21/11/2024 23:27
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A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre (Pío Baroja).

Perdida está el alma que antepone su salud a su santidad (San José de Calasanz).

Elecciones y Plandemia

Recientemente tuve la osadía de opinar sobre la política nacional de general acatamiento al pasaporte verde impulsado, con falta de rigor, prepotencia y prisas, por la Unión Europea. Al menos ese fue el enfoque formal, aunque, realmente, sabía que apenas llegaría mi opinión a muy poca gente. Y, mucho menos, convencería a nadie de salirse del pensamiento único impuesto por unos políticos, instituciones y medios de comunicación puestos descaradamente al servicio del mundialismo. Pero me impulsaba el hecho de que, aterradoramente, hasta “la ultraderecha”, en lenguaje de todos los partidos con participación en el Parlamento Español, es decir, VOX, claramente también lo apoya.

Hay que tener en cuenta que todo lo relativo a la enfermedad denominada “Covid-19”, supuestamente causada por un virus que no ha sido aislado, se fundamenta en pruebas ineficaces y manipulables, como las improcedentes PCR y demás métodos de diagnósticos de las sanidades oficiales. Recomiendo, de nuevo, los magníficos informes sobre la enfermedad y las “vacunas” de Médicos y Biólogos por la Verdad en sus páginas web y, especialmente, la entrevista en “rumble” a la Doctora Martínez Albarracín. El que haya gente que trata de descerebrados a esos valientes y formados profesionales dice muy poco de su capacidad de análisis (el que lea, entienda).
En este contexto, el doctor Steegmann, Rocío Monasterio, y tantos otros representantes de VOX, comulgan con mascarillas, tratamientos experimentales peligrosísimos a los que perversamente llaman vacunas, y, prácticamente, todo el repertorio de la plandemia, incluidas la mayoría de las agresiones a nuestros derechos fundamentales. Oficialmente proclaman que se debe respetar la voluntad de vacunarse, pero ya se ha visto la obligación apenas encubierta que VOX ha votado en Europa, y claramente se propone seguir votando, en aras a un supuesto repunte del turismo.

Hablando de “vacunas”, hay que reiterar que no lo son, sino “medicamentos para uso humano que contienen organismos modificados genéticamente … destinados a tratar o prevenir la enfermedad coronavírica” (BOE.es – DOUE-L-2020-81140). Por cierto, milagrosa e incomprensiblemente, dada su trayectoria, el Tribunal Constitucional ha suspendido la vacunación obligatoria que el PP impuso por la Ley de Salud Gallega. Aunque aún está por ahí la ley gulag de Aragón.
Incluso la ladinamente errática OMS del eugenista Gates ha emitido un comunicado en el que pide a los Estados que no implanten un pasaporte de vacunación, a la vez que cuestiona la eficacia de las vacunas “en la reducción de la transmisión”.

Lo revelador de ello es que trasluce que VOX, a pesar de denunciar la Agenda 2030 y la imposición de unos fraudulentos, anticonstitucionales y aberrantes “estados de alarma”, no comprende las apocalípticas barbaridades anejas a la plandemia, ese experimento diabólico, auténtica compilación de las plagas bíblica de los Últimos Tiempos, y sus graves implicaciones para la salud individual y pública, así como en orden a la supresión de nuestros derechos y libertades (fin del estado de derecho y de las naciones), la continuada y descarada destrucción de la economía, y la desmembración de España en taifas federales.

 

Si VOX no es capaz de reconocer el peligro que, para España y para el Mundo entero, lleva tras de sí la plandemia orquestada por el NOM eugenista (reducción de la población) y antiteo (especialmente anticristiano), por más que incluso lo apoye un irreconocible Vaticano posicionado claramente en su campo (y también precisamente por eso), apaga y vámonos. Desde luego, nuestro Gobierno, y el resto de partidos políticos, en obediencia y sumisión a los dictámenes de las élites plutocráticas (los públicos y los secretos) saben perfectamente lo que está en juego y los utilizan perfectamente.  

A esta inexplicable postura de VOX hay que añadir otras significativas, siendo la principal la no denuncia del incumplimiento de la ley electoral en cuanto al recuento manual (Artº 105-5, 106-2, 139 y 140 de la LOREG; desde 2001 no se han sumado las actas, que antes se tardaban hasta 3 días, de los 6 concedidos) y otras irregularidades. Y hay otras graves deficiencias que, al hablar de elecciones no nacionales, tienen aquí peor encaje

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Y, no solo VOX elude el fondo de la plandemia y la trampa del proceso electoral, pues la “Candidatura Falangista” (La Falange y Falange Española de las JONS), a Dios gracias unificada, en sus ideas fuerza para las próximas elecciones autonómicas en Madrid, prácticamente también se pone de perfil en esos trascendentales temas, o al menos no les dan la capital importancia que arrastran, quedándose en la superficie del problema.

 

Infancia, Eutanasia y casilla del IRPF

Por todo lo anterior alguien me ha preguntado si, como consecuencia, votaré al PP ante el peligro de la candidatura de Iglesias. Pues no, no he llegado a tal extremo de locura.

