20/05/2024 15:42
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Me permito sugerir que el día  23 de Febrero sea declarado: “Día Nacional de la Mentira”, con  categoría de cinco estrellas (como el del “DÍA DE LA MADRE”, por ejemplo.

De obligatoria celebración.

A ciencia y conciencia,  mi colaboración  a esta fiesta se reducirá  este año,  a un artículo breve  para información de los jóvenes de menos de 55 años que no pudieron vivir con “madurez” lo  acaecido  ese día, el acontecimiento más falseado de  los Historia reciente.

El 23- F no hubo ningún “golpe de estado” o  –si se empeñan–,  hubo tres entrelazos por la manos del mismísimo Satanás como forma genial de aniquilar a España.

Sí, fueron tres los proyectos.

El primero de gente noble, leal,  de conciencia limpia, ansiosa por retomar el camino  dejado  de lado, el 22 de noviembre de 1975.

El Segundo movimiento lo integraban los vividores de la política, todos los partidos políticos empeñados en hacer algo que les permitirá dar la sensación de la falsa apariencia de aspirar a “cambiar algo,  para dejarlo todo igual…”  y poder seguir robando con mayor libertad y continuar riéndose de los españoles  impunemente-

Y el tercero, el  “verdadero”  –genial, estudiado al detalle en la “oficina de Proyectos de la Sinagoga de Satanás”, con el objetivo único de aniquilar a la primera nación moderna que existió, que sería un modelo para el resto. Y fue capaz de crear un Imperio  Modelo,  motor del progreso mundial durante trescientos años….

Los promotores del Tercer proyecto lograron su objetivo y, hoy, con solo asomarnos a la calle  veremos su éxito rotundo.

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Para colmo, han logrado sumir   a muchos españoles en la ruina, y en el hambre, Vemos cómo la prensa informa de que las colas para poder comer algo, han pasado  de cuatrocientas personas, a cuatro mil, (digamos como media…) en los lugares donde corazones compasivos  intentan facilitarles, al menos, una comida al día.

La clave del “éxito de su proyecto” era  muy simple “volatilizar el Ejercito heredero de las Fuerzas Armadas. Esas que consiguieron la única categoría que el mundo libre ha tenido sobre el Marxismo,

 El 23-F  le dieron el “puntillazo en la nuca”.

Todos los medios de comunicación –al servicio de la bimilenaria sinagoga– han pasado cuarenta años mintiendo:  primero,  sobre el famosos golpe  y el no menos famoso juicio (¡avergüenza ver a unos militares,  sometidos al poder político,  con tragaderas suficientes como para enviar a sus compañeros — de éxitos–,  a treinta  años en un presidio!) ¡A unos héroes dignos merecedores de estatuas en nuestros parques y plazas y el aplauso de cuantos amamos la libertad!

Aconsejo a esos jovencitos aludidos, que traten de informarse siguiendo este breve esquema que,  sobre ese Himalaya de la mentira que es el 23 F, les ofrezco.

Me tienta hablar largo y tendido de ese periodista que se ha hecho millonario, poniendo todo el ácido vitriólico desde jovencito,  al servicio de  la mentira, pero me niego, convencido de la verdad: “a todo cerdo le llega su San Martín” y algo muy importante,  el Juez Supremo no tiene prisas para dar a cada cual su merecido.

Este “toque a la Prensa” no es por casualidad. Pues muchos españoles brindamos con cava cuando Tejero entró en el Parlamento. Por desgracia el perjurio y la traición tan , vivos ese día, como el 22 de noviembre de 1975.

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Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.