba en el estadio Municipal de Riazor la primera edición del Trofeo Conde de Fenosa, promovido por el banquero y empresario coruñés Pedro Barrié de la Maza, con el único objetivo de ayudar al equipo de su amores, el Real club Deportivo de la Coruña, que lo jugaría en todas sus ediciones.

El trofeo, hecho en plata y oro, estaba valorado en unas trescientas cincuenta mil pesetas de las de los años sesenta. En él estaban representados  cuatro postes con los símbolos de la energía eléctrica. En el centro figuraba un balón y en la parte superior unos ángeles sostenían una corona ducal.

Se remataba la elegante copa, que medía 1,50 metros, con la torre de Hércules,  característico emblema de la ciudad, en medio de las llamas de la antorcha olímpica. Realizado en los talleres santiagueses de la prestigiosa  joyería Malde. el trofeo, para deleite de los coruñeses, se expuso, unas semanas antes de disputarse, en los escaparates de la mueblería Cantón Grande.

Detalle de la parte superior del Trofeo conde de FENOSA.

Esta primer edición en formato triangular, la disputarían el Real club Deportivo de la Coruña, el Racing de Avellaneda de Buenos Aires y el Flamengo de Río de Janeiro. En la tarde del sábado día 24 se enfrentaron Racing y Flamengo. Los bonaerenses derrotarían a los cariocas por dos tantos a cero, ganándose así el derecho de disputarle la gran final al Deportivo de La Coruña.

El Generalísimo Franco llegó a Riazor, acompañado de su esposa Carmen Polo y el Jefe de su casa Militar, Teniente General Castañón de Mena. En la puerta de entrada al palco presidencial le esperaban para cumplimentarle  los ministros de la Gobernación Teniente General Alonso Vega y de Marina Almirante Nieto Antúnez; los Condes de FENOSA Pedro Barrié de la Maza y Carmela Arias y Díaz de Rábago; el delegado Nacional de Educación Física y Deportes, Juan Antonio Samaranch; capitán general de la VIII Región Militar, Teniente General Angosto Gómez-Castrillón; Capitán General del Departamento Marítimo de El Ferrol, Almirante Lostau  Gobernador Civil de la Coruña, Prudencio Landín; Alcalde de la ciudad Demetrio Salorio Suárez; presidente de la Diputación provincial Rafael Puga Ramón; presidente de la Federación Española de Fútbol, José Luis Costa;  presidente del Real club Deportivo de la Coruña, Antonio González, el seleccionador nacional de futbol, Eduardo Toba,  así como otras autoridades civiles y militares de La Coruña.

A la llegada del Caudillo al estadio de Riazor, lo que sucedió a los acordes del Himno Nacional, interpretado por la unidad de música del Tercio Norte de Infantería de Marina, que amenizó los prolegómenos y el descanso del encuentro con su airosas marchas y pasodobles, los casi cuarenta mil  aficionados que abarrotaban  el estadio prorrumpieron en una ovación que se prolongó durante varios minutos  y gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!, que emocionaron  al Caudillo de España, ovación que después de pasados unos minutos volvió a repetirse en honor al Conde de Fenosa, en señal de agradecimiento por la creación  de ese monumental Trofeo que llevaba su nombre y que había puesto en marcha para mayor honra y prestigio del Real club Deportivo.

Con los dos equipos y el trio arbitral formados en el centro del terreno, fueron Interpretados lo Himnos Nacionales de Portugal, en honor del colegiado lusitano Campos, que dirigiría el encuentro, Argentina, y España. Los equipos alinearon de la siguiente forma: Racing de Buenos Aires: Cejas; Juan Carlos Díaz, Dinarte, Savay; Rubén Díaz, Cominelli; Rully, Maschio, MartinoIi. Raffo y Salomone.  Deportivo de la Coruña: Mendieta; Madir, Gaona, Domínguez; Loureda, Manolete; Cortés, Juanito, José Luis, Morilla y Beci.

1968, Real club Deportivo en uno de sus encuentros de aquella temporada. De izquierda a derecha: Mendieta; Madir, Gaona, Domínguez, Sertucha, Luis, Agachados: Cortés, Loureda, José Luis, Cervera y Beci. 

