09/05/2024 09:03

Josué Cárdenas

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Todo el mundo pone de ejemplo a Europa. “Esto nos pasa por ser españoles, en Europa esto no pasa.” Pues que siga pasando y aquí en España lo que pasa en Viena, que no pase nunca. Esa es la conclusión de mi viaje por el centro de Europa. Empezar a escribir contando la conclusión no es lo recomendable, pero quiero trasmitir en todo momento que quiero parecerme lo menos posible a un austriaco. Soy español y no tengo nada que envidiarles, a gentes que no dan los buenos días y que parece que les cobran por decir un simple gracias. Para el español medio cualquier centro europeo es más guapo, más moderno, más alto, huele mejor, es mejor en los negocios, recicla más y seguramente haga el amor mejor. Todo eso lo niego, pero es que lo niego todo. Basta ya de esa inferioridad acomplejada que hemos adquirido con nuestros compañeros de continente. Parece que en Europa es todo fabuloso y aquí somos unos pringaos donde todo va fatal y siempre vamos a ser los últimos de la fila. Solo personas con tendencia a ser un muermo pueden alabar algo centro europeo, sino es imposible. Si eres netamente español Europa debe darte reparo, sensación de estar fuera de casa, sentirte como cuando estás en la boda de un compañero de trabajo de tu novia si trabajase en IBM. No conoces a nadie, hablan otro idioma y sí todo muy bien decorado, pero nadie con la corbata por la cabeza ni cantando la Ramona pechugona.

 

Centro Europa es como la casa del amigo que todos tenemos, la tiene tan bien colocadita que no se puede disfrutar. Todo es muy frío, el silencio es atronador, las 18:00 es una hora en la que solo ves por la calle mendigos y españoles. Vuelvo a la cuestión del silencio porque a cualquiera le hiela el alma. Nadie dice una palabra más alta que la otra. Nadie al teléfono le explica a un amigo que ha conocido a una chica preciosa, ni ningún marido a gritos le explica a su mujer que tiene que tener más cuidado con la marcha atrás en su garaje. Nadie se da un abrazo, nadie celebra nada, no hay cuadrillas, nada no hay nada. Silencio, mucho silencio. Ni un papel en el suelo, ni una colilla, nada. Centro Europa es como andar por la calle Serrano sin parar, interminable. Tiendas preciosas, todo muy colocado, muy bien, pero trasmitir no se trasmite ni calor de hogar, ni ambiente de poder pasárselo bien. La gente es muy reacia a ser acogedora, no son ni “polite” ni atentos, parece que tienen un limitador de sonrisas en las mejillas. Te miran como si les recordases al novio que les dejó o al padre que les daba palizas… Si por ellos fuese harían una regulación para que cantar fuese delito, silbar una falta, contar un chiste una infracción administrativa, soltar un piropo una violación del derecho y reír a carcajadas una fechoría. Me he sentido como español más perdido en cualquiera de estos países anodinos, que Adán el día del padre. Debe ser el clima dicen, considero que es una cuestión de mentalidad. Aunque haga -25º no te quita para atenderte correctamente en un bar. En mis viajes, visito muchísimos más bares que museos, es una cuestión de estudio sociológico y me doy cuenta que no son fríos porque haga frío, sino que el frío les tuvo que venir por lo fríos que son como personas. Tienen lo que se merecen.

Cuando cantas en Europa solo se ríen las españolas. No esperes a que se vuelvan y te guiñen un ojo unas tipas de Bratislava, ni de Pilsen ni de Múnich. A mis amigos y yo nos pasó que conocimos a unas chicas de Madrid gracias a cantar. El español se identifica por curar los males cantando y eso una española lo sabe valorar. No perdamos nunca las ganas de cantar. Si somos españoles que se note por toda Europa, no nos queramos parecer a gente que no pone tornos en los metros, que no son capaces de comerse a besos a su chica en un césped por no ofender a la hierba y que tienen la misma cara de sieso a las 7, a las 12 o las 22. Tenemos que sentirnos muy orgullosos de ser españoles y gritarlo a los cuatro vientos. Ellos tendrán el don de fabricar Volkswagens como churros, pero nosotros nos reímos hasta si nos vomitamos encima en el avión como me pasó a mí del mareo que llevaba. Reivindiquemos que los españoles tenemos virtudes que ensanchan el alma, alegran el corazón y nos permite ser protagonistas de historias que cada día tienen una aventura diferente. ¿Cómo puede resumir un austriaco su último mes de vida? Menudo tostón, no le ha pasado nada. Estos países viven de su seriedad, pero nunca podrán disfrutar de grupos como Kaka Deluxe, Un pingüino en mi ascensor, Los toreros muertos, Los inhumanos, Siniestro Total, Gabinete Caligari, Radio Futura, Parálisis Permanente, Dinamita para los pollos, Burning, Los Rebeldes o Golpes Bajos. Estos europeos tan perfectos no se pueden permitir un Sabina en su puñetera vida ni hablarán nunca la lengua de Cervantes, la que por cierto habla Dios, según Carlos I y V para ellos. No saben lo que es una tapa en un bar, o cerrar un antro cuando amanece, por no saber yo creo que no saben ni hacer el amor, se reproducen por esporas… Tenemos que querernos más porque velemos más. Somos ibéricos y nuestra alianza es con el Mediterráneo y no con países donde para tomarse una copa hay que hipotecarse un riñón.

