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Ya nos lo avisaba la cantante Madonna en aquellos aún inocentes años ochenta: «…Cause we’re living in a material world and I am a material girl». «Porque vivimos en un mundo material y yo soy una chica materialista».
La nada inocente virgen – «Madonna» en italiano significa «virgen» -, repetía una lírica tan pegadiza como envenenada.
La «cancioncilla» proseguía alegre y desenfadada diciendo: » If they don’t give me proper credit I just walk away «. «Si no me dan crédito propio/apropiado/ -suficiente dinero- yo tan solo me largo».
El mensaje era bastante claro y conciso, pero desde luego antagónico a lo que diría una casta, inmaculada y prístina señorita.
Madonna, la ahora sexagenaria «reina del pop» y especialista en «kabbalah», tan solo era un instrumento para lobotomizar.
Un cuerpo bonito y atractivo con apetito – voraz – de éxito. Un personaje manufacturado para hacer llegar aquel perverso mensaje a toda la humanidad:
<<Esto es un mundo material.>>
Los «artistas», simplemente ejecutan lo que se les ordene y por ello reciben formidables sumas de dinero y fama.
Se convierten en ídolos y son admirados como si fueran los apóstoles de nuestro tiempo.
No son —ni de lejos- conscientes del impacto que tienen sus mensajes en la juventud incauta y atolondrada. O quizás si, y decidan vender su alma al diablo.
Aquel mensaje, dentro de aquella canción, se podía entender como una burla a la virgen de los cristianos, a Maria, la madre de Jesucristo.
Madame X – la injuriosa «Mamona» – firmo en sus inicios con la famosa y poderosa discográfica Warner Bros.
Warner Bros fue fundada por el Azhkenazi Hirsz Mojżesz – Moses – Wonsal y sus hermanos.
Deberíamos decir —como curiosidad—, que Warner en inglés significa «advertidor»; de advertir de amenaza, que sería «warn». O sea, hermanos advertidores o hermandad intimidadora. ¿De qué nos pretenden advertir?
Si la usurpadora, libertina e inmoral cupletista declaraba que era una chica material y que quería dinero – y que si no, se largaba – en los años 80, en el 2023 la cosa ha empeorado y mucho.
Acabamos de ser testigos de algo impensable. Hemos llegado a presenciar como su «santidad» el Dalai lama de 87 años, pretendía meter la lengua a un niño de 10 años en público.
Sabíamos que el poco asceta de los Himalayas tenía un «ramalazo» raro, pero ¿qué llegara a esto?
Creo que ya ha sido la guinda en un pastel negro como el carbón —o como el grafeno—.
Teníamos constancia de que – el anacoreta calvorota – era «amíguete» y admirador del infame y «borderline» de George W. Bush.
También conocíamos las inclinaciones -poco espirituales- del catorceavo «Dale Lame» por acaparar relojes de lujo.
Según parece, posee en su colección más de 15 piezas lujosas entre Rolex, Patek Pilippe y otros «relojazos».
Y según se cuenta, el primero se lo regalo una pareja de agentes de la CIA cuando fueron a saludarlo de parte del presidente Franklin Del-ano- Roosevelt.
Es significativo que el niño santo de Lhasa (Jetsun Jamphel Ngawang ) tuviera 6 o 7 años cuando recibió la visita de los «emisarios» del «rey» -hechicero – de Occidente.
Diabolica analogía ¿verdad?
La perversión va más allá. Le regalaron un Rolex de oro, como los reyes magos de oriente, regalaron a Jesús oro, incienso y mirra, pero a la inversa.
Rolex significa: el rey (tiempo) es la ley («ROI» del francés, Rey y «Lex» del latín, ley).
La sinarquía negra rinde culto al tiempo, personificado en Kronos, Saturno, El.
El manto del tiempo cubre – y esclaviza – el mundo material, mientras que en «el otro mundo», el tiempo no existe.
Aún más curioso es que uno de aquellos agentes de la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos, ahora C.I.A.), fuera el nieto de Tolstói; el escritor de cuentos como: «Buda», «divino y humano», «la oración», «el lobo» o «el diablo» -póstumo -.
Añadiremos que el presidente Roosevelt era descendiente de Sefarditas escapados a Constantinopla en 1492 y para más datos, grado 32 del rito escocés de la masonería.
Parece ser que la evolución de la humanidad está más en consonancia con la versión del Kali Yuga (era de oscuridad, corrupción y decadencia moral) de la cosmogonía hindú que con la del teólogo anglicano Darwin, alias «cara de primate enfurruñado y confundido».
Esto no avanza, sino que retrocede y a pasos agigantados.
No parece en absoluto que la cosa este hiendo a mejor, sino que como afirmaba San Juan de Patmos – el apokaleta – en sus «Revelaciones» , el Apocalipsis está ya mirándonos desde muy cerquita.
Quizás desde ese ojo pequeñito, oscuro y profundo que nos observa continuamente y en silencio desde el teléfono o la computadora. El ojo que todo lo ve y que con la inteligencia artificial, todo lo sabrá al momento. Solo falta una divisa digital centralizada como las CBDC y ya estará todo conforme a «sus» designios.
El pequeño caniche de los Rothschild (o «rotten»child para los que no entiendan inglés, «niño podrido»), Maricron, lo «gruño» hace ya algún tiempo (2020):
«La bête est déjà ici» (La bestia está ya aquí).
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Se escribe «yendo» no «hiendo»…