14/05/2024 23:25

Al final formará Gobierno el dictador Sánchez, dando comienzo así la tan ansiada como bien trabajada durante las últimas décadas dictadura socialista del PSOE –y de los sindicatos marxistas UGT y CCOO–, esa organización ultra y extrema, revolucionaria e históricamente criminal, junto con sus aliados naturales de siempre que son comunistas y separatistas de todo pelaje, todos los cuales conforman el frente antinacional que para nuestra desgracia corroe España constituyendo una marcada anormalidad de nuestra nación; que sepamos no hay otro caso igual.

Pero, y todo hay que decirlo, lo anterior sólo ha sido posible gracias a la esencial colaboración no sólo por omisión, sino incluso activa y entusiasta en muchos casos, de los siguientes: a) los dos reyes –el actual, lo de poner “caritas” en la ceremonia de perjurio del dictador no pasa de ser una patochada para seguir borboneando a incautos–; b) el Partido Popular; c) las FFAA; d) las de seguridad; e) la jerarquía eclesiástica; f) la judicatura y g) múltiples organizaciones de la sociedad civil, todos los cuales ni siquiera ante el punto de no retorno en que se ha encontrado España han sido capaces de actuar como podían de acuerdo a la legalidad que les amparaba, ni menos aún como debían conforme a sus obligaciones y responsabilidades asumidas voluntariamente, ligadas por juramentos y a cuenta de las cuales, además, viven cobrando de nuestros impuestos.

Bien… ¿y ahora qué?

Pues ahora hay que asumir que estamos inmersos y sometidos a una dictadura totalitaria de verdad, real –aquella que tanto se pregona no lo fue ni por asomo–, que va a consolidarse y que arrasará con todo lo que sus partidarios, esos millones de descerebrados y malditos que la votan, consideren que le es contrario, con las excusas, que no razones, que les venga en gana, y lo van a hacer no tanto por sus capacidades, sino sobre todo porque los otros, los traidores, la van a sostener de una forma u otra, con acciones, unos, y con omisiones, otros; por eso, lo primero es ni perdonar ni olvidar, y menos aún a éstos que tienen más culpa, mucha más, que el dictador y sus secuaces.

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Lo siguiente es reforzar nuestros principios, valores, creencias y juramentarnos en no rendirnos jamás y en no cejar en el empeño de seguir en la lucha y, además, con voluntad de vencer, espíritu de sacrificio y ánimo inasequible al desaliento, a las adversidades o a los fracasos, ni al tiempo, seguros de que nos asiste la Verdad y la razón.

Y, también, pasar a la acción, pues hay que ir a por los enemigos y a por los traidores. Sólo la ofensiva es resolutiva.

¿Cómo? Pues cada cual, dentro de sus posibilidades, por poco que pueda hacer o lo parezca, lo tiene que hacer y además sin demora ni descanso.

Tratar a enemigos y traidores como lo que son, con la palabra y con los gestos, y allá donde nos topemos con ellos, con ocasión o sin ella, a tiempo y a destiempo, individual o colectivamente. No callarnos jamás, ni menos aún colaborar en lo más mínimo con ellos, sino todo lo contrario y a cada ocasión, a la menor oportunidad, impedir o cuando menos entorpecer todo lo que se pueda sus intenciones. Hay que dar la nota; no importa si no se consigue nada, o si se nos recrimina o desprecia, no importa, pues el solo hecho de demostrar que hay quienes no tragan es mucho y les hace daño, al tiempo que sirve de ejemplo. Romper amistades, afearles lo que son o han sido, retirar saludos, aislarles, echarles de nuestro entorno y actividades sin contemplaciones, y no aceptar de ellos ayuda ninguna. A los enemigos y traidores ni se le da agua, ni se acepta de ellos.

Demostremos, también, que somos mejores, más decididos, valientes y perseverantes. Que nada nos importa que no vayamos a ver los frutos, pero que estamos seguros de que vendrán quienes, gracias a nuestra humilde y en apariencia sencilla, callada o incluso pobre labor, sí los verán. Porque lo único que importa es España, su supervivencia y futuro, su unidad, paz, justicia, libertad y prosperidad.

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De los traidores citados no nos fiemos jamás, pues han demostrado lo que son y no van a dejar de serlo. Es más, son más culpables que los otros, pues si su comportamiento desde siempre hubiera sido diferente, hoy no estaríamos como estamos.

Podemos tener diferencias de matices, pero todos tenemos un único enemigo y un solo objetivo. Pues bien, unidos, sin fisuras, a por ambos hasta conseguir la derrota de enemigos y traidores; y derrota sin condiciones. Nada de egoísmos, personalismos, afanes de protagonismo y otras miserias que sólo nos perjudican y a ellos benefician. Y nada tampoco de ilusiones vanas, pues el enemigo y los traidores son poderosos, por lo que la lucha será larga y cruel. Cada cual sabe dónde está el puesto donde mejor puede servir a la causa. Todos ellos, menores o mayores, duraderos o circunstanciales, visibles u ocultos, son igualmente importantes. Nadie espere más recompensa que la satisfacción del deber cumplido y la seguridad de que España se lo merece, lo reclama y con su próxima grandeza lo agradecerá.

Y, eso también: ser inteligentes y astutos, que quemarse a lo bonzo sin más sólo sirve para achicharrarse.

¡Viva Siempre España!

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Geppetto

A España la han llevado a la postración en la que esta los propios españoles, afortunadamente no todos y debe recordarse que son las minorías las que cambian el curso de la naciones con su fuerza y convicción.
De manera que nada de rendicion, compren un casco y a por ellos y no se dejen enredar por los «afrancesados» socialistas.
Dios, la libertad y España estan con los que se rebelan y luchan, tanto en 1808 como en 1936 o ahora

Hakenkreuz

A ver cuánto aguantan las pensiones y los sueldos de los funcionarios….
Cuando suspenda pagos de la deuda pública España, entonces ya no habrá simples guerritas civiles delante de Ferraz saldadas a mamporro limpio y desbandada derechista amoratada y vejada.
Veremos si los ancianos actuales logran cobrar pensión hasta el final o no, porque la quiebra se antoja inminente. Ya no da más de sí la SS.

Aliena

Y siguen llegando inmigrantes, invasores y ambas clases, por tierra, mar y aire.

Geppetto

Son parte del negocio que tiene planeado el Psoe

Lúpulo

Si vis pacem, para bellum.

«No hay nada como una guerra para la reinvención de las vidas», Los hijos de la Medianoche (at the stroke of midnight).
https://www.goodreads.com/author/quotes/3299.Salman_Rushdie?page=4

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