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¿Por qué estoy tan orgulloso de ser español? Porque a pesar de que cada día del viaje eché de menos a la chica de mis sueños, a la que conocí un día 9, y que me dejó todavía no entiendo muy bien por qué, pude estar alegre. Porque solo tenía ganas de llorar, pensando poder estar con ella y aun así fui cantando la del mejor bourbon de Texas por la calle. Porque a pesar de que pensé que con ella ese viaje hubiese sido el mejor del mundo, lo hice acompañado de amigos que me apoyaron, consolaron y me hicieron reír muchísimo. Porque a pesar de estar roto por dentro y no parar de ver sus fotos, no paré de pensar lo que se estaba perdiendo ella no acompañándome en ese viaje y en el resto que haré en mi vida. Si fuese un danés seguro me hubiese puesto a beber como un loco y agarrado a una farola me hubiese meado encima o peor aún no hubiese movido ni un músculo de mi rostro por el desamor que sufro, pero soy español y por eso no he dejado demostrarle a Europa algo que ellos no tienen, pasión por lo que hacen. Porque el español, esté profundamente enamorado o destrozado por que le ha dejado su chica, siempre tiene motivos para celebrar. Yo celebro ser español, celebro y brindo por ello. Que les den a las salchichas, a los litros y litros de cerveza y a los huevos de Pascua. Ni una saeta en plena semana Santa oí. Porque para cantar, hablar y sentir con toda el alma hay que ser español.  Basta ya de ser Europa, estoy muy orgulloso de que solo en Antón Martín haya más bares que en todo Oslo. Seamos españoles, dejémonos de complejos y amemos, pensemos y vivamos muy alejados de la fría europea y muy cerca de nuestro querido Mediterráneo.

Autor

Josue Cardenas
Josue Cardenas
Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.

Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.

Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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Geppeto

El sur tiene una historia más florida que el norte Yo me siento orgulloso de mi origen mediterráneo Romanos griegos fenicios y todos los grandes pueblos del norte de África y Oriente Medio Inteligentes y cultos Comerciantes y guerreros Me gusta el Mediterráneo Me gusta el sur

Geppetto

Soy Geppetto y este comentario NO es mio

Geppeto

Es que no está escrito igual Y yo no estoy imitandole Es casualidad o eso creo

Geppetto

Ya te digo gilipollas
Anda y que te zurzan
No puedes ni podras imitarme porque yo se lo que escribo y porque lo escribo

Geppeto

Es usted un cobarde que se esconde detrás de un teclado para insultarme El gilipollas y además imbecil es usted Y hableme de usted Sea educado Tonto del culo

Carmen

El cobarde eres tu

Geppetto

Tienes suerte gilipollas de que no sepa quien eres, porque no tienes bastante cara para que se ponga de colores
Esten Vds atentos y no le den cancha a este puerco que me suplanta
Observen que su firma tiene una t menos que la mia

Carmen

Muy bien contestado

Carmen

Además de gilipollas te ha robado tu nick

Geppeto

Carmen tu que eres la querida de este bobo

Geppetto

Mamon
Si lo que buscas es enredar, estas listo
Al carajoYA
Esten Vds atentos y no le den cancha a este puerco que me suplanta
Observen que su firma tiene una t menos que la mia

Azul

Nuestra lengua es Historia, Porque con ella bautizamos los océanos y los ríos. los montes y las ciudades del Nuevo mundo con gloriosos nombres de santos y de héroes.
Y de ella, en castellano, su versión más pura, habla Dios, como dijera nuestro emperador Carlos.
«Lengua que causa tan sublime embeleso
que de ella el que la escucha queda preso»…

BdT

Yo no lo hubiera dicho mejor.

Que conste que a mí sí me gusta el centro de Europa. Mucho. Lástima que esté lleno de centroeuropeos. ¿Solución? No hacerles ni pu-to caso. Son sosos, racistas, estirados e imbéciles integrales. Pero lo son el 80%. Con codearse con el 20% restante, vale.

P.D. Ahora que, si estoy en Guirilandia y escucho a Sabina (o a alguno de los citados), seguramente se me pondría un mostacho rectangular, un pelo con cierto flequillo y también me ciscaría en ciertos «salvajes españoles». La paciencia tiene un límite.

P.D.2. Centroeuropeos habrá muchos; españoles, bastante pocos. Y, que yo sepa, pelean más contra el Globalismo en Centroeuropa que en España. No estamos para dar lecciones.

LCSA

Desde luego viajar siempre es un buen método para el desamor, sales de tu rutina, de tu zona de confort, aunque sea un par de días.
Ahora bien, centroeuropa tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, si comparamos con España (no soy fan de los generalismos, pero te resumo mi larga experiencia en centro europa).
1. En comparación con los españoles son bastante más desconfiados, más sosos sin duda, y reservan los momentos de diversión para ocasiones especiales en las que no hay normalmente un límite.
2. En cuanto al día a día, son más ordenados, limpios y cívicos con los espacios públicos, y conscientes de la productividad en el trabajo, sí, es así, yo adoro trabajar con no españoles, precisamente por que trabajan yendo al grano y de manera más efectiva (por eso usan menos horas). No son calienta sillas.
3. Coincido en lo de las esporas, y les encanta España, como no, para dar rienda suelta a lo que las y los siesos no consiguen allí, también el
sol nos prefiere a nosotros.

Proby

Pues vaya ejemplos musicales nos ha ido usted a poner… Al margen de alguna canción aislada, lo demás es verdadera purrela.
Yo, personalmente, prefiero a Julio Iglesias, Raphael, Nino Bravo, Bruno Lomas, Marisol, Salomé, Jaime Morey, Micky, los Bravos, los Brincos, el Dúo Dinámico, Dova, los Pekenikes, Silvana Velasco, Juan Camacho, Juan Pardo…

Geppetto

Y no es mas normal ser español y dejarse de tonterias

Jose

Mucho lugar común y generalidades

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