20/09/2024 07:30
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La noticia de un rótulo colocado en las noticias de la primera cadena de RTVE afirmando que la princesa Leonor se marcha de España, como su abuelo, ha causado cierto revuelo y malestar, algo lógico atendiendo a las circunstancias del caso, en el que se ha visto claramente como Bernat Barrachina, muy próximo al PSC en Badalona.

 Hay que tener presente que la normativa contenida en la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad estatal, es clara y su lectura, a la luz de las actuales circunstancias, revela una situación esperpéntica. Concretamente, se afirma que el servicio público de radio y televisión de titularidad del Estado es un servicio esencial para la comunidad y la cohesión de las sociedades democráticas que tiene por objeto la producción, edición y difusión de un conjunto de canales de radio y televisión con programaciones diversas y equilibradas para todo tipo de público, cubriendo todos los géneros y destinadas a satisfacer necesidades de información, cultura, educación y entretenimiento de la sociedad española; difundir su identidad y diversidad culturales; impulsar la sociedad de la información; promover el pluralismo, la participación y los demás valores constitucionales, garantizando el acceso de los grupos sociales y políticos significativos, sin que se pueda obviar que la Corporación RTVE debe garantizar la información objetiva, veraz y plural, que se deberá ajustar plenamente al criterio de independencia profesional y al pluralismo político, social e ideológico presente en nuestra sociedad, así como a la norma de distinguir y separar, de forma perceptible, la información de la opinión, además de preservar los derechos de los menores.

 Obviamente, en una cadena de radio y televisión privada podrían haber colocado un mensaje de difusión como el que se ha visto en relación con Leonor, en base a la libertad de expresión. En el mismo plano para la Corporación RTVE, con el dinero de todos los ciudadanos no pueden dedicarse a atacar a instituciones desde rótulos que se hacen en nombre de una institución que debe ser neutral, sin perjuicio de la posibilidad que tienen los tertulianos de cualquier cadena para realizar críticas en nombre propio y de entidades privadas.

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 Luego se quejarán desde Unidas Podemos de la manera en la que los youtubers españoles trasladan su residencia a Andorra y a otros países de baja tributación para evitar la imposición en España. El problema es que actos como el presenciado con el rótulo de RTVE demuestran que se está tirando el dinero público por la búsqueda de los dirigentes políticos de los medios necesarios para atender las necesidades de sus allegados.

 Es positivo para todos que Bernat Barrachina pueda demostrar su ingenio, pero es indispensable que lo haga a título personal o mientras trabaja en un medio privado de comunicación que no tenga impuesto un deber de imparcialidad que el propio Bernat no puede cumplir dado su compromiso con el PSC.

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REDACCIÓN