
Noticias recientes. El Periódico: «La Audiencia da carpetazo a una investigación por las muertes en una residencia de Parla durante la pandemia». El País: «El informe del Parlament sobre la covid en las residencias evita señalar a culpables pero denuncia deficiencias en el sistema». El Triangle, sobre lo anterior. «Las familias consideran una «burla» el informe del Parlament sobre el covid en las residencias. El escrito, aprobado por ERC, PSC y Junts, admite que se cometieron errores, pero evita señalar a culpables». Pues eso. Burla, infamia, crimen masivo. Impunidad. Para Ayuso, Torra, Iglesias. Para todos los gerontocidas, por acción u omisión.
Y culparon a un bichito…
En todo el orbe occidental, decenas de miles de personas mayores fueron en realidad, presuntamente, asesinadas para aumentar las tasas de mortalidad atribuyéndoselas falsamente al inexistente Sars-CoV-2. Y de esa manera, incrementaban las tasas de mortalidad. El falsario culpable covidicio, escogido. El chivo expiatorio de la plandemia, en principio, viento en popa. De paso, más pasta por cada exitus covidiano. Asesinato deliberado y masivo de ancianos indefensos.
Practicando la eutanasia durante esos días a tutiplén. Sin molestos testigos. Midazolan, top. Otrosí: cloruro mórfico. O lo que se terciara para el “crimen perfecto”. Los familiares, in albis. Ancianos sacrificados para aumentar las “muertes por Covid” y enloquecer de pánico a la culocagada peña en los idus de marzo de 2020 para obtener “legitimidad” (bio)política para los ulteriores secuestros domiciliarios y las futuras y siniestras timovacunas que estaban por arribar...
…El reciente y brillante estudio de Wilson Sy lo vuelve a confirmar. Y otros apuntes sobre la referida y brutal matanza que ya dejé escritos en este apreciado medio digital. En fin.
DOCUMENTAL ASESINADOS, DE NAUZET MORGADE
Autor

- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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Asesinos criminales.