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La organización mundial de la salud, por sus siglas en inglés, tiene el acrónimo de «WHO» (World Health Organization), que también significa, «QUIEN» – en modo pregunta -.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es una agencia especializada de las Naciones Unidas con sede en Ginebra, Suiza.
Afirman ser los que se encargan de promover la salud, prevenir y tratar enfermedades, y mejorar la calidad de vida en todo el mundo.
Entre sus funciones se encuentran establecer normas y estándares internacionales, colaborar con los países para desarrollar sistemas de salud sólidos y sostenibles, proporcionar información y asesoramiento científico, coordinar la respuesta internacional a emergencias de salud pública y trabajar para reducir las desigualdades en la salud y garantizar el acceso universal a servicios de atención médica de calidad.
Eso dicen ellos.
El Director General de la OMS es el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus (Doctor en Biología), de origen etíope, quien asumió el cargo el 1 de julio de 2017.
«Tedros» es un nombre propio de origen etíope que significa «saludador», «bendecido» o, «bendecidor».
«Adhanom» es también un nombre propio de origen etíope, que se traduce comúnmente como «mi mundo» o «mi universo».
El «bendecidor de mi mundo» o el «bendecido de mi universo». Mira que lindo -y modesto- nombre le pusieron.
El presupuesto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el bienio 2020-2021 no es modesto precisamente.
Es de aproximadamente 6.1 mil millones de dólares estadounidenses. Por lo tanto, la OMS recibe un promedio de alrededor de 3.05 mil millones de dólares por año que el «bendecidor» gestiona.
El 87% del presupuesto de la OMS proviene de las aportaciones de 194 estados miembros. El otro 13% de organizaciones privadas.
La Fundación Bill y Melinda Gates fue uno de los principales donantes no estatales de la OMS en los últimos años, y contribuyó con más de 530 millones de dólares en el período 2016-2017, lo que representa alrededor del 10% del presupuesto total de la OMS para ese período.
La Fundación Bill y Melinda Gates por sí sola es responsable de más del 88% de la cantidad total donada por fundaciones filantrópicas a la OMS. Otros contribuyentes son la Fundación de la Familia Bloomberg (3,5%), el Wellcome Trust (1,1%) y la Fundación Rockefeller (0,8%).
Estados Unidos – en ese mismo periodo – contribuyo con un 15%. O sea que más del 25% del capital de la OMS, proviene de ese país.
Según las cifras oficiales, en Estados Unidos – el país más poderos del mundo – falleció por el virus pérfido y maléfico (llamado COVID), un 0.2% de la población.
Según esas mismas cifras oficiales, en el país más pobre del mundo, Burundi, murieron 6 personas de una población de 11 millones y medio. Si, seis.
O sea, un 0.000052%.
¿»Quien» lo puede explicar?
La renta per cápita de Burundi en 2020 fue de aproximadamente 261,3 dólares estadounidenses al año.
La de Estados Unidos fue de aproximadamente 63,344 dólares, según el Banco Mundial. Por lo tanto, la renta per cápita de Estados Unidos es – o era en ese periodo – aproximadamente 243 veces mayor que la de Burundi.
Curiosamente, Burundi expulsó al máximo responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo del 2020.
Pierre Nkurunziza, presidente de Burundi y responsable de ahuyentar a los «agentes» de la OMS, falleció un mes después, en junio del 2020.
Pierre Nkurunziza, el presidente «negacionista», murió de un repentino paro cardíaco el 8 de junio de 2020. Los «emisarios» de la OMS, fueron expulsados el 15 de mayo. Así que 23 días después de darles «una patada en el culo», el presidente de 56 años tuvo un «sorpresivo» y fulminante ataque que lo envió al «otro universo».
Todo muy inesperado.
Otro dignatario africano que desalojo a los representantes de la OMS, fue John Magufuli, presidente de Tanzania.
Magufuli envió muestras de cabra, de una papaya y una codorniz para someterlas a una prueba de coronavirus.
Posteriormente, cuando las 3 pruebas dieron positivas a COVID-19, el presidente expulsó a la Organización Mundial de la Salud luego de haberlos confrontado públicamente. Parece que en Tanzania, hubo 21 muertes de este supuesto virus letal, de una población de más de 60 millones. El porcentaje sería del 0.00003415%.
Algunos, en el resto del mundo llevaban «bozales» hasta en la playa o cuando conducían solos en su coche.
El Presidente de Tanzania, -curiosamente- también murió de una dolencia cardiaca en marzo del 2021.
Quien lo diría…
En mayo de 2021, Chad pidió la retirada de la coordinadora de la OMS en el país después de que se informara que se había enviado una carta a un hospital local, en la que se mencionaba que el número de casos de COVID-19 en Chad era mayor que el reportado oficialmente por el gobierno.
El gobierno de Chad acusó a la coordinadora de «falsificar» los datos y afirmó que la información era «alarmista».
Idriss Déby, el presidente de Chad, murió el 20 de abril de 2021, después de resultar herido en el frente durante un combate contra los rebeldes en el norte del país.
Idriss Deby tenía 68 años en el momento de su fallecimiento.
Un poquito mayorcito para entrar en combate, ¿no?
¿Habra alguna relación entre oponerse a las medidas de la OMS, y morirse derrepente?
¿Quien lo pueden decir…?
El presidente Jovenel Moïse, Era uno de los más fervientes opositores a la aplicación de vacunas contra la pandemia de coronavirus.
El miércoles 7 de julio del 2021, Jovenel Moïse —presidente de Haití— cayó asesinado a balazos por un comando.
Según nos cuenta «Le Nouvelliste» – el periódico más leído de Haití – los sospechosos del magnicidio fueron capturados en Florida (USA).
¿Algo que ver? Quien sabe.
Eritrea ha sido el único país de África —y el único del mundo, aparte de Corea del Norte— que no le dio «la gana» de vacunar a su población contra el COVID.
El Presidente Isaias Afwerki gobierna desde hace casi tres décadas y tiene uno de los mayores ejércitos de África. En junio del 2022, no habían empezado las inoculaciones y según los datos reportados por la Universidad Johns Hopkins hasta el día de hoy, 16 de abril de 2023, Eritrea ha reportado un total de 101 casos confirmados y ningún fallecimiento por el «tenebroso» COVID-19 desde el inicio de la pandemia.
¿Eritrea «0» casos? Pues sí.
Según el Banco Mundial, en 2019 la renta per cápita de Eritrea fue de aproximadamente 292,2 dólares estadounidenses. La población de Eritrea es de alrededor de 3,5 millones de habitantes.
¿Tendrá algo que ver que los países más pobres y desorganizados, tengan menos víctimas por este malicioso y siniestro «Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2»?
A lo mejor, el «bendecidor de la humanidad» el «alegre» etíope, Thedros, nos lo puede explicar.
¿Si no él, QUIEN?
Se lo podríamos preguntar también a Bill Gates, que etimológicamente significa «Puertas selladas» o » el sello de las puertas».
¿Puertas hacia dónde?
O al inefable «especialista» – y surfista en sus ratos libres- , Fernando Simón Soria.
«Simón» del hebreo סיימון (Shimon), que significa «El que ha escuchado a Dios»
Me pregunto yo, ¿a que «dios» escuchara este?
«Quien» sabe…
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