22/11/2024 12:20
Getting your Trinity Audio player ready...

Intensa resultó ser la polémica derivada de un cartel que miembros de Vox fueron colocando por Madrid, antes de las elecciones a la Asamblea de la Comunidad de Madrid del pasado día 4 de mayo, en el que se comparaba el coste del mantenimiento de un mena con la cuantía de la pensión de una señora jubilada. Concretamente, la pancarta afirma que el gasto en «un mena» es de «4.700 euros al mes» mientras el de «tu abuela» es de «426 euros pensión/mes».

Un juez de Madrid entendió que la difusión del cartel no constituía un delito de odio. El Ministerio Fiscal presentó un recurso de apelación ante el auto de sobreseimiento porque la pancarta muestra a un joven «radicalizado, de piel oscura con la cabeza tapada con la capucha de la prenda que viste y con la cara igualmente tapada por un amplio pañuelo», imagen que genera «la hostilidad y el rechazo social hacia estos menores, su cosificación y deshumanización y constituye un ataque a la dignidad de todo el colectivo, lo que se ha hecho de manera pública al colocar el cartel en una de las estaciones de Metro de mayor afluencia de usuarios del servicio público de transporte». Además, en el recurso se señaló que «ahondar en la idea del coste social que supone un MENA, enfrentado al de un pensionista, cuestionándose así su carácter ético y legal, trasladando una imagen totalmente prejuiciosa de un menor extranjero y delincuente, dado que la imagen de una persona joven de piel oscura embozado y encapuchado es un concepto social común y estereotipado» y que resulta «evidente que lo buscado es la obtención de la predisposición social negativa hacia este colectivo, su deshumanización, basada en la idea prejuiciosa del carácter delincuencial de estos menores que a su vez impide la convivencia normalizada en las zonas en las que se encuentran, formando esta idea parte del discurso mantenido por algunos grupos sociales».

Más allá del interesante pero interesado debate político, habría que preguntarse la realidad de los datos. En el diario La Razón se señaló que «la Consejería de Políticas Sociales y Familia asegura que en el año 2020 se destinaron 96.100.000 € para 1.903 plazas en centros residenciales para todos los menores», dato en el que se incluyen extranjeros, españoles y los menas, pero «si dividimos esa cifra entre 12 meses, obtenemos la cantidad mensual de 4.208€ por menor, a la que hace mención el cartel», aunque «esta cuantía se destina a las asociaciones -nunca a los menores- para cubrir gastos como el salario de los agentes sociales que trabajan con los menores, el mantenimientos de los centros en los que alojan o los programas educativos en los que participan, entre otros».

LEER MÁS:  Ham y nuestro astronauta más querido. Por Juan Antonio Balsalobre

El cartel de Vox sobre los menas no ha de entenderse necesariamente como una crítica a los menores que son extranjeros, pues resulta razonable entender que los datos que se recogen en la pancarta revelan una grave falta de eficiencia en el gasto público dirigido a su mantenimiento. Obviamente, los menas no reciben ni cerca de 4.000 euros al mes, siendo cierto que algunos han realizado actividades de vandalismo y actos delictivos en algunos casos y que, por ese hecho, queda constatada una clara pasividad por ciertas instituciones encargadas de su cuidado. Por esa razón, habría que preguntarse como es posible que se inviertan más de 4.000 euros por mena cuando estos jóvenes se encuentran en una precaria situación, aunque la cuestión es fácil de resolver si se piensa, sabiendo como se funciona en España, que, probablemente, habrá muchos cobrando en las entidades encargadas del cuidado de los menas y pocos trabajando para el correcto desarrollo de las funciones que tienen encomendadas.

Autor

REDACCIÓN