17/05/2024 21:32
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Antonio Peña, doctor en Historia y colaborador de Ñ TV, analiza en profundidad la guerra entre Rusia y Ucrania (parte I)

¿En qué nivel de enfrentamiento se hallan las superpotencias Estados Unidos y Rusia, respecto a la guerra en Ucrania?

Como ya he dejado especificado –aquí, aquí y aquí o aquí– la Cábala norteamericana, que es básicamente la secta straussiana, quiere destruir Rusia sea como fuere. Y para esto están dispuestos a llevar al mundo a un enfrentamiento nuclear. Aquí adquieren pleno sentido las palabras de Victoria Nuland con el entonces embajador en Ucrania Geoffrey Pyatt: Fuck the EU! (7 de febrero, 2014). Es decir, “que se joda la UE”.

Pero múltiples voces useñas, cada vez con más peso en la actual Administración, están a favor de la paz por varios motivos: para evitar la guerra directa, para salvar lo que se pueda de Ucrania y con ello de la OTAN, para concentrar la atención y esfuerzos militares en un nuevo frente: contra China, en Taiwan y Corea. Pero en estas circunstancias militares ¿qué implicaría una paz? La victoria de Rusia.

¿La victoria de Rusia que consecuencias piensa que podría traer?

La derrota de la OTAN -es decir, de Estados Unidos- con lo que USA perdería sus colonias, que es la Unión Europea. Ésta se independizaría y se acercaría a Rusia, e incluso no hay que descartar que pidiese entrar en el club BRICS. Esto es, sencillamente, la derrota del Proyecto Brzezinski y de la secta straussiana. Así las cosas, el planteamiento oficial norteamericano es seguir haciendo la guerra a Rusia hasta el último ucraniano. Y esto es lo que está pasando.

¿Podría concretarlo?

Veamos:

Si hacemos caso de los Documentos del Pentágono -Informe Pentágono- que se filtraron, resulta que el conflicto de Ucrania con Rusia es una causa perdida en todos los terrenos: Logística, Operaciones, Táctica, Estrategia. Ucrania no tiene personal militar. El gobierno ha recurrido al “secuestro” de hombres en plena calle, deteniéndolos y repartiendo ordenes de reclutamiento a diestro y siniestro. Y ¿en qué consiste el reclutamiento y preparación de civiles? En unos días de entrenamiento con armas ligeras.

La situación es peor de lo dicho si hacemos caso al periódico holandés De Volkskrant. Aquí se describe esta situación y se recoge el testimonio de un supuesto soldado llamado Oleksy que afirma que cuando fue reclutado todo su entrenamiento consistió en un día. Llegado al frente, su destacamento lo componían 27 soldados. Tras la primera batalla (un bombardeo ruso) sólo quedaron 8. Y esta es situación general y no caso particular.

El gobierno Zelensky ya no tiene ciudadanos ucranianos en edad militar para reclutar y está recurriendo a varones entre 50-60 años y a niños de 15-17 años, a ellos se añaden los mercenarios y los “asesores occidentales”. El artículo llega a la conclusión de que no hay posibilidad de realizar ningún contraataque.

Pero volvamos al Informe Pentágono. La artillería ucraniana ha estado utilizando principalmente los viejos sistemas soviéticos. Los 152 mm ya se han acabado, respecto a los BUK y S-300 al actual ritmo de utilización se quedará sin ellos entrado mayo. A pesar del uso artillero y aviación ucranianos, Rusia controla el espacio aéreo aunque con obstáculos. Pero una vez se acaben las pocas reservas que las FAU (fuerzas armadas de Ucrania) tiene de ese material, el control aéreo ruso será total. Si esto aún no ha pasado es por los suministros de la OTAN (principalmente de Estados Unidos y Reino Unido) de los 155 mm, pero también estos se están acabando y, lo que es peor; la OTAN está al límite de su capacidad para seguir suministrando material artillero. No hay posibilidad de mantener los niveles de suministro actuales (Javelin, Stinger, 155mm). A principios de marzo, con una reserva de unos 10.000 de 155mm, Ucrania disparaba menos de 1000 al día; mientras que el ejército ruso disparaba unos 20.000 al día. De hecho, el testimonio de Oleksy concuerda con el Informe Pentágono. El 90% de las bajas ucranianas son causadas por la artillería rusa. El cuerpo a cuerpo se deja para la limpieza que realizan los mercenarios PMC Wagner, que es la fuerza de choque principal y permite dejar al ejército regular en reserva siempre que se puede.

