04/05/2024 09:53
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Soleada la mañana de San Isidro de 2023, que será recordada por ser la que abrió la Puerta Grande de la plaza de Las Ventas de Madrid el salmantino Marco Pérez, un niño de 15 años, tras cortar 4 orejas al lidiar 3 erales (toros de dos años) en lo que se había denominado una clase práctica. Heredó la afición a los toros de su padre, y desde los cinco años compagina sus estudios en el colegio con su entrenamiento como torero. Hoy, ya ha hecho historia.

Las entradas a la plaza eran gratuitas, aun así era difícil congregar a algo más de dos tercios del aforo (más de 15.000 personas), de gentes de Madrid y llegadas desde diversos puntos de Salamanca y otros lugares de España para ver a este niño prodigio, apodado por algunos como el “torero del futuro”. Un caso parecido al que sucedió en su día con “El Juli” y al que Marco conoció con pocos años. El ambiente denotaba expectación según uno iba acercándose a la plaza, y es que allí estaba congregada hasta la banda de música, para tocar entre toro y toro, como manda la tradición musical en Madrid.

Hace más de un año que empezó a despuntar, pero su fama llegó en octubre de 2022 en Sevilla, en un festival celebrado en la plaza de la Real Maestranza, donde consiguió, tras cortar un rabo, salir a hombros por la Puerta del Príncipe. Eso fue lo que llevó a los empresarios de Las Ventas, Plaza 1, a programarle junto con el resto de figuras, en la presentación de los carteles de San Isidro. Eso, y que poco antes, el Ministerio de Trabajo de Colombia le había prohibido torear en una feria taurina. Otros países donde ha toreado han sido Méjico, Ecuador y Venezuela.

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Pero volvamos a San Isidro. Los erales, de la ganadería de Jandilla, tenían buenas hechuras. Cortó dos orejas al primero, dos al segundo, y ovación y vuelta al ruedo con el tercero.

A mi parecer, el primero fue el mejor. Una faena para recordar, con pases ligados y toreo en redondo. Fue un auténtico recital con el capote y la muleta. Chicuelinas, manoletinas, pases de espalda y de pecho, no sin momentos tensos, pasándose al toro muy cerca. La suerte suprema, sublime, qué forma de entrar a matar a un animal que casi le superaba en altura.

Marco Pérez al capote, con el primer eral

Con el segundo tuvo problemas serios, el toro le quitó el capote en una larga cambiada de rodillas. Tras recuperarse, Marco se confió, y luego el animal le cogió dándole una tremenda paliza al cogerle y pasarle por encima. Aun así, se quitó la chaqueta negra y siguió toreando en chaleco, entrando finalmente a matar con un estoconazo fulminante.

Marco Pérez con la muleta en su primer toro

Al tercero lo fue a recibir a porta gayola, y al salir el toro muy parado, casi le da un susto a Marco, del que se repuso de nuevo intentando sacarle nuevos pases para el recuerdo. Aun así, el animal no era capaz de ligar un pase tras otro. Fue el toro que parecía ser el más grande. No tuvo suerte al entrar a matar, lo que le privó de premio en este ejemplar que cerraba plaza, pero consiguió ovación y vuelta al ruedo.

Finalmente, una nueva vuelta al ruedo pero ya en hombros, y Marco Pérez salió rodeado de niños, jóvenes y adultos por la Puerta Grande de Las Ventas. Ya ha hecho historia. Se lo ha ganado por su afición, esfuerzo, dedicación e ilusión. ¡Enhorabuena!

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