21/11/2024 20:43
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AYER
             — ¡Ay mi señor…! Ay, qué metedura de pata…! ¡Cómo se habrán reído de vos, y de mí y de todos, vuestros enemigos!»

         –¿ Por qué? ¿Por qué habían de reírse de nosotros nuestros enemigos?
         «¡Ay, mi gran amigo! ¡Ay, príncipe de Dinamarca, señor de Elsinor, primado del trono, compañero de siempre…! ¡Ay, Hamlet, Hamlet, mi señor…!»
        –Venga. Horacio: déjate de monsergas y ve derecho al grano. ¿Qué ocurre? ¿que ha ocurrido?
       «¡Ay, mi señor…! ¡Que la semana pasada metimos la pata…! ¡Que dijimos que todo estaba atado y bien atado… y ha sido un desastre…! ¡ Que dijimos «la izquierda», impotente; la derecha, entregada… y las minorías compradas» …y ha sido todo lo contrario…! ¡Ay, mi señor, que jugamos la carta Suárez y ahora resulta que va a salir la de Felipe…! ¡Esto es el desastre…!»
      (Hamlet, de pronto, abre desmesuradamente los ojos y lanza una carcajada abierta y sonora que retumba en la noche y provoca una estampida entre las sombras. Después amistosamente, compasivamente, trágicamente… sentencia:)
      –No, mi buen amigo, mi fiel Horacio… no hemos metido la pata, como dices tú. Aunque haya quien se ría, aunque alguien se haya frotado las manos de alegría… ¡ Todo está atado y bien atado! Ocurra lo que ocurra en el Parlamento con la moción de censura de los socialistas; con más votos o con menos votos… ¡Suárez sigue! ¡Tiene que seguir!, si las matemáticas no fallan. Aún no ha llegado la hora… ¡La traición tarda en consumarse! También César dudó antes de dar el paso definitivo en Rubicón aquel día. También Bruto dudó hasta el último momento…
        –«¡Ay, mi señor, pero…!»
        –No dudes, hombre de poca fe, no dudes. A pesar de las apariencias, a pesar de la brillantez y del acierto de Felipe… las aguas, todavía, siguen su curso. Estamos en el segundo acto de la tragedia. ¡Ya lo verás…! Ya verás como la balanza se inclina de parte de Suárez. Cuando yo dije que todo estaba atado y bien atado es porque había examinado todas las hipótesis posibles y había llegado a una conclusión fatal: tal como están las cosas es imposible que Suárez pierda el Poder.
 
        –¡Ay, mi señor, pero si todos están en contra…! ¡sí, todos le pusieron a parir! ¿Cómo pueden volverse atrás Rojas Marcos, Carrillo, Fraga, Blas, Bandrés… y todos los demás?
        –¡La política! Está visto, mi querido Horacio, que todavía no sabes nada de política… ¿Cuándo? ¿Cuándo te vas a convencer de que los políticos son una raza distinta? … Ayer fue ayer y hoy es hoy.
       –«Pero, lo lógico sería…»
       –Horacio… ¡déjate de lógicas y de razones! Porque en política no hay lógica ni hay razón… ¡sólo hay intereses…! ¡y son los intereses los que mandan! Piensa que ayer se trataba de dar una lección a Suárez y hoy se trata, se trataba o se tratará, de tomar posiciones respecto al futuro! Por eso, ¡ay!, por eso no te extrañes de ver apoyar a Suárez los que más gritaban ayer contra él. Sí, no te extrañes de que sean Fraga, Blas, Bandrés, y Rojas Marcos los que hayan salvado a Suárez. La política es así… sobre todo esta política. Y, aunque te parezca absurdo, repito: la izquierda es aún impotente; la derecha no tiene más remedio que dar su voto y las minorías están compradas… («compradas» en un sentido puramente político, es decir, oportunista, pragmático).
        –«Pues, sigo sin entenderlo, mi señor. ¡Ay, pobre pueblo español!»
        –No. Horacio. Precisamente aquí el pueblo también es culpable. Inocentemente culpable. Torpemente culpable. Culpabilidad analfabeta… Pero, bueno, ya está bien: la tormenta ha pasado… y el señor Suárez ya está de nuevo donde solía. Es decir, en su soberbia y en su vanidad infinita. Lo dicho: todo está atado y bien atado… ¡Y así hasta la consumación de los siglos! Hoy se llama Adolfo y mañana se llamará Pedro… ¡Porque la ambición no tiene rostro! 
 
HOY 
  ¿Atado y bien atado?… ¡¡ Por Ofelia y mi Santo Padre!!…Si estaba atado y bien atado ¿dónde estaríamos hoy si hubiese estado desatado y bien desatado?.  No, esto no estaba bien atado en tanto que el que dijo esa tonteria (¿cómo se puede atar el futuro?)  dejó el virus fuera y abrió las puertas del «Uruguay»… ¿Hay que recordar que la República «invitó» a subir al famoso barco anclado en el puerto al Gobierno de la Generalitat en pleno y a los 2.500 «forofos»  que intentaron independizar Cataluña de España?… Pero Hamlet ésta es otra España/. Sí, y otra normalidad, y otros Companys…Y otro Sánchez, no te olvides… porque éste si que lo tiene todo atado y bien atado. Horacio, te aseguro que moriremos tú y yo y todos los habitantes de Dinamarca  y Don Pedro Sánchez seguirá en la Moncloa…al menos mientras le quede algo que vender o haya alguien dispesto a venderse… Sí, tú dí lo que quieras, pero mira lo que le ha pasado a mi amada Cayetana por no querer ser una drogadicta del sillón… SÍ, mI Señor, drogadicta del sillón, la nueva droga que está acabando con el PP del merengue Señor Casado… Pues, ya sabes cómo  curó AQUEL a los drogadictos del sillón.

Autor

REDACCIÓN