Recientemente  se han aprobado en España la Ley de Eutanasia (Ley Orgánica 3/2021) y el proyecto de Ley de Protección de la Infancia (de 14 de abril de 2021, significativa fecha). En relación a la eutanasia, solo seis naciones han corrido más que nosotros en ese crimen legal disfrazado de derecho y que posibilitará asesinatos disfrazados de suicidio asistido: Holanda, Bélgica, Benelux, Colombia, Canadá y Nueva Zelanda.
Algunas de las perlas de la “protección de la infancia”, un proyecto que comenzó el Gobierno del PP y, en fase muy avanzada, fue adoptada como primera iniciativa legislativa propia por el comunista Pablo Iglesias, son las siguientes:
–       Artículo 3.J. Las disposiciones de esta ley persiguen los siguientes fines: … Garantizar la erradicación y la protección frente a cualquier tipo de discriminación y la superación de los estereotipos de carácter sexista, racista, homofóbico, bifóbico, transfóbico…

–       Artº 5. 4. El diseño de las actuaciones formativas a las que se refiere este artículo tendrán especialmente en cuenta la perspectiva de género…

–       Artº 9.3: … Los niños, niñas y adolescentes tendrán derecho a que su orientación sexual e identidad de género, sentida o expresada, sea respetada en todos los entornos de vida, así como a recibir el apoyo y asistencia precisos cuando sean víctimas de discriminación o violencia por tales motivos.

–       Artº 25.3a: A los efectos de esta ley, se entiende por parentalidad positiva el comportamiento de los progenitores, o de quienes ejerzan funciones de tutela, guarda o acogimiento, fundamentado en el interés superior del niño, niña o adolescente y orientado a que la persona menor de edad crezca en un entorno afectivo y sin violencia que incluya el derecho a expresar su opinión, a participar y ser tomado en cuenta en todos los asuntos que le afecten, la educación en derechos y obligaciones, favorezca el desarrollo de sus capacidades, ofrezca reconocimiento y orientación, y permita su pleno desarrollo en todos los órdenes.

La anteriores retorcidas figuras y disposiciones, unidas al concepto Interés Superior del Menor (Artº 2, párrafo 2, de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor, de modificación del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil), hacen pensar a muchos que constituirá un cheque en blanco. Porque el interés superior del menor significa que en todas las acciones o decisiones que afecten a un menor, entre todos los afectados y todos los derechos de unos y de otros que pueda haber en presencia, al que hay que darle prevalencia sobre el resto es al menor.  El resto de derechos de otras personas que pudieran concurrir, ceden y se supeditan a este.

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–       Artº 28.2: Los niños, niñas y adolescentes en todas las etapas educativas e independientemente de la titularidad del centro, recibirán, de forma transversal, una educación que incluya su participación, el respeto a los demás, a su dignidad y sus derechos, la igualdad de género, la diversidad familiar, la adquisición de habilidades para la elección de estilos de vida saludables, incluyendo educación alimentaria y nutricional, y una educación afectivo sexual…

Es decir, en todas las edades y en todas las asignaturas, sobre la “diversidad familiar” (entre diversos “géneros” y especies) y la “educación afectivo-sexual” (imagínense las perversiones que quieran).

Además de lo citado, los artículos 29 y 33 establece un sistema de adoctrinamiento total sobre alumnos ¡y profesores!, incluso con la creación de la figura del Coordinador o Coordinadora de bienestar y protección (auténtico “comisario político”) en los centros educativos de todo tipo.

Este proyecto de ley infamemente perversa, estalinista y plagada de palabros en neolegua progre-sectaria, que va a consagrar la perversión de menores y la pérdida de la patria potestad, únicamente ha sido votado en contra por VOX (los separatistas vascos lo han hecho porque “no se respetan sus competencias”). El PP-UCD ha seguido el camino elegido con el divorcio, las píldoras abortivas, la fertilización in-vitro y tantas otras aberraciones que permitirá imponer una educación aberrante y, llegado el caso, quitar la custodia a los padres que esgriman la moral natural y cristiana.

Por este camino, con una España inmersa en guerra revolucionaria, relámpago e interna y al albur de un mundo en peligrosa ebullición, Delenda est Hispania. El tiempo de reaccionar prácticamente se nos ha acabado. Ante todo ello, desgraciadamente, y sin dejar de admirar sus valientes y acertadas actuaciones en otros campos, este humilde votante seguramente se abstendrá de votar en mayo.

Personalmente, considero que no puedo votar a VOX, reconociéndole su valía y valentía en casi todos los campos, pero el ponerse, de facto, a favor de la plaga mundialista de la plandemia generada por el NOM, me lo impide. No puedo contribuir con mi voto a hacer el juego al NOM plutocrático. Por supuesto, el voto al PP, esa “estructura de pecado” (Mons. Reig Pla, 2014, el único, por cierto, que ha levantado la voz con relación a la eutanasia), no entra en mi cabeza desde UCD.

¿Y han oído ustedes las excomuniones y anatemas lanzados por la Conferencia Episcopal? Yo no, como tampoco con la eutanasia y las prohibiciones de cultos. La “gran muda” ni siquiera se inquieta cuando se meten con sus centros educativos, donde llueve sobre mojado. Tampoco este año recibirá mi diezmo con la X de la declaración de la renta y seguiré aportándolo directamente a fines católicos que lo merezcan.

Como se puede apreciar, votar en tiempos de plandemia, tan parecidos prácticamente a “Los Últimos Tiempos” del Apocalipsis de S. Juan, es casi imposible. Incluso porque muchos que, a pesar de los pesares anteriores quisieran votar a VOX por auténtico estado de excepción y necesidad, están empadronados donde huyeron para tratar de burlar las tiránicas, y jamás vistas limitaciones de nuestras libertades, y no pueden, curiosamente, desempadronarse para la ocasión (como para no pensar, prevenir y denunciar pucherazos).

Autor

REDACCIÓN