En cuanto a la aviación, las FAU han perdido 60 aviones de combate, que es el 40% de la cantidad anterior a la guerra mientras que Rusia tan solo poniendo en combate 500 aviones ha conseguido la superioridad aérea, cuestión reconocida por el propio The Economist con los datos del Informe Pentágono.

Ucrania depende de las municiones, armas, vehículos de combate y transporte (terrestres y aéreos) de la OTAN, incluso para su reparación (en Polonia, principalmente). Además de la numerosa aviación que puede movilizar, Rusia tiene una gran cantidad y variedad de drones, misiles de crucero y sistemas hipersónicos.

Ucrania depende de la OTAN en combustible y energía. Rusia tiene un más que amplio suministro energético.

¿A qué conclusión llega usted?

No es mi conclusión, es la conclusión de los dirigentes militares occidentales, aunque en público jamás lo reconocerán. Es la conclusión del “Informe Pentágono”, a no ser que los documentos filtrados sean falsos. Para mí tienen todas las garantías de que sean verídicos porque la información es muy detallada y coherente con los datos y las informaciones que yo mismo recibo de diversas fuentes. Además, diversos expertos en este tipo de documentación constatan que exteriormente tienen la letra adecuada, los sellos y logos y firmas adecuados; e internamente tienen los campos adecuados, la lingüística y fraseología adecuada. Por último, la Administración Biden se ha puesto muy nerviosa ante la publicación de tales documentos según los cuales:

Ucrania no tiene nada que hacer, está perdiendo la guerra estrepitosamente -y la tiene perdida- por mucho que la OTAN suministre material. Ya lo dijo hace unos meses Andrew Milburn (fundador y jefe de PMC Mozart, coronel retirado del Cuerpo de Marines de EE. UU) en entrevista a American Newsweek: las fuerzas Armadas de Ucrania pronto entrarán en colapso. La situación es muy grave.

Y todo esto se produce en medio de la corrupción general del gobierno Zelenski. Por ejemplo, ni siquiera se recogen los cadáveres de los soldados muertos y eso que los rusos quieren devolverlos. Una de las razones es que parece ser que las soldadas las reciben los comandantes que son quienes las reparten. Si un soldado desaparece y no se reporta por muerto la soldada sigue recibiéndose y se la quedan los comandantes que hacen lo que quieren con ellas. Pero es que, además, esos soldados al no aparecer como muertos las viudas y familiares no reciben pensión alguna. Ahorro gubernamental.

Cada vez más sectores sociales están comenzando a protestar. Ahí están, por ejemplo, las protestas de familiares de soldados como las Krivoy Rog; donde familiares de soldados de la 129.ª Brigada de Defensa Territorial exigen a las autoridades civiles y al mando militar que los soldados heridos sean retirados y devueltos a casa, que se vuelvan los muertos y se haga saber de los desaparecidos. También se manifiestan por la infame situación en la que los mandos militares tienen a los soldados.

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Con el estado actual de la situación lo que el gobierno norteamericano pretende es mantener la guerra lo máximo posible para desgastar a Rusia. Pero esto lo único que está produciendo es el desgaste de Estados Unidos y la Unión Europea, cuya quiebra se está viendo cada vez más claramente. Mientras, la estrategia rusa sigue invariable y está teniendo éxito militar, económico, social, político y diplomático.

¿Cuál es esta estrategia?

