19/05/2024 07:15

¿De verdad debemos celebrar el 2 de Mayo de 1808? Yo creo que no, que lo que habría que hacer, nunca hemos hecho y seguimos sin hacer, es decir la verdad sobre él y aprender para no repetirlo; algo que, por cierto ya hicimos, y que vamos camino de repetir.

Nunca debió haber un 2 de Mayo, si la Corona no hubiera traicionado a España sometiéndose ignominiosamente al tirano francés y, pero aún, venderla materialmente por unas rentas vitalicias y algunos palacios, lo que además debería haber sido el punto de no retorno de la monarquía a España.

Tampoco debió haber un 2 de Mayo, si las élites políticas (Gobierno), nobles (innobles), civiles (alcaldes y concejales), militares (mandos superiores y subordinados) y religiosas (cardenales, obispos y clérigos), ante dicha traición le hubieran parado lo pies, como era su deber, porque la obediencia absoluta no existe en ningún cargo ni colectivo cuando el superior, monarca incluido, vulnerando la legalidad o incumpliendo sus deberes y obligaciones atenta contra la unidad e integridad territorial de la Patria, contra su soberanía e independencia, su paz, justicia o prosperidad o contra la libertad de sus ciudadanos.

Tampoco debió existir si ante la traición de la Corona y de las élites, los mandos subordinados políticos, militares y eclesiásticos se hubieran levantado todos a una, los hubieran echado y, tomando el mando y organizando al pueblo aborregado, hubieran plantado cara al francés en los Pirineos.

Por no haberse producido nada de lo anterior, ocurrió el 2 de Mayo.

El 2 de Mayo fue una combinación de dos movimientos que se solaparon: un alzamiento civil y un pronunciamiento militar, ambos absolutamente espontáneos. En aquél, el pueblo madrileño salió a la calle no a manifestarse pacíficamente, ni a enarbolar pancartas, ni a sentarse en la calzada, ni a rezar el Rosario, sino a matar a cuchilladas y estacazos a cuantos más franceses mejor. En éste, sólo tres oficiales, un cadete y muy pocos soldados, desobedeciendo las órdenes expresas de sus mandos superiores, del Gobierno y de la Corona, se unieron al pueblo, repartieron armas y se enfrentaron a los invasores a sangre y fuego. En ambos casos arriesgando sus vidas y haciendas, y la de sus familias, sin habérselo pensado dos veces; y es que esas cosas si se piensa, no se hacen.

La mayor virtud de aquello fue servir de ejemplo, de aldabonazo, de referencia, para aquel pueblo español que sesteaba, que venía tolerando lo intolerable, admitiendo lo inadmisible, que se había reducido a una masa informe y aborregada.

Más aún. A pesar de lo que ocurría en las calles de Madrid aquel 2 de Mayo, es decir, la carnicería que los franceses hacían con los paisanos, la guarnición militar española de la capital, que la había y que no era poca, permaneció acuartelada obedeciendo órdenes infames de sus mandos superiores por un mal concepto de una obediencia debida absoluta que no existe como hemos dicho.

Y peor todavía fueron el 3 y 4 de Mayo, cuando dicha guarnición permaneció de nuevo acuartelada, impasible, ante los centenares de fusilamientos de los patriotas cogidos prisioneros aquel 2 de Mayo, así como ante los desmanes de todo tipo de la soldadesca gabacha contra la población civil.

Tuvieron que pasar dos largos meses para que se diera la batalla de Bailén, victoria que dejó perplejo al mundo y heló la sangre del tirano francés, prueba de que, si se hubiera plantado batalla en los Pirineos nada más ver asomar la cabeza del primer invasor, muy posiblemente no habría habido un 2 de Mayo, ni España hubiera perdido sus posesiones de ultramar, ni habríamos padecido una cruenta guerra de seis años con sus desastres humanos y materiales.

Cuando las élites incumplen con sus obligaciones y peor aún si traicionan sus deberes, deben ser inmediatamente desobedecidas, cesadas, detenidas, juzgadas y sentenciadas conforme a la gravedad de sus hechos. No hacerlo nos convierte en cómplices necesarios, inhabilitándonos para quejemos de los males que todo ello produce.