El encuentro resultó muy emocionante. El Deportivo de La Coruña, en el que hacían su presentación  el guardameta Mendieta, los defensas Madir y Gaona y los delanteros Cortés y Juanito,  adquiridos en el transcurso de esa nueva temporada, jugó un excelente  partido, con mucha fuerza y rapidez, obligando a  los argentinos a recurrir  en ocasiones al juego duro, defendiéndose a duras penas. El guardameta argentino  Cejas, fue sin duda la figura del encuentro al intervenir con acierto en innumerables ocasiones. También Mendieta tuvo una labor lucida.

El Racing de Buenos Aires demostró su categoría, pero esta vez no pudo imponer del todo su juego, aunque su sistema de cierre en defensa con unos excelentes Rubén Díaz, Dinarte y Savay, siempre bien colocados y atentos, fue insalvable para el Deportivo, sobre todo en la segunda mitad, donde tuvo innumerables ocasiones para desnivelar la contienda, gracias a las excelentes paradas de Cejas, en unos casos, y la  falta de fortuna en  otras jugadas, impidieron la obtención de un gol coruñés. Los argentinos lucieron una exquisita técnica y demostraron que por algo eran los campeones del mundo de clubes, título logrado tras derrotar al campeón de Europa de 1967, Celtic de Glasgow. Pero el Deportivo de La Coruña, le plantó cara, realizando, un extraordinario partido y no solamente sostuvo el duelo de tú a tú con los argentinos, si no que llegó a superarlos en muchas fases del encuentro.

El tiempo reglamentario terminó con igualada a cero goles. Tampoco se movió el marcador en la primera prórroga, Concluida la misma, se dio paso a una segunda prórroga de media hora, que finalizaría cuando alguno de los dos equipos logarse un tanto, En el minuto diez, en una internada de Salomone, este, aprovechando una indecisión de Manolete, disparó raso, cruzado y con fuerza, que ni Gaona primero, ni Mendieta después, pudieron atajar. El balón se alojó en la red coruñesa, finalizando de esa forma el maratoniano y extraordinario encuentro con la alegría indescriptible por parte de los argentinos.

1968 El Caudillo de España  Francisco Franco, entrega al capitán del Racing club de Avellaneda, Cejas, el primer Trofeo Conde de FENOSA.

En el Racing de Avellaneda destacó sobre todos el guardameta Cejas, vital para que su equipo no saliese de La Coruña derrotado. Junto a él, los defensas Juan Carlos Díaz, Savay y Rubén Díaz; el trabajo en medio campo de Rully, Maschio y Quique Wolf, que sustituiría a Martinoli,  y la peligrosidad en el ataque de Cárdenas y Salomone. En el equipo coruñés Manolo Loureda, que esa noche hacía su presentación como medio volante, fue sin duda el auténtico motor de un excelente equipo, donde sobresalieron también los extremos Cortés y Juanito, el defensa Madir y el guardameta Andrés Mendieta, El colegiado portugués Campos tuvo una discreta actuación, no queriendo ver,  en el segundo tiempo de la primera prórroga, un penalti  a Cortés por un claro empujón de un defensa argentino, que fue muy protestado por el público.

Al final el  Caudillo de España y el conde de Fenosa hicieron entrega del monumental Trofeo al capitán del Racing de Buenos Aires, Cejas, entre una clamorosa ovación del público, que se extendió cuando el Jefe del Estado abandonó el estadio de Riazor. La Junta organizadora regaló a los otros dos equipos participantes, Deportivo de La Coruña y Flamengo  de Río de Janeiro, unos gigantescos potes gallegos realizados en plata. Los jugadores argentinos pasearon el trofeo por el césped entre los aplausos del público coruñés.

