Haridian, la Princesa Guerrera con 5 años. Por Ignacio Fernández Candela

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Haridian es un paradigma de fortaleza a la tierna edad de 5 años, quien lleva con madura entereza el dolor de una enfermedad neurodegenerativa que ha condicionado la batalla por la supervivencia desde que nació. No es como nosotros, su magnánima capacidad de lucha nos sobrepasa en la admiración por ella, conmociona, sólo nos falta saber que está ahí, con nosotros en otra clase de vida, esperando nuestra básica solidaridad.

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Haridian, nuestra Heroína de un mundo denominado, gratuitamente, civilizado, necesita un corsé y una silla adaptada para mejorar sus condiciones diarias, con derecho a una calidad de vida que se ha ganado desde que fue un bebé por el que luchan sus padres con inmenso amor. Percibe 380 euros de vergonzosa pensión frente a indecentes cantidades del sinvergüenza Echenique. La Seguridad Social cubre gastos superfluos de los caprichos dementes pero, en su frialdad burocrática, es ajena a la humanización, acaso en el detalle de aportar un mínimo de recursos a quien de verdad los necesita y merece. Los políticos se enriquecen en la soberbia y desasisten a los damnificados de sus sectarias arbitrariedades. Que Dios los perdone, pues ignoran la profundidad de las tumbas del alma donde serán enterrados con sus obras.

Dios mío, qué embelesados nos mantienen las preocupaciones rutinarias que nos impiden aceptar la dureza de la vida que no sea propia, la nuestra. Pero si reflexionamos sobre los derroteros de nuestra existencia, con generosa honestidad, reconoceremos junto al sacrificio que nos curte el espíritu, también la magia de la memoria para recordarnos que a ratos fuimos felices. Siendo el núcleo del sentido de la vida una lucha por la supervivencia, es un milagro la experiencia acumulada sin estar postrados por el dolor, sanos desde niños, capaces en la juventud, gozando sin trabas añadidas, con tiempos para sentir la libertad de obrar y decidir como parte de este infinito mundo a suertes, que se nos extravía hasta con la inmensidad del Universo que intuimos con exigua imaginación… normalizados. Somos afortunados a pesar de las lágrimas, de las penas que nos sellan la cara con el paso del tiempo, a veces olvidando la gratitud a Dios por la oportunidad de vivir sin la exigencia de otro esforzado sino como el que afronta con sonrisas la Heroína Haridian, quien espera encontrar la elemental comprensión que toque nuestros corazones para poder adquirir una herramienta vital que enderece su frágil espalda y pueda así prescindir de la morfina para minorar su calvario del día a día.

Con tanto recurso del Estado dilapidado en sectarios chiringuitos de idos por la codicia y la corrupción de las almas, presos de tantas demoníacas arbitrariedades y vanidosos caprichos, Haridian no puede obtener la caridad de los poderosos ante quienes retrata sus vergüenzas demenciales y la exigua conciencia como la deficitaria, por no decir inexistente moral; la de quienes disponiendo de potencial ocasión para paliar dolores extremos, ignoran a batalladores genuinos y los condenan al ostracismo de la indiferencia administrativa. Irene Montero puede dormir a pierna suelta con la atrofia de la conciencia que permite estos dramas y acumula espurios empeños monetarios, olvidando el sacrificio de cientos de personas que sufren enfermedades raras, sin ninguna partida presupuestaria para ayudarlas e investigar la sanación.

Cualquier cantidad suma para que Haridian no dependa de la morfina y agradezca con su preciosa sonrisa la solidaridad que la vida nos reclama. La solidaridad es uno de los tesoros acumulados que podremos llevarnos cuando hayamos cumplido propósitos sencillos como el que pido expresamente hoy por una Reina de la lucha por la vida.

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Autor

Ignacio Fernández Candela

Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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