En la fase de intervención rusa la guerra -la cual empezó con el golpe de Estado norteamericano en Ucrania y el pillaje bélico en Dombas en 2014- se pretendió avanzar en profundidad llegando a Kiev para fijar al ejército ucraniano. Seguidamente, retirarse a posiciones defensivas y dejar que las fuerzas ucranianas saliesen de sus posiciones para comenzar una metódica destrucción de las mismas. Así ha sido toda la guerra y de esta manera conseguir el desgaste ucraniano hasta provocar el colapso. Al mismo tiempo se limitaban las bajas rusas lo máximo posible y la incidencia de estas muertes en la sociedad rusa, al dejar las acciones principales en manos del PMC Wagner y de los voluntarios rusos y chechenos. Esto favoreció poder realizar recluta parcial y entrenarla adecuadamente el tiempo necesario. La mayor parte de tales reclutas no han entrado en combate.

Por ejemplo, los PMC Wagner podían haber acabado con la resistencia en Bakmut rápidamente, pero a un costo humano y material muy alto. La estrategia general referida se pone en práctica, con las acciones tácticas: se opta por desplegar múltiples pequeñas batallas al mismo tiempo -a veces encontrando gran resistencia en focos localizados- para pasar a destruir metódicamente al enemigo, que se ve obligado a transferir continuos suministros humanos y materiales para mantenerse. De tal manera se consigue desgastar a todo el ejército y sistema económico-social-financiero, productivo y político y diplomático del enemigo (creciendo el malestar social y la desconfianza de los supuestos aliados).

¿Cómo está actualmente la situación en el campo de batalla?

El área más candente es Artyomovsk (Bakhmut) y Chasovy Yar, y la carretera O-0506 que está a punto de caer bajo control ruso. El control de esta carretera es muy importante porque conecta el área fortificada occidental de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Chasovoy Yar directamente con Artyomovsk y pasa por el pueblo de Khromovo, centro de concentración y distribución de las tropas ucranianas. Hasta ahora la O-0506 era la única ruta que se mantenía segura y por la que el ejército ucraniano podía hacer llegar a Bakhmut suministros y refuerzos y sacar a los heridos. Esto ya no es así.

Bakhmut es un desastre militar para Ucrania. Zelensky en persona se obcecó en mantener la ciudad a cualquier precio -siendo claro que la ciudad caería tarde o temprano- y en ello está consumiendo a todo el ejército. Es lógico que los rusos no tengan prisa y se dediquen a machacar todo lo posible a los efectivos ucranianos. La defensa de Bakhmut ha absorbido sobre el 35-40% de las reservas de personal ucraniano, que se estima en seis grupos de combate de aproximadamente 15.000 soldados cada uno. Y están perdiendo hasta el 90% del equipo y personal destinado allí. Teniendo en cuenta que las reservas entrenadas se estiman en 80-90 mil soldados (efectivos continuamente trasferidos a la ciudad desde desde Chasov Yar, Druzhkovka, Toretsk, Ray-Aleksandrovka, Konstantinovka, Predtechino, Nikolaevka y Dzerzhinsk), podemos hacernos una idea del desastre.

En estos últimos días el ejercito ucraniano ha intentado entretener fuerzas rusas para aliviar la presión a las últimas posiciones en Artyomovsk. Y ha sido un fracaso más. Por ejemplo, al sur tenemos el frente de Avdiivka. El ejército ucraniano ha intentado realizar ataques para recuperar territorios del norte -Novokalinovo, Novobakhmutovka- por la carretera H-20 que une Bakhmut y atraer fuerzas rusas a esta área. Los encargados de realizar esta operación fue el 88.º Batallón de la 35.ª Infantería de Marina. Pero bastó la 132.ª Brigada rusa (RPD) para desbaratar esto intentos. El 88 ucraniano se retiró con importantes pérdidas.

En Keramika (entre Avdiivka y Artyomovsk) sobre la H-20 el mando ucraniano envió dos grupos de asalto del batallón 137 de la brigada 35 para fortalecer las posiciones en el área. Y en Vodyanoye tropas rusas están asaltando las posiciones de la 53ª brigada que están en retirada.

El mando ucraniano está preparando a la 93 brigada mecanizada y a la 117 brigada de la defensa territorial para realizar una ofensiva en Artyomovsk, al tiempo que pretende reforzar las posiciones ucranianas al oeste de la ciudad con unidades de la 92ª Brigada Especializada. Presumiblemente todas estas acciones tendrán el mismo resultado, desastre militar con grandes pérdidas en hombres y material.

