24/11/2024 03:59
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La mejor manera de ser nombrado ministro es, por lo visto, saber que es Indra quien suma los votos en España y no volver a mentarlo.

Houston, tenemos un problema. Nos lo dicen en la cara: es el ordenador de Indra el que, no sólo da los “datos de la tele”, sino que da los resultados electorales definitivos. Una empresa con múltiples acusaciones de fraude en varios países, una empresa puesta a dedo por Sánchez, una empresa de inteligencia militar que lleva 30 años diseñando programas informáticos de “gestión del voto”, cuando el voto, señores, no se gestiona, simplemente SE SUMA, pues, esa empresa, que nos cuesta a cada vez unos 5 millones de euros, es la que por arte de magia transforma los resultados provisionales en definitivos.  Y pregunto ¿Hasta cuándo vamos a consentir esta farsa?

El 16 de febrero pasado, los activistas de Elecciones Transparentes estuvieron presentes durante todo el escrutinio general de Soria y, de nuevo, la misma presidenta de la Junta electoral, Doña Belén Pérez-Flecha Díaz, no sólo reconoció, sino que LE PARECÍA CORRECTO que fuera el sistema informático de Indra quien estableciera los resultados definitivos de las elecciones del 13-F.

Ni los representantes de los partidos ni, todavía menos, los españoles entienden cómo se manipulan los resultados electorales. Lo explicaré de nuevo:

El día de las votaciones, que no elecciones porque no elegimos nada, votamos en los colegios electorales y al final del recuento de las urnas, se redacta el acta de escrutinio de la mesa. Pero, a pesar de que la televisión hacia las 22 horas anuncia el 99% de escrutinio de los votos, la realidad es que es materialmente imposible alcanzar ese resultado el día de las votaciones. Los datos que se comunican en televisión son, digamos, una estimación, para ser amables, unos resultados sin validez alguna porque nadie ha podido supervisar la introducción de los datos de cada mesa  por el desconocido e incontrolable  recolector de datos que pasa por los colegios electorales con su Tablet conectada al ordenador de Indra. Y, además, esos datos introducidos sin supervisión pueden ser manipulados por la coctelera de votos del ordenador al que nadie controla. No olvidemos que Indra está especializada en el diseño de programas de “gestión de los votos”. Por tanto, la única manera de asegurarse de que los datos comunicados por las televisiones el día de las votaciones son correctos es proceder a la suma ordenada de los resultados que figuran en las actas. Esa suma se denomina ESCRUTINIO GENERAL, es decir, suma general, y debe realizarse al tercer día, sacando las actas originales de los sobres primeros y leyendo en voz alta para que todos los representantes de los partidos y el público puedan comprobar los datos y SUMAR los votos de su partido favorito.

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Ahora les voy a contar cómo se realizó en Soria el FALSO ESCRUTINIO GENERAL. A diferencia de Ávila, donde tan sólo se revisaron un puñado de actas a pedido de los partidos presentes y no se abrieron los sobres EN ABSOLUTO, terminando el acto en 17 minutos ( ver aquí el testimonio de fraude en Ávila)., a diferencia de Ávila, decía, en Soria SÍ SE MOLESTARON EN ABRIR LOS SOBRES UNO TRAS OTRO, POR ORDEN ALFABÉTICO. Pero en lugar de que fuera el secretario de la Junta Electoral el que leyera en voz alta los datos de las actas originales, tal y como manda la ley, era el empleado de Indra el que leía los datos de su ordenador, datos no controlados  que provenían de las tablets de aquellos desconocidos supuestos “representantes de la administración”.

Tal vez me vayan a decir ustedes que da igual. Pues no da igual:

Primero- se trata de leer en voz alta los datos ORIGINALES de las actas ORIGINALES para que los presentes puedan proceder a la SUMA DE LOS VOTOS DE TODA LA PROVINCIA, no se trata de leer en voz alta LOS DATOS DE INDRA.

Segundo- el que debe leer en voz alta los datos originales no es cualquiera, es alguien con responsabilidad, es un fedatario, no puede ser un simple empleado de una empresa privada ajena a la junta electoral, debe ser un juez, un magistrado o un secretario judicial quien, al leerlo, dé fe de que lo que se dice es cierto. Pero es muy cansado, señores, por eso estos empleados públicos, que cobran una gratificación de hasta 2.700 euros para el presidente de la junta electoral, prefieren que sea el empleado de Indra el que proceda a ese tedioso trabajo, incurriendo así en un fraude de ley.

Tercero- la ley electoral (LOREG) no contempla la presencia ni la participación de una empresa privada en el recuento general de los votos de la provincia, por tanto, la ley aún menos puede permitir el control de la suma electoral por el ordenador de una empresa privada y que nadie puede controlar. Otro fraude de ley.

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Cuarto- el propósito del escrutinio general no es comprobar si los datos del ordenador de Indra/datos del Ministerio del Interior son correctos, sino el proceder  A LA SUMA manual DE LOS VOTOS DE LA PROVINCIA. Y eso es, precisamente, lo que NO SE HACE EN NINGUNA PARTE desde al menos el año 2000. Pongamos que todos los datos introducidos en el “Excel de Indra” fueran correctos, el problema es que no podemos saber si los datos han sido simplemente sumados correctamente o han sido “gestionados” oportunamente para rebañar de aquí y de allá unos votos que pasan desapercibidos pero que permiten conseguir un diputado por provincia, o más de uno….

Quinto- la ley electoral no considera la necesidad de contratar a ninguna empresa por una razón muy sencilla: porque todos sabemos sumar, existen las calculadoras y los Excel y NO NECESITAMOS UNA EMPRESA DE INTELIGENCIA MILITAR que nos cuesta 5 millones de euros para hacer algo que todos sabemos hacer: SUMAR LOS VOTOS.

Pregúntense ¿para qué contratar una empresa de inteligencia militar? ¿simplemente para sumar? ¿Quién nos puede asegurar que el inteligentísimo ordenador de Indra no tiene un programa preparado para manipular los votos de manera a repartir escaños sin que se note demasiado?

Pues eso es perfectamente posible porque, tal y como se hacen las cosas hoy NADIE supervisa a Indra, por tanto nadie puede GARANTIZAR QUE LOS RESULTADOS ANUNCIADOS SON LA REALIDAD.

Lo increíble es que los magistrados, al reconocer abiertamente que la suma la controla Indra, están dándonos las pruebas de los tres delitos: falsedad en documento público (las actas), incumplimiento de la LOREG en sus artículos 103 y 104 y prevaricación, art. 404 del CP.

 

En román paladino: es INDRA QUIEN SUMA LOS VOTOS EN ESPAÑA. AÑO TRAS AÑO.

Pero ustedes sigan en su sillón dándole a “me gusta”.

Autor

REDACCIÓN