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José Antonio nos dejó una prueba para reconocer el triunfo. Es una prueba directa y matemática: Si la Falange llega al Poder, a los quince días será nacionalizado el servicio de crédito, acometiéndose inmediatamente el problema agrario  [1]. ¿Seguimos hablando de fracaso?

 

Personalmente, como resumen de este discurso, puedo decir que, en cuanto joseantoniano,  he fracasado con gran éxito. La revolución ha triunfado, por lo menos, en mi. Y he fracasado con gran éxito, ya que, si no se ha llevado a término la revolución nacionalsindicalista, la que sí se ha incoado es mi propia revolución, la revolución que comienza por el hombre.

 

José Antonio no solo vino a proponer una arquitectura política para la comunidad nacional, sino también una conducta individual ante la vida entera, una manera de ser [2]. Es decir: una revolución nacional que no habría de reducirse a las grandes formas del entendimiento colectivo ya que, al mismo tiempo, implica una intima revolución de cada hombre, el nuevo orden, que ha de arrancar otra vez del individuo [3] como Miguel de Unamuno recomendó directamente a José Antonio, en Salamanca [4].

 

Aquella idea está expresa y reiteradamente proclamada en José Antonio, que, precisamente en el llamado discurso de la Revolución, explica como la construcción de un orden nuevo tiene que empezar por el hombre, por el individuo, como occidentales, como cristianos, como españoles  [5]

Ahora, el ideólogo de Blair, el economista Anthony Giddens, pone al hombre en el vértice del sistema para crear una tercera vía, superadora del neoliberalismo y de la socialdemocracia [6], sesenta y cinco  años después de que José Antonio dijera que la reorganización total de Europa tiene que comenzar por el individuo [7],  sobre la base de que la dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles  [8].

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Si mi conformidad personal o manera de ser  es otra, distinta de la que habría sido de no haberme sumergido en José Antonio ( y yo así lo siento, como una forma de decoro intelectual), invito a todos a admitir, como conclusión, que en este suceso personal se puede representar lo que actualmente significa lo joseantoniano ; es decir, aquello que sea, según reza el titulo de esta conferencia,  lo joseantoniano hoy.

 

Sea de José Antonio la frase final. Es de mayo de 1936, desde la cárcel Modelo de Madrid, y es esta:

 

La Falange no existe. La Falange no tiene la menor importancia. Eso dicen. Pero ya nuestras palabras están en el aire y en la tierra[9].

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1]  IDEM, discurso pronunciado en el teatro Pereda, Santander, 26 de enero de 1936.

[2] IDEM, discurso de fundación de Falange Española, pronunciado en el teatro de la Comedia, Madrid, 29 de octubre de 1933.

[3] IDEM, “España y la barbarie”, conferencia pronunciada en el teatro Calderón, Valladolid, 3 de marzo de 1935.

[4] MIGUEL DE UNAMUNO, con motivo del discurso de José Antonio, pronunciado en el teatro Bretón, Salamanca, 10 de febrero de 1935: “Confío en que ustedes tengan, sobre todo, respeto a la dignidad del hombre. El hombre es lo que importa; después, la sociedad, el Estado. Lo que he leído de usted, José Antonio, no esta mal, porque subraya eso del respeto a la dignidad humana”

[5] JOSE ANTONIO, discurso sobre la Revolución Española, pronunciado en el cine Madrid, el 19 de mayo de 1935.

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[6] PEDRO TURU, “Paisajes políticos”, conferencia pronunciada en la Hermandad del Frente de Juventudes, Barcelona, 27 de febrero de 1999.

[7] JOSE ANTONIO, “Ante una encrucijada en la Historia política y económica del mundo”, conferencia en el Circulo Mercantil, Madrid, 9 de abril de 1935.

[8] IDEM, punto 7º de la Norma Programática de la Falange, redactada en noviembre de 1934.

[9]  IDEM, “Prieto se acerca a la Falange”, en “Aquí estamos”, Palma de Mallorca, 23 de mayo de 1936.

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REDACCIÓN