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 “Mientras haya un palmo de terreno libre en España, le he defender, como buen patriota” Así se expresaba uno de los más detacados guerrilleros españoles en la lucha contra Napoleón, el valenciano, José Francisco Romeu y Parras, nacido en Sagunto en 1778, en una carta al general francés Suchet, que había intentado captarle para que se pasara al servicio del ejército napoleónico. Romeu es un ejemplo de persona de buena condición económica que lo dejó todo, simplemente por unirse a la causa patriota.

Siendo un simple teniente, destacó en su ciudad, Sagunto, la entonces llamada Murviedro, como el organizador de la resistencia patriótica a partir de Mayo de 1808, cuando allí, como en toda España, las masas populares se lanzaron a la calle al conocerse las noticias sobre la represión napoleónica del levantamiento del 2 de Mayo en Madrid. Gran organizador y hombre de gran carisma , consigue  movilizar a miles de jóvenes en Sagunto y los pueblos cercanos y empezar a armarles, formando el núcleo de lo que se conocerá como “División Saguntina”, con los que en el mes de junio tomará parte en la ciudad en los combates defensivos del fallido asedio francés de Valencia.

Tras unos meses en Madrid vuelve a Valencia en 1809 para dedicarse en cuerpo y alma a la lucha guerrillera. En ese año los franceses saquearon su casa llevándose 92.000 reales procedentes del negocio de comercio de alimentación de su familia y dejándole a él y a su mujer arruinados. Al saberlo, dijo” Si la Patria se salva nada me causa dolor y si perdemos nos sepultaremos bajo las ruinas, entonces ¿para qué queremos riquezas?

En marzo de 1810 es nombrado jefe de las milicias de las localidades de Cheste y Chiva, con dos batallones a su mando y participa después en la defensa de la ciudad de Valencia, que será finalmente tomada por los franceses. Romeu se trasladará con sus hombres, entonces, a tierras de Alicante, donde en 1812 participará en numerosos combates contra las tropas francesas a las que causará importantes bajas, atacándolas con pequeños grupos de combatientes. Pero finalmente será capturado por los franceses a causa de la traición por dinero de un individuo conocido como “El Recelós”.  Cuarenta de sus guerrilleros fueron también capturados y fusilados.

El general Suchet, uno de los más importantes generales de Napoleón intentó convencerle entonces de que se pasara al bando francés pero Romeu contestó con una frase memorable:  “Soy un español y un español nacido en Sagunto”. Suchet montó en cólera entonces y ordenó un inmediato Consejo de Guerra para condenar a muerte a Romeu. “Mil veces moriré antes que traicionar a mi querida Patria” dijo Romeu, durante su proceso. Fue ejecutado en Valencia el 12 de junio de 1812.

Durante sus últimas horas escribió en su celda un último escrito a sus amigos el fiscal Posadilla y el oídor  Manuel Morales, que habían intentado sin éxito que los franceses no le condenaran a muerte. “Cumpliré mi juramento de vencer o morir porque yo no soy español sólo en el nombre sino un español que desprecia la vida siempre que mis deberes lo exigen. Ningún miedo me causa ese cadalso que dice Suchet tenerme preparado si no juro a José I, pero no lo reconocerá Romeu y mil vidas que tuviera las perdería gustosísimo por mi Religión, Rey y Patria a quienes están asesinando unos cobardes sin piedad. Adiós amigos míos, hasta la eternidad. En este momento mis últimas palabras de cariño son para mi mujer y mi esposa

 Su esposa, doña María Correa Velasco, quedó en la miseria, pero después de la guerra sería compensada al serle otorgada una pensión correspondiente a un Teniente coronel. Muchos años más tarde a un nieto suyo le sería otorgado el título de conde de Sagunto por la regente María Cristina de Habsburgo Lorena. Durante el centenario de su muerte recibió numerosos homenajes en Sagunto y Valencia. En nuestros días tiene una estatua en Sagunto. En 2012 recibió también el homenaje del ayuntamiento de Sagunto y el grupo teatral “Passió per Sagunt” llevó a cabo diversas recreaciones de su vida y de su final.

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