Desde principios de 2023 se está hablando de una contraofensiva ucraniana. ¿Qué piensa al respecto?

No creo que haya ninguna ofensiva, al menos tal y como se entiende popularmente tipo II Guerra Mundial, con gran número de tropas y material al asalto general de las posiciones rusas. Como he especificado las Fuerzas Armadas de Ucrania no tienen capacidad ni humana ni material para una contraofensiva general. Dependen totalmente de la OTAN (Estados Unidos), de sus almacenes y de la capacidad de su industria militar, así como de su voluntad política. Y ya hemos visto que la OTAN ha vaciado sus almacenes y está llegando a los limites de su capacidad de asistencia militar en material. Políticamente la voluntad es ambivalente. La OTAN quiere una contraofensiva, pero duda. Si ésta fracasa Estados Unidos pierde, Europa buscará la paz con Rusia y no es descabellado pensar que la OTAN podría descomponerse.

Así las cosas, primero anunciaban la contraofensiva para invierno, después para primavera. Estamos ya casi en mayo y no hay visos de que Ucrania pueda realizar ninguna acción a gran escala. De haber algo sería para finales de primavera o primeros de verano. De hecho, los países OTAN están acelerando entregas de material como los Leopard. Y Estados Unidos primero dijo que iba a entregar Abrahams, después se desdijo y ahora parece ser que va a transferir algunos de esto aparatos a toda velocidad. Pero las guerras no se ganan sólo con tanques. Se necesita mucha munición -de variado calibre, capacidad y arma- que, sencillamente, ahora no existe. Además, se necesitan aviones. No bastan algunos viejos aparatos soviéticos y algunos drones kamikaze. Y aquí Zelensky está pinchando en hueso. Sólo Polonia está dispuesta a transferir aviación.

Después están las dificultades políticas. La Administración Biden está dividida, aunque públicamente todo son fantásticas palabras de apoyo a la inexistente ofensiva ucraniana. La cuestión es que si se realiza una ofensiva y fracasa o no obtiene resultados militarmente ventajosos, todo se rompe como he dicho. En esta situación los sectores favorables a incrementar la implicación OTAN en la guerra e incluso la guerra directa con Rusia, redoblarían sus presiones. Pero los sectores favorables a la paz también estarían en una buena posición para imponer sus directrices. Debemos tener en cuenta que la dirección de la guerra se lleva desde Washington. Ya la ofensiva de septiembre de 2022 fue planificada y dirigida por los generales Mark A. Milley y John K. Love (Milley, Jefe del estado Mayor Conjunto de Estados Unidos) y fue todo un fracaso. Y hay rumores de que Milley pretende dimitir. Si finalmente dimite probablemente no habrá ofensiva o, como mucho, solo algunas acciones a nivel táctico. Pienso que esto es lo que puede haber: un conjunto de operaciones tácticas cada una de mayor o menor intensidad, buscando como estrategia equilibrar un poco las cosas en el terreno militar para una negociación.

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Si una ofensiva ucraniana tuviese éxito ¿Rusia atacaría con armas nucleares?

Lo primero. El gobierno ruso tiene armas suficientemente destructivas y eficaces como para no ser necesario la utilización de armamento nuclear, en ninguna situación. Al ejército ruso le basta con utilizar armas de alta capacidad destructiva como las termobáricas. Son muy versátiles. Con ellas se pueden eliminar equipos, construcciones reforzadas, bunkers y cuevas-túneles profundos. La onda puede penetrar en múltiples espacios incluso afectando a quienes estén en los extrarradios inmediatos de la zona de la onda, produciendo asfixia. Sus efectos se asemejan a los de un arma nuclear de baja intensidad pero sin las consecuencias colaterales de la radiación ionizante. El ejército norteamericano fue el primero en utilizar estas armas, incluso de forma portátil -la granada de 40 mm XM1060- en Afganistán.