  1. Los jugadores del Racing de Buenos Aires con el monumental Trofeo Conde de FENOSA.

Aquel cariño que Pedro Barrié de la Maza sentía por el Real club Deportivo se manifestaría de nuevo en 1972, en que su viuda Carmela Arias y su hermano Joaquín, presidente del comité organizador del trofeo, en un gesto de desprendimiento, cumpliendo la voluntad del desaparecido Pedro Barrié de la Maza, regaló al Deportivo,  que presidía, Antonio González, el local donde estaban ubicadas las oficinas del Trofeo Conde de FENOSA, en la céntrica plaza de Pontevedra actual sede del club.

Ante la llegada en 2007 de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros, ley de Memoria Histórica, más bien histérica, hoy corregida y aumentada con la ley de memoria democrática otra ley anticonstitucional, aberrante, soviética, que ataca la libertad personal, sobre la figura de Pedro Barrié de la Maza se ha tendido un manto de silencio, olvido e incluso de injuria, solamente por ser un español de bien, sin lugar a dudas el gallego más influyente en el desarrollo industrial y económico de Galicia en el siglo XX, y amigo personal y colaborador de Francisco Franco Bahamonde. 

La modestia, su afán emprendedor y su amor a La Coruña fueron los ejes que marcaron la vida Pedro Barrié de la Maza. Hijo del banquero Pedro Barrié Pastor y de Amalia de la Maza, nacido en 1888, en el número 19 de la Plaza de María Pita de La Coruña, se le pondrá en la pila bautismal los nombres de Pedro, María, Leopoldo, Ramón y Lázaro.  Desde muy pequeño al fallecer su hermano, ocupará en su familia el lugar de hijo único. Estudiante  distinguido, realizó el bachillerato con muy buenas notas. En octubre de 1903 ingresó en la escuela de comercio, donde permaneció por espacio de dos años.

En 1905, sin cumplir los diecisiete años, sus padres deciden enviarle a Inglaterra. Su estancia en la húmeda capital inglesa se prolongará hasta 1908, en que se trasladó a Alemania para examinarse de nuevo de sus estudios de comercio. En la ciudad de Lubek, encontrará empleo como trabajador de una casa de importación y exportación. Allí, en Alemania, tendrá oportunidad de ayudar a varios emigrantes gallegos con los que traba amistad. En 1910 salta a Francia y concretamente en La Rochelle para trabajar en una agencia portuaria.

El 6 de noviembre de 1911, Perico, como le llamaban cariñosamente sus padres, regresa de nuevo a La Coruña. Ha pasado  por Europa adelante seis años y cuatro meses. Lo primero que le dice a su padre, nada más llegar, en que quiere conocer tan bien Galicia y España, como conoce media Europa.

En 1912 comienza a trabajar como gerente de la casa Sobrinos de José Pastor. En 1916  se casa con Amalia Torres Taboada, hija del senador del reino, Eduardo Torres y futura condesa de Torre Penela. Al año siguiente Pedro Barrié es nombrado presidente de la Compañía de Tranvías, un  medio de locomoción que le había cautivado durante sus estancias en Londres y en Alemania.

Dos años más tarde fallecerá su señor padre, quien cede la mayor parte de sus acciones en la banca familiar a su hijo Pedro, compartiendo dirección con su tío Ricardo Rodríguez Pastor, poseedor de un 7 por ciento de los títulos.

En 1925, Sobrinos de José Pastor se convierte en el Banco Pastor y Pedro Barrié, ocupará el puesto de Vicepresidente. Su llegada al banco, revolucionará la institución. Nace gracias a su perseverancia el gran edificio del Cantón Pequeño, obra de Tenreiro y Estellés, que durante unos años será considerado el edificio más alto de España, hasta la llegada del edificio de la compañía telefónica en la Gran Vía de Madrid

En 1932, el general Francisco Franco es designado como Comandante Militar y General Jefe de la Brigada de Infantería con sede en La Coruña. Barrié y Franco van a estrechar unos lazos de sincera amistad que se prolongarán hasta su muerte. Es más, Don Pedro realizará, junto con otros conocidos coruñeses, labores de protección hacia el General Franco, al conocer que había sido amenazado de muerte por grupos de extrema izquierda que planearon su asesinato una tarde, tras su paso por el café Unión, en la plaza de Pontevedra o el Nuevo club situado en la calle Real, al conocer que regresaba solo  dando un paseo por el descampado de la Marina y la Dársena  de vuelta al gobierno militar, situado en la ciudad vieja, lugar de su residencia en La Coruña.

