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En la primera Guerra Púnica los romanos carecían de una flota de guerra capaz de hacer frente a la potente y experimentada de los cartagineses y a uno de sus cónsules se le ocurrió la idea de equipar a las trirremes romanas con un artilugio consistente en una pasarela sujeta a un mástil en la proa y con un potente pico de hierro (de ahí el nombre de “cuervo” que le dieron) en su parte inferior de forma que cuando la nave romana se acercase a la cartaginesa dejase caer la pasarela sobre esta y el pico de hierro se incrustase en la cubierta permitiendo entonces que los legionarios romanos embarcados pasasen al ataque por la pasarela y tomasen la nave cartaginesa.

La derecha española después de cuarenta años de cobardías, renuncias y traiciones está inerme para la batalla contra una izquierda potente y experimentada en todas las trampas posibles para conservar su dominio y que además dispone de la abundante munición del presupuesto. Ante ello ha montado su Corvus particular que es Feijóo al que se supone que le va a corresponder el papel de aferrar al adversario para impedirle sus trapacerías y maniobras habituales para después pasar a derrotarle con la fuerza legionaria de sus medidas anticatástrofe a la que el frente popular ha llevado a España.

Pero, siguiendo con la analogía histórica, resultó que el novedoso artefacto fue abandonado enseguida por la marina de guerra romana porque contribuía grandemente a que las naves que lo portaban perdiesen la estabilidad y fuesen incapaces de maniobrar adecuadamente en los combates y en las tormentas, yéndose a pique más veces de lo deseable.

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Dados los antecedentes en el desempeño político de Feijóo mucho es de temer que como aquellos corvus romanos este sea una efímera esperanza defraudada que incluso puede hacer bueno a Rajoy. Veremos.

Autor

REDACCIÓN