Javier Ortega Smith no agredió con una botella a un concejal de Más Madrid

La campaña contra VOX tildando de radical al partido de Ortega Lara y de un Santiago Abascal sin tacha como caballero de la política, es una permanente obsesión financiada desde La Moncloa que tiene a su disposición a cuantas incondicionales putas y putos-para qué denominarlos eufemísticamente si es perfecta definición-venden la dignidad personal y profesional para recoger las migajas que les tira el amo; como si fueran perros, arrastrándose con complacencia a los designios del fullero Sánchez. Por eso no hay que dar munición a esta gentuza cuyo código de ética y honor defecan todas las mañanas en el inodoro antes de irse a, eso lo llaman profesión, a trabajar.

De ahí que se concentren en atacar al portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Madrid, acusándole con falsedad de haber arrojado una botella de agua contra el edil Eduardo Fernández Rubiño que había emitido una serie de insultos contra la Víctimas de ETA.

Al finalizar su intervención, Javier Ortega Smith bajó del estrado para recriminar al siniestro la ofensa gratuita contra las Víctimas y con el desaire al agitar el brazo, los papeles del portavoz de VOX tocaron accidentalmente una botella de agua que al caer en absoluto fue a tocar al otro.

A Martínez Almeida se le puede disculpar la poca talla política por salir al trapo y pedir la entrega de acta al portavoz de VOX juzgando de inadmisible el comportamiento belicoso que nunca sucedió. Su escasa talla política le impidió ver la secuencia de los hechos para creer lo que los prostituidos de la prensa tomaron como consigna, una vez más, para atacar a VOX. Desde que lo podemita infectó España las instituciones parecen un recreo de unos ridículos parásitos de la política, además proetarras

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Es normal que el de la baja talla política Almeida aproveche la coyuntura para atacar a Ortega Smith por recordarle permanentemente el incumplimiento de la promesa electoral, consistente en retirar la zona de bajas emisiones que finalmente reforzó con mayor severidad contra los madrileños. A Almeida se le puede excusar la talla política mientras dependa del enano simplón de Feijóo al frente del Partido Popular. El PP es el mejor amigo de los enemigos de España después del traidor y también enemigo Sánchez.

Ortega Smith se ha dirigido a la supuesta víctima de ETA que ha justificado los pactos socialistas con Bildu. Vergüenza ajena tal defensa de la supuesta víctima que el portavoz de VOX achacó al Síndrome de Estocolmo. Como resultado de la trifulca artificiosa, los «indignaditos» abandonaron el hemiciclo con la sinvergüenza Maestre-la de arderéis como en el 36-a la cabeza.

De las balas cetme, la navajita plateá, a la botella de agua. Ortega Smith ha dejado claro que no ha insultado al edil ni tampoco ha sido agredido. Sí ha aceptado que ha tirado accidentalmente una botella de agua y se se ha disculpado por ello.