1966. Pedro Barrié de la Maza junto a su amigo el Generalísimo Franco y sus respectivas esposas Carmen Polo y Carmela Arias en el Pazo de Meirás.

El 20 de julio de 1936, se inició el alzamiento militar en la ciudad. Pedro Barrié, está ese día en la Coruña y puede observar desde su casa del Banco Pastor las luchas callejeras de los militares contra los revolucionarios. Desde el primer momento se pone de forma decidida al lado de su amigo el General Franco. Realiza importantísimas donaciones de miles de latas de conserva, grandes cantidades de agua de Mondaríz y miles de pastillas de jabón para los soldados que luchaban el bando nacional en los frentes de guerra y a través de su banco Pastor diversos donativos que ascendieron a 454.888 pesetas de la época.

Será también, coincidiendo con la primera visita realizada por Francisco Franco  a La Coruña, finalizada la guerra civil, uno de los principales promotores para regalar el pazo de Meirás al Caudillo, aportando de su bolsillo casi ochocientas mil pesetas a la suscripción popular de los ayuntamientos de la provincia de La Coruña, para su compra a la familia de Pardo Bazán.

Procurador en Cortes por designación directa del Jefe del Estado, Barrié permanecería en todas las legislaturas hasta su fallecimiento.

En 1941  crea en la ría ferrolana los astilleros ASTANO, de donde salieron en los años sesenta y setenta, aquellos gigantescos petroleros, los de mayor tonelaje del mundo. Es nombrado presidente del Real club Náutico de La Coruña donde realizará una labor encomiable.

Dos años después Don Pedro creó FENOSA, (Fuerzas Eléctricas del Noroeste S.A) industria clave y señera en la industrialización de Galicia y de la que ocupará su presidencia hasta su muerte en 1971. Con un capital inicial de cinco millones de pesetas, que pasará a cien tres meses más tarde. En su decidido esfuerzo de  dotar a Galicia de una gran producción energética, inaugura en 1963 la colosal presa de Belesar con una potencia de 265.000 KWA. Igualmente jugará un papel decisivo en la  instalación en La Coruña de la Refinería de Petróleos.

Astilleros ASTANO en la ría de Ferrol

En los años cincuenta, sesenta, no hay empresa importante en Galicia que no lleve el sello y la personalidad de Pedro Barrié de la Maza. Buena muestra son las siguientes: Aluminios de Galicia; Grafitos Eléctricos del Noroeste; Industrias Gallegas; Aguas de Mondaríz; La Toja S.A.; Fabricaciones Eléctricas Navales y Astilleras; Cubiertas y Tejados; Elaborados Metálicos; Fábrica de Envases Metálicos; Ferrocarriles de Medina del Campo a Zamora y Orense a Vigo, (M.Z.O.V); Compañía Madrileña del Alumbrado y Calefacción por Gas; Pesquerías Españolas del Bacalao; Parma S.A.

Entre 1944 y 1971 presidió la Junta de Obras del Puerto, logrando para el puerto de La Coruña,  enormes mejoras, entre ellas la gigantesca obra del Dique de Abrigo.

El Ayuntamiento coruñés lo nombró hijo predilecto en 1950, pero la entrega de título no se hará efectiva hasta 1956, buena prueba de la modestia y de lo desapercibido que quería pasar en lo concerniente a títulos y galardones.

En 1952, Pedro Barrié, enviuda, al morir su esposa Amalia, víctima de una penosa enfermedad.

En 1955 Francisco Franco, le otorga el título de Conde de FENOSA, como premio a toda una vida dedicada a crear riqueza y puestos de trabajo para su Galicia amada. Las siglas de su principal empresa sirven para denominar el condado, que una vez traducidas al gallego quieren decir Fe Nosa, Nuestra Fe, la fe de los gallegos, la fe de Pedro Barrié de ver una Galicia próspera y trabajadora. Es más, una vez concedido el título, pidió expresamente a sus  empleados que le siguiesen llamando “Don Pedro” o Señor Barrié”, pero nunca señor conde. En cambio sí daría órdenes, a partir de su nueva boda, de que su esposa fuese tratada como Señora Condesa. De su decidida voluntad y emprendimiento también nacerá el aeropuerto de Alvedro, obra inaugurada en 1963.

