17/05/2024 18:36
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Silicon Valley Bank, Signature Bank, Credit Suisse. Lo postrer: Deutsche Bank. Y lo que te rondaré, morena. Interminable goteo hasta deshacerse definitivamente de los entidades financieras y el dinero en efectivo. Todo ello para dar el pistoletazo de salida a la infernal y tiránica moneda digital.

Enfermos, esclavos, transhumanos

Diseñando una guerra mundial con tal fin, perfecto. Como las dos anteriores, pues. El objetivo, al fin y a la postre, reventar la economía ( hiperinflación, hambre, caos…) y colapsar de una vez el sistema bancario. Quieren tu dinero, tus hijos, tu vida. Y posteriormente, puesta en marcha del liberticida engendro de la moneda digital. Y vincular el efectivo con la corrupción, las drogas ( ilegales), la trata y el terrorismo para que los últimos renuentes no encuentren argumentos con los que oponerse.

El papel moneda (fiat), las cuentas bancarias y los bancos desaparecerán para ser reemplazados tan solo por bancos y monedas digitales centrales. Y, desde ese momento, el Sistema podrá decidir cómo gastas tu dinero. Si bebes demasiado alcohol, tu dinero digital no será válido para comprar bebida azucarada. Si estás obeso, tu dinero digital no servirá para comprar tus galletas predilectas. Y así sucesivamente. Y ejemplos, los que te plazcan. «Buen» y «mal» ciudadano. Al modo chino, por ejemplo.

Y la nueva moneda digital global imposibilitará viajar a cualquier lugar fuera de tu “ciudad” de 15 minutos. La moneda que funcione en tu ciudad del cuarto de hora no será válida en otras. Mientras, te volverán a secuestrar “climáticamente”, a la par que te das un festín de cancerígenos insectos. Y hacia el metaverso y transhumanismo y posthumanidad. Y más allá, fuera de nuestro planeta. En fin.

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Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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