Lo segundo. Quién está deseando apretar el botón nuclear son ciertos sectores occidentales, como ya he dejado planteado. El punto en el que estamos actualmente es muy delicado porque aunque el gobierno useño sabe que ucrania no puede ganar, Estados Unidos no puede quedar como derrotado. Por lo tanto, no tienen más remedio que ir incrementando la apuesta a ver si Rusia cede por algún lado. Pero Rusia no va a ceder.

Tercero. Al igual que muchos analistas occidentales, como el Coronel MacGregor, no pienso que Rusia vaya a ser derrotada. También el Informe de Evaluación de Amenazas (Oficina de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, febrero, 2023) recoge varias cosas básicas, entre las que destaco: que Rusia no va a perder la guerra y que no quiere -y está evitando- un choque militar directo con la OTAN. Sin embargo, esto no descarta la posibilidad de un enfrentamiento porque Estados Unidos trata de limitar la victoria militar rusa impulsando a Ucrania y a la OTAN al máximo esfuerzo militar, pero sin traspasar líneas rojas.

Así que por una parte y por otra, Ucrania tiene la guerra perdida. Zelensky sabe que lo que está en juego es su cabeza y la de los oligarcas ucranianos (y sus aliados useños) que son la columna vertebral del régimen ucraniano. Por eso este señor está intentando internacionalizar la guerra y que la OTAN intervenga. Y lo está intentando con dos acciones:

Por un lado, parece ser que el ejercito ucraniano -con soporte militar norteamericano- está intentando atacar a los destacamentos rusos en Siria. Por otro lado, parece ser que Zelensky ha llegado a un acuerdo con el gobierno polaco para la cesión de los oblast occidentales. Esto ya lo analicé hace un año , pero ahora los medios de comunicación polacos lo dicen abiertamente: se trata de recuperar los oblas occidentales, la Galitzia (con ciudades principales como Leópolis, Ternopil y Frankivsk). La derrota ucraniana en esa supuesta contraofensiva -por limitada que sea- dejaría destrozado al ejército ucraniano y ya no habría nada que moleste para la incorporación a Rusia de todo el este de Ucrania hasta Dnieper. Esto sería la escusa para la intervención del ejército polaco que ocuparía los oblast de la Galitzia.

En esa situación la OTAN puede hacer dos cosas: apoyar ese acto militar polaco o desligarse de él, en un “la OTAN no tiene nada que ver”. Y ¿cómo reaccionaría Rusia? En el primer caso sería la Guerra directa OTAN-Rusia. En el citado Informe de Evaluación de Amenazas se plantea la opción de apoyar esta acción del ejército polaco como una acción de la OTAN pero vendiéndola como limitada a los oblast del oeste, como “fuerza de amortiguación” o “en plan cascos azules”. En este caso el espacio para la negociación es muy reducido o inexistente. Bien podría ser la guerra directa. En el segundo caso hay espacio para la negociación.

Pienso que se impondrá la segunda opción porque con ella todos consiguen sus objetivos. Rusia obtendría los territorios rusófonos del este del Dnieper, Polonia la Galitzia, y Estados Unidos podría poner fin a la guerra sin quedar como el perdedor, dedicarse a restablecer la economía y el dólar, y concentrarse en China. De Ucrania apenas quedará el oblast Kiev como un estado desmilitarizado y tapón entre la OTAN y Rusia. Estados Unidos y Rusia aprovecharían la ocasión negociadora para elaborar nuevos equilibrios para un reconstituido mundo bipolar.

Me da la impresión que esto es lo que va a suceder, pero este proceso será lo más peligroso. En cualquier momento las cosas se podrían torcer.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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José Luis Fernández

Es posible Rusia tenga suficientes armas convencionales para ganar la guerra contra Ucrania … si éste país no estuviera siendo reforzado con el moderno material militar de los paises de la OTAN (especialmente el de Estados Unidos). Por otra parte, las fuerzas ramadas rusas tienen muchos puntos débiles, desde la falta de preparación de sus soldados para el combate, a una logística ineficiente y a la carencia de un Estado Mayor que sepa diseñar una estrategia para ganar la guerra (el ejército ruso lleva 2 meses empantanado para la toma de una sola ciudad ucraniana, como Bakhmut).

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