07/05/2024 21:46
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A punto de finalizar el año, y, ante una semana convulsa política, social y democráticamente hablando, aún persisten lugares donde te reencuentras con una realidad lejos de toda beligerancia, y, que es real, necesaria, presente en la conciencia colectiva como modo de pensar y de vivir. La cultura, en todas sus aristas engrandece el alma, cultiva la mente, el intelecto, y cuando se convierte en tu constante vital, engrandece la vida del resto de la humanidad.

Antonio Banderas, es esa constante cultural que no decae en su empeño por que nuestro país sea, con su perseverancia, destinatario y espectador, de todos sus proyectos. Es factible que muchas personas lo tengan encasillado dentro de la pantalla, y, su visión como artista sea parcial, fundamentalmente como actor protagonista de muchos títulos que lo consagraron hace tiempo al estrellato como actor internacional. Aquel Banderas, de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” ó “La mascara del zorro”, “Desperado” “Los Reyes del Mambo”….y muchas más, fruto de una carrera consagrada de premios, reconocimientos, y condecoraciones a la excelencia y talento personal, sigue arriesgando, e innovando con sus proyectos.

Antonio, es mucho más que eso, Antonio, no solo es actor, director, productor, empresario, es sencillez, humildad y generosidad personal, valores que le hacen un ser humano grande y único.

A día de hoy, y con una carrera donde no tiene nada que demostrar, pues ha llegado al culmen, pone en escena uno de sus últimos proyectos musicales en el Teatro Albeniz, bajo el titulo, COMPANY. En su triple condición de actor, director, y productor arriesga y se pone en manos del público, que como soberano que es, le otorga llenos de taquilla absolutos en cada función. Este musical se estrenó en Boston en 1970, con libreto de George Furth, siendo nominado a catorce premios Tony, llegando a Londres después y a otros lugares del mundo. Premiado y alabado por el público se ha estrenado de la mano de Banderas. Supone una novedad en el mundo de los musicales, por su concepto intrínseco e intimista en sus reflexiones, la calidad musical, Orquesta, actores y actrices, y, por la brillantez incuestionable de Antonio Banderas. Excepcional y único.

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Antonio inspira, motiva, y hace que en sus casi tres horas de show, no dejes de sentir esa sensibilidad que trasmite con su interpretación sobre todo lo que pasa por la vida de su personaje Bobby, con el que muchos nos sentimos identificados en algún momento de la vida. Nos abordan preguntas sobre la existencia, la compañía, la felicidad, el paso del tiempo, los aciertos o los errores, y todo ello, desde el prisma retrospectivo que te atrapa. Música, coreografías, y voces de primer nivel, y para mí la gran sorpresa, la calidad vocal del propio Banderas. El teatro se queda silente con su interpretación final.

El teatro Albeniz recién restaurado es el escenario de esta apuesta donde Banderas, sin subvenciones, ayudas y con su vocación inagotable por el teatro arriesga y gana.

De igual modo que “La sencillez y la naturalidad son el supremo y último fin de la cultura”, Antonio Banderas es la cultura, la sencillez y la excelencia proyectada en este espectáculo que nadie debe perderse.

Como ya le dije en persona, ¡ÁNIMO VALIENTE!.

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