21/11/2024 11:47
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A tenor de sus bandazos de incongruencia y carencia de posicionamiento, Feijóo es una maldición para España en estos tiempos cruciales. Surgido de las cenizas de Pablo Casado se postula como el Ave Fenix de la traición, colaboracionista del golpismo sanchista, facilitando los atropellos dirigidos a fulminar la democracia