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Para oxigenar el alma utilizo un método muy de nuestro tiempo: me organizo un viaje “virtual” a tiempos pretéritos, vividos por mí. Huyo así, de la atmósfera irrespirable creada por los adoradores de la “Libertad” y la “Democracia”. Cuando el hombre, se olvida de Dios y acepta las consignas de Lucifer inyectadas en la Sociedad por los poderosos agentes del Poder Mundial, el resultado es ése.
Mi comentario publicado en el CORREO de España, sobre la “Cruz de Cuelgamuros” me ha devuelto a los años de la Cruzada y empujado a escribir sobre un obispo, un cardenal, un catalán, y un español “de cuerpo entero”: el Cardenal Isidro Gomá. Fue él, Eminentísimo Primado de España, quien promovió y redactó –sin los complejos de los obispos españoles actuales— la “Carta colectiva de los obispos españoles a los obispos de todo el mundo” con motivo de la guerra en España”; firmada por todos (salvo un par, más o menos, “picados de separatismo”). Ese documento cambió la opinión de la Iglesia Católica a nivel mundial sobre que realmente ocurría en nuestra Patria en 1937. Abrió los ojos a los católicos extranjeros, víctimas del inmenso poder de los medios de comunicación, controlados por la Sinagoga de Satanás. ¿Se entiende por qué añoro la presencia de hombres como él, en la actual Jerarquía?
Comprenderán mejor, mi lamentación en el artículo anterior al comprobar que nadie entre los que mangonea la “Conferencia episcopales”, ha sido capaz de informar al mundo católico, la Iglesia Universal de la esencia y significado del Valle, de quién fue Franco –el verdadero, no el “inventado”, – Pablo VI, abrió los ojos cuando leyó el testamento del Caudillo-, ni sobre cuál fue su obra de estadista insuperable. ,
¡Ojalá nos envíe Dios otro cardenal Gomá!, alguien con personalidad, sin miedo a la Moncloa, ni a Bruselas, o a Moscú; tampoco a Washington o al Vaticano. Con capacidad para reivindicar la grandeza de España , la trascendencia de su Cruzada y de su Victoria para el universo mundo , convencido de la obligación moral de dar a conocer esa maravilla, erigida por iniciativa del Generalísimo, y gloria de la Santa Madre Iglesia, por los valores que encierra su razón de ser objetivo – aplicación de la doctrina de Reconciliación y el olvido de las ofensas-.y que, sin la amenore duda, es la obra de arquitectura, ingeniera y arte, más importante de los últimos siglos.
El cardenal Gomá es de la estirpe de los grandes obispos que, -como el hijo de santa Mónica-, el gran Agustín de Hipona, que unían la ciencia a la elocuencia como complemento de su indiscutible personalidad .
Pero no me voy a enzarzar en la biografía de un hombre nacido en un pueblecito de Tarragona –La Riva- y llega en Toledo a cardenal Primado de España. Que vivió el último tercio del siglo XIX y el primero del XX, con la materia que daría de si, los momentos vividos como pastor y como español en esos años azarosos de nuestra Historia: El fin del Imperio -con el llamado “Desastre del 98”,- la Semana Trágica, las guerra del Rif, la Dictadura del General Primo de Rivera, la caída de la Monarquía y el lustro nefasto de “República del Crimen”… que culminaron en el Alzamiento del Pueblo contra los criminales rojos, los separatistas y los lacayos de la Sinagoga de Satanás -masones, y mafias de todo tipo—coronado por la Victoria del 1º de abril de 1939. Aunque reconozco que comentar su vida sería aleccionador para las actuales generaciones de ministros de la Iglesia. También de los católicos de a pie.
Si lo he tomado como tema es por la magistral lección que nos dejó en la “citada carta de los Obispos españoles” a sus hermanos del resto de las naciones. Probablemente habrá muchos sacerdotes y hasta algún obispo –o más de los que pensamos- que no la han leído… ¿La conoces tú? Si tu respuesta es negativa el remedio hoy, es fácil. El ordenador te permite encontrar cualquier documentación rápidamente.
Mi consejo –único— a los lectores será que tomen precauciones para conseguir un documento ajustado al texto original. El periodista -y luego Arzobispo de Mérida-Badajoz, Monseñor Antonio Montero, – tres meses “más joven” que yo,- la incluye en su extraordinario libro “Historia de la persecución religiosa en España”, editado por la B.A.C. (1961). Es el que manejo yo. El libro es fundamental y debería ser de lectura obligatoria–y hasta estudio- en todos los seminarios, noviciados, colegios y universidades católicas, para inmunizar contra el “Modernismo” y sus venenos, – el seudo-pacifismo, el dialogo y los consensos— (Dato curioso y “misterioso”: El libro se agotó, pero no se reeditaba. Los muchos interesados buscaban y acabaron poniendo a trabajar las fotocopiadoras…-¡tiene 884 páginas!—. Finalmente, casi medio siglo después, la B. A. C. “cedió” y lo reeditó.)
Vivimos en el siglo XXI y, entre los nefastos efectos de los regímenes llamados democráticos – son un “engañabobos”- el peor es que conducen infaliblemente al borreguísimo, autopista hacia la esclavitud. Que puede ser marxista o capitalista, -y, siempre, sionista—
. Obviamente, cada generación aporta hombres con personalidad. Siempre ha ocurrido y ocurrirá así; pero la diferencia está en el número: aumenta o disminuye según la formación impartida a los jóvenes.
Desde la Victoria Aliada, con la práctica totalidad de los Gobiernos de mundo llamado “libre” en manos de la Sinagoga de Satanás, se ha impuesto como objetivo arrinconar –para anular- a los colegios de religiosos para imponer la educación laica o agnóstica con la llamada “pública” impidiendo de ese modo e impedir la educación católica y, de ese modo, la juventud pierde la oportunidad de formarse adecuadamente. Por otra parte, tras el Vaticano II,-y su “clima” de “diálogo” y “consenso” se incrementan los obstáculos para el desarrollo de personalidades de la categoría del Cardenal Isidro Gomá.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.