En diciembre de 1966 contrae de nuevo matrimonio con su sobrina Carmela Arias y Díaz de Rábago, a la que lleva 31 años, en una ceremonia que se celebró en la más estricta intimidad. El enlace  fue oficiado por un misionero destacado en Formosa, primo de la novia, que estaba pasando unos días de asueto en La Coruña. En ese año crea la fundación Barrié de la Maza para obras asistenciales, sociales, intelectuales, de investigación, para personas necesitadas y para ayudar en sus estudios a todos “los coruñeses, gallegos y españoles” de valía que no se los puedan costear.

Pedro Barrié de la Maza junto a su esposa Carmela Arias.

Uno de los logros de los que más satisfecho se sintió Pedro Barrié, fue la apertura de la escuela universitaria de arquitectura en el campus de Elviña de La Coruña.

Su muerte, ocurrida el 14 de marzo de 1971, consterno a toda la ciudad y su sepelio fue una profunda y enorme manifestación de pena y dolor.

Carmela Arias, su esposa, recibió ingentes muestras de condolencia. Una es del propio Jefe del Estado, Generalísimo Franco, que la llamó personalmente para darle ánimos y seguir la estela marcada por su marido. “Solo tiene que poseer”, le dijo Franco, “carácter y espíritu de trabajo”. “Fíjese, Carmela, el mejor ministro de Obras Públicas que tuve, no era Ingeniero”.

Carmela Arias, perpetuó de forma admirable el legado de Pedro Barrié, dejó todos su bienes a la Fundación Barrié  y hasta su muerte que se produjo en octubre de 2009, tuvo un comportamiento encomiable como presidenta de la entidad financiera y de la propia Fundación,  a la que dotó, como sede central, de un soberbio edificio, construido en el Cantón Grande e inaugurado en 1995.

Volviendo a aquel triste 14 de marzo, día del entierro de Pedro Barrié, ostentó la representación del Jefe del Estado, el ministro de Ejército, Teniente General, Juan Castañón de Mena, sobrino de su primera esposa Amalia Torres, que presidió los actos de funeral y sepultura de los restos mortales del Conde de FENOSA. 

A media mañana, la comitiva partió del domicilio del conde, en el Cantón Pequeño, hasta la Iglesia de San Jorge, cruzando las principales calles de la Coruña. La marcha la iniciaba el clero parroquial con Cruz alzada y seguía el féretro con los restos del preclaro coruñés que por deseo del ayuntamiento, presidido por José Pérez-Arda, fue portado a hombros por autoridades, concejales, directivos de sociedades, empresarios y familiares.  Tras su familia, figuraba  la presidencia oficial donde marchaba el ministro del Ejército, acompañado por las primeras autoridades de la región así como las corporaciones municipales de La Coruña, El Ferrol del Caudillo, Santiago de Compostela, Lugo y otras ciudades gallegas.

Miles de coruñeses, pese a la intensa lluvia, aguantaron las inclemencias del tiempo, para sumarse con su presencia a la gran manifestación de duelo y pesar por la muerte de un hombre irrepetible.

Asociado al sentimiento de pesar de la urbe, el comercio cerró sus puertas  a las doce del mediodía.

En el templo parroquial de San Jorge, se celebró el funeral de “corpore insepulto”. Al término del mismo la comitiva se dirigió al cementerio de San Amaro, donde los restos de Pedro Barrié de la Maza, recibieron cristiana sepultura en un modesto nicho, marcado con el número 953. En la lápida, por deseo expreso del finado, no aparecen  títulos, ni honores, solo una leyenda: “Pedro Barrié de la Maza. Pasó haciendo el bien”.

P/D: Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso  ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-,  llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.

 

ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.

Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.

 
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