06/05/2024 02:27
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Principiando década de los cincuenta del pasado siglo, concretamente año 1951. Los estados miembros de la Organización Mafiosa contra la Salud publicaron el primer Reglamento Sanitario Internacional (RSI), el texto precursor del actual RSI que entró en vigor en 2005. Es una herramienta de derecho internacional jurídicamente vinculante en 196 países, entre ellos, los 194 Estados miembros de la fraudulenta OMS, que fija derechos y obligaciones para los países, incluida la obligación de notificar a la OMS los eventos de salud pública que puedan propagarse a escala mundial. Arquitectura global de biocontrol, pues, bajo pretexto de «seguridad sanitaria global». Significa completa vigilancia, y la gestión planetaria de la «salud». Soberanías nacionales, en asuntos sanitarios, ya absolutamente perdidas. Y pululando por allí «extraños» compañeros de tálamo: el Partido Comunista Chino, el Fondo Económico Mundial y, atroz perejil de todas las indigestas salsas, Bill Gates.

6 de febrero

Pasado 6 de febrero, enmiendas propuestas al citado RSI.  El informe, denominado A/WGIHR/2/5, propone «recomendaciones» sobre personas, equipaje y carga, que incluyen la recogida de información de los pasajeros para localizar contactos. Excusa, la de siempre, tan falsaria: seguridad sanitaria global. Propósito de las enmiendas, otorgarle mucho más poder a la OMS. Ni emergencias globales ni pollas en cebolla.

Al mismo tiempo, prosigamos, el documento donde se recogen las enmiendas también propone “apoyar la libertad de circulación del personal sanitario y de productos médicos vitales, así como abordar las cuestiones relativas a la repatriación de pasajeros», es decir, el retorno de personas a sus países de origen desde el extranjero en caso de cierre de fronteras.

Y agreguen más claves. Documentación sanitaria y su digitalización, salvoconductos en forma de certificados digitales o de códigos QR. Implementación de un pasaporte de vacunas global/identidad digital, «vacunas» obligatorias, restricciones de viaje y atención médica estandarizada. Todo ello combinados con la apabullante introducción de monedas digitales de bancos centrales («CBDC»). Tales identificaciones «inteligentes» facilitarían despóticamente la posibilidad de supervisar, controlar y hacer cumplir los tiránicos dictados de la OMS y, en el ínterin, castigar severa y cruelmente a quienes los desafíen.

12 de marzo de 2023

Pasado domingo 12 de marzo, vuelta de tuerca. El Director general de la OMS (Organización de Mata Sanos), el terrorista etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció «con gran satisfacción» un proyecto conjunto del Parlamento de la UIP (Unión Interparlamentaria) y la OMS, «que puede guiar a los parlamentarios en el camino hacia la salud para todos, incluso en la elaboración de leyes, finanzas, impuestos y responsabilidad.» Sic.

Recordemos, por otra parte, que el Parlamento de la UIP afirma «capacitar a los parlamentos y parlamentarios para promover la paz, la democracia y el desarrollo sostenible». De los 190 parlamentos del mundo, 178 parlamentos nacionales son miembros de la UIP. El español, entre ellos.

En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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