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Cuando se celebra el 2 de Mayo como una hazaña, ya ni siquiera nacional sino sólo madrileña por arte y parte de este aberrante Estado de las autonomías, y se organizan festejos y charangas, pan y circo en realidad, siempre me acuerdo de aquellos que por una u otra causa, con mayor o menor responsabilidad, causaron aquel infame 2 de Mayo de 1808 que nunca debió existir.

Por cierto… ¿les suena de algo el 18 de Julio de 1936? ¿Y lo que estamos viviendo desde hace ya casi medio siglo?

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Surreal

El 2 de Mayo fue la primera reacción española que terminó victoriosa en Bailén, contra la masonería. Napoleón fue masón y la historiografía izquierdista dominante se lo tiene bien calladito

Observador

Sr. Bendala. Buena exposición para referirse a diversos momentos de de nuestra historia. Podemos fijarnos en nuestro historia más cercana: regalo del Sáhara por orden de kisinger que dio asesinato a Carrero blanco. Destrucción del desarrollo espacial español, del desarrollo nuclear, y desmantelamiento de las bases Usa. Vendidos a la masónica UE que exigió a cambio de ser uropeos la destrucción de todo el sector primario y secundario. Todos se sometieron a los sátrapas usa y franco británico alemán, empezando por Juanito. Y del ejército, vamos, traidores hasta las trancas. Juanito se presentó en el Aiun diciendo aquello de que él era el primer español en derramar su sangre y acto seguido reúne a la plana mayor allí destacada y les dice aquello de «las tropas quietas que el Sáhara se va a entregar» y nadie de los allí presentes desenfundaron su arma reglamentaria y ordenaron su detención. Todos dijeron al traidor juramentado con Washington «si guana». Todos aquellos mandos en aquella reunión fueron y actuaron igual que los traidores de 1808. Todos, los que siguen vivos deberían acabar delante de un tribunal militar acusados de alta traición o por lo menos colaboradores necesarios. De aquel primer pecado vienen todos los males que hoy tenemos. Ignominia para todos ellos caiga para siempre.
Lo que siguió fue toda una comedia: la tenida masonica en el parador de Gredos dando al pueblo un infecto libelo 1978. Y de ahí todos los partidos regados con el dinero extranjero, y sometidos a esos bastardos intereses y la pantomima electoral etc etc etc.
Pues aquí van esas frases:

«si la Corona no hubiera traicionado a España sometiéndose ignominiosamente»

«si las élites políticas (Gobierno), nobles (innobles), civiles (alcaldes y concejales), militares (mandos superiores y subordinados) y religiosas (cardenales, obispos y clérigos), ante dicha traición le hubieran parado lo pies, como era su deber, porque la obediencia absoluta no existe en ningún cargo ni colectivo cuando el superior, monarca incluido, vulnerando la legalidad o incumpliendo sus deberes y obligaciones atenta contra la unidad e integridad territorial de la Patria, contra su soberanía e independencia, su paz, justicia o prosperidad o contra la libertad de sus ciudadanos.»
la traición de la Corona y de las élites, los mandos subordinados políticos, militares y eclesiásticos se hubieran levantado todos a una, los hubieran echado y, tomando el mando y organizando al pueblo aborregado, hubieran plantado cara» al sátrapa

la guarnición militar española que no era poca, permaneció acuartelada obedeciendo órdenes infames de sus mandos superiores por un mal concepto de una obediencia debida absoluta.la guarnición permaneció de nuevo acuartelada, impasible ante aquella traición.

«Cuando las élites incumplen con sus obligaciones y peor aún si traicionan sus deberes, deben ser inmediatamente desobedecidas, cesadas, detenidas, juzgadas y sentenciadas conforme a la gravedad de sus hechos.»

Y ahora muchas elecciones y todos como borregos ¡A votarrrrr!
Sátrapas !!!!

alberto mallofré

Según esa teoría, tampoco deberíamos conmemorar el 18 de Julio, porque fue la respuesta a algo que nunca debió suceder: la nefasta segunda república y el Frente Popular. No me venga usted con ésas, don Francisco, que usted es un hombre inteligente.

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