22/11/2024 07:02
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Con los problemas del nacionalismo en aumento que tiene España, cómo no recordar la manipulación del lenguaje y sus fines, cuando todo empieza por él. Se está arrinconando y prohibiendo el idioma español en muchos lugares de la Patria, concepto que ya casi ni existe. Y el gobierno es cómplice y autor de todo esto; de la ruina y destrucción de España. Bueno es reconocer la diferencia entre un nacionalista y un patriota. «El patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero; el nacionalismo cuando el odio por los demás pueblos es lo primero.» (Charles de Gaulle)

Las palabras las carga el diablo. El primer terreno de disputa en la política son siempre las palabras. Las palabras manipuladas del lenguaje y las expresiones que acaban imponiéndose, muestran una determinada realidad. Un logro es que hayan conseguido que se hable con cierta normalidad de la relación de Cataluña con España, como dos entes diferentes, y aceptándolo como válido. Así como crear la idea de que en Cataluña si uno no es independentista no es catalán. Ignoran el artículo 3 de la Constitución que habla de la riqueza regional y su patrimonio cultural. Ignoran toda la Constitución lo mismo que la odian. Se escinden de España por puro y malsano capricho. Por el privilegio de haberse llevado la mayor tajada que cualquiera otra región, y caer en el vicio de la abundancia que lleva a la corrupción. Por haberse creído el trato favorable que le dieron y ahora que son superiores a los demás, supremacistas.

El nacionalismo se basa en el victimismo, y la superioridad, y ahí lo demuestra el lenguaje usado tanto para el caso vasco como para el catalán. «Votar sentimientos». Y su apelación subliminal a los mismos. Este es el funcionamiento del lenguaje manipulado con el fin del predominio político.

La ideología de género es un caso flagrante de manipulación. Según la cual el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza. Es una lucha por el poder basada en presupuestos ideológicos. De ahí su propio nombre «ideología de género», lo que viene a decir que la ideología tiene género… Ya no deben ser los géneros: másculino, femenino, neutro, común, epiceno, ambiguo… Como movimiento social viene de largo y citaremos por citar a Simone de Beauvoir. Por otra parte tenemos a la primera feminista española, Lydia Falcón que está en contra de estos movimientos extraños que le hicieron abandonar el feminismo. Veamos términos como «Perspectiva de género» que emplean hasta para hacer los presupuestos. Aunque según los teóricos/as que tanto teorizan estúpidamente, no es lo mismo que «ideología de género». Todos estos textos irresistibles no son más que una apurada manipulación del lenguaje en pos del poder que ha de terminar con los hombres, con su extinción, y los pocos que queden, que se vean crucificados a lo largo del camino, como en la rebelión de Espartaco. ¡Yo soy Espartaco! El llamado marxismo cultural busca un proletariado especial en el feminismo que raya con la estupidez y funciona con la ideología de género, altísimas subvenciones de nuestro dinero robado por el gobierno, y palabras mordaza, como machista, homófobo, reaccionario, retrógrado, etc., Y otras más complejas como empodermiento femenino que pretende la toma total del poder por las mujeres. Ahí están también otras expresiones como, Enfoque Integrado o Transversalidad de género, Democracia paritaria, Conciencia de género, Androcentrismo… Patriarcado, o Heteropatriarcado, Feminismo de clase; liberación de la mujer, y en el sentido contrario palabras peyorativas, como «feminazi», para derrocar el tejido lingüístico y social. La ideología de género es anti natural y liberticida como todas las ideologías que manipulan el lenguaje, exclusivamente para engañar, como no podía ser menos. Es tan peligrosa como esta larga pandemia que terminará matándonos, y cuyo virus de origen comunista, nadie menciona. Y lo más cruel: se castiga al disidente de la ideología de género, al ser una imposición que en nombre de la libertad acaba con ella. Se castiga a los profesores que no difunden esta ideología de pensamiento que es la de género.

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La «corrección política», que es otra trampa más marxista no se queda en las palabras ni cambia el lenguaje gratuitamente. Te impone cómo debes hablar, y lo que no puedes decir. O la «superioridad moral», de los más criminales, que cambia las víctimas por los verdugos. (Con una hábil manipulación de la prensa puede hacer que la víctima parezca un criminal y el criminal la víctima) No pueden dejar en paz a las personas desarrollarse libremente, porque odian a la libertad y a las personas. Ni caer más bajo en el desprecio de la libertad. Nadie sabe qué es el lenguaje inclusivo, y es tan descarado el intento que van y se ríen. Saben que es un error, saben que así no habla el pueblo, y por tanto así no lo recogen las academias de la lengua, pero lo hacen igual. Y se ríen de su propia estupidez. Pero su dictadura va para adelante. Como cuando Bibiana Aído habló de «miembros y miembras». O cuando dijeron «docentes y docentas» y se rieron de todos nosotros. Quieren imponernos cómo debemos hablar, y de su cuento son las risas y sarcasmos, la burla perversa, pero detrás de las palabras van los hechos. Y delante, sobre todo, este ingente dinero que nos roban.

Si renunciamos a la razón, al raciocinio, estamos perdidos. La manipulación del lenguaje nos anula la libertad y empuja a no pensar, ni a observar lo que están haciendo con un lenguaje manipulado que nos convierte en esclavos. No quieren que aprendamos a pensar, ni seamos libres. El poder quiere apropiarse del lenguaje de los ciudadanos, con su manipulación, o sea de nuestro pensamiento, con su dictadura de pensamiento único y totalitario. «La verdad os hará libres».

Autor

REDACCIÓN