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A finales del mes pasado, el eurodiputado estonio Jaak Madison de EKRE (Partido Popular Conservador de Estonia que pertenece al grupo Identidad y Democracia) y miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, viajó con una delegación de su grupo político a Sudáfrica. El objetivo de la visita era sensibilizar al Parlamento Europeo y al mundo sobre los crímenes sistemáticos contra los afrikaners, o la minoría blanca, en Sudáfrica: “Desde que el Congreso Nacional Africano llegó al poder en 1994, la comunidad europea del país, compuesta por cuatro millones de personas, se enfrenta a una persecución sistémica, con secuestros y asesinatos de granjeros por el color de su piel, e incluso ataques a blancos en las grandes ciudades. Casi un millón de personas han huido de la persecución y la violencia racial desde mediados de 1990. Lo que está ocurriendo en Sudáfrica es un tema muy incomodo para los liberales de izquierda que marcan la pauta en el Parlamento Europeo y hacen la vista gorda con este asunto. Según sus palabras, luchan por los derechos de las minorías, pero una situación en la que la minoría perseguida son los blancos no encaja en la visión del mundo de la izquierda liberal. Todo este asunto es aún más importante porque se está exportando a Estonia la mentalidad de que el racismo sólo es posible contra los negros, pero no contra los blancos. El violento conflicto racial en Sudáfrica es una advertencia para todo el mundo”.
A la vuelta de su viaje, el eurodiputado publicó un artículo en estonio relatando sus impresiones sobre el país africano después distintas reuniones con los representantes de los granjeros y políticos afrikaners, y con los representantes de la UE en el país. Escribí a Jaak Madison para pedirle una versión en inglés que he traducido en el presente artículo:
Durante la última semana de mayo, una misión oficial del grupo político Identidad y Democracia del Parlamento Europeo viajó a Sudáfrica, conmigo viajaron tres eurodiputados italianos de La Lega, el vicesecretario general de ID y mi asesor político. Dado el tamaño y las especificidades de este país, es difícil obtener una visión general de todo en una semana y es imposible ahondar muy profundamente, pero todavía se pueden sacar ciertas conclusiones. Sudáfrica ha sido hasta ahora el país con más éxito en términos de desarrollo y economía en el continente africano, pero eso está llegando a su fin y el país se está convirtiendo en una nación en declive del tercer mundo. Las razones son, en particular, el socialismo de pleno derecho, que más bien ha adquirido las dimensiones del comunismo, y el racismo sistemático contra la minoría blanca. Estos son algunos ejemplos.
Si eres una persona blanca en Sudáfrica (generalmente un afrikaner, un descendiente de holandeses que emigraron allí en el siglo XVII, o un residente de ascendencia británica), es mucho más difícil llegar a la universidad. Te será mucho más difícil acceder a puestos en el sector público. Si eres un granjero (lo que los afrikaners han sido siempre históricamente) el estado te cobra un 43% de impuestos, pero tu eres el responsable de tu propia seguridad, teniendo en cuenta que hay una media de un ataque a una granja cada día y que cada semana uno de estos ataques termina con un asesinato brutal (por lo general de toda la familia). En el lenguaje público es habitual pedir la destrucción de los boers (o afrikaners). Es bastante común que incluso los pastos del ganado estén rodeados de muros y alambre de espino. Por no hablar de las casas con múltiples puertas divisorias y muros dobles en el exterior. Al mismo tiempo, se ignora el hecho de que un país con una población de 60 millones de habitantes es alimentado por unos 30.000 granjeros blancos, que representan aproximadamente el 85% del número total de granjeros.
Jaak Madison y miembros de ID con representantes políticos de la minoría blanca en Pretoria.
Actualmente se está tramitando un proyecto de ley para prohibir la posesión de armas de fuego para la defensa personal. De momento está permitido tener un arma de fuego para la autodefensa, pero también se quiere prohibir y, en consecuencia, no tendrás nada para defenderte en uno de los países con más criminalidad del mundo. Pero hay otro propósito detrás de esta intención: también está en marcha un proyecto de ley que permitiría nacionalizar la propiedad de las personas sobre una base legal. Este proyecto ha pasado por los medios de comunicación europeos y, por ejemplo, una ingenua y tonta periodista estonia escribió que se podrían quitar algunas tierras a los blancos. Pero en realidad quieren ir mucho más allá: el proyecto de ley no se refiere sólo a la tierra, sino a los bienes en general que podrían arrebatarse a la minoría blanca, que podrían ser una casa, un apartamento, cuentas bancarias o ahorros para pensiones, y todo ello sin compensación. La razón es que, como hay mucha gente pobre que no puede comprar tierras, hay que quitárselas por la fuerza a los blancos y dárselas a ellos. Desgraciadamente, esto se ha hecho en el pasado y prácticamente todas las granjas que han pasado de afrikaners a negros locales han sido destruidas. El vecino Zimbabue lo hizo hace unos veinte años y no les consideró granjeros o trabajadores autóctonos.
Cuando hablé con docenas de personas de la zona sobre la situación allí, todos admitieron que viven con un miedo permanente porque nunca saben lo que deparará el mañana: si su granja será atacada o no y si tendrán una granja a corto plazo. A menudo se entiende la situación local cuando se habla con los taxistas. Pregunté repetidamente a los responsables de Uber, que son exclusivamente negros, ¿cuál es la situación? Me contestaron que era terrible. Me enseñaron a no ir a algunos sitios si quería sobrevivir o, en el mejor de los casos, no ser secuestrado. Cuando les pregunté la razón, un gran conductor respondió rotundamente que “nuestros hermanos son perezosos”. Por supuesto, esto no se aplica a todo el mundo, sino a muchos. Toda esta situación ha provocado que cada vez más blancos simplemente abandonen el país y se muden a Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos o Canadá. Además, ninguna persona sensata se atreve a invertir en el país y esto es cada vez más perjudicial para el turismo. ¿Por qué invertir en un lugar donde toda la propiedad puede ser confiscada pronto por el gobierno?
Monumento a las víctimas del primer campo de concentración.
A veces se dice, ¿por qué esos blancos no van de una vez? Los negros allí también suelen decir, “vuelve a tu tierra natal en los Países Bajos”. Por desgracia, todos los que dicen esto ignoran el hecho de que los afrikaners han vivido allí desde 1652. Por ejemplo, la familia de un caballero que conocí ha estado viviendo allí desde 1685. Cuando los europeos blancos llegaron, no había granjas ni estado alguno. Así que no hay razón para decirles que “regresen”. ¿Dónde? Su patria está ahí. Además, simplemente nadie quiere abandonar su patria y están tratando de resistir el estigma del gobierno comunista y racista. Incluso durante el otoño de 1944, miles de estonios decidieron no huir del horror comunista porque no querían abandonar sus granjas. Otro aspecto importante de Sudáfrica es la falsificación de la historia. Por desgracia, cuando se habla de campos de concentración, no se menciona que el primer gran campo de concentración en el mundo fue establecido por los británicos en la guerra bóer de 1899-1902, y que en el murieron al menos 26.000 personas, de las que 23.000 eran niños y el resto en su mayor parte mujeres. En la visión oficial actual de la historia, este asunto está incluso oculto en los programas educativos sudafricanos, por no mencionar al resto del mundo, donde sólo se menciona de un país europeo cuando se habla de campos de concentración.
Algunos han preguntado qué tenemos que ver con la situación en Sudáfrica. Ciertamente, muchos en los países occidentales, por ejemplo, en la década de 1960, decían: ¿qué tenemos que ver con Estonia y que están ocupados? Pero una razón mucho más importante es la ideología vigente en todo el mundo: escuchamos a todas horas, a través de los medios de comunicación, cómo el terrible racismo contra los negros está desenfrenado en los Estados Unidos; Black Lives Matter puede destrozar tranquilamente las calles y matar a la gente, y todavía son elogiados por “luchar contra el racismo”; En Europa, los migrantes pueden difundir tranquilamente su ideología extremista y apoderarse del espacio cultural europeo, y los que se oponen a esto son insultados como racistas, islamófobos o xenófobos. Pero cuando hay una erradicación sistemática de la minoría blanca, el resto del mundo guarda silencio porque no coincide con la cosmovisión de izquierda, donde sólo el hombre blanco es el culpable de la incompetencia y estupidez del continente negro y todos los problemas del mundo. Si puedo abrir los ojos, incluso de unas pocas personas, seguiré teniendo un caso en Sudáfrica.
Es un país con enormes oportunidades y recursos, corrompido por un gobierno incompetente e idiota. Mi opinión personal es que la guerra civil en ese país no es una cuestión de «si», sino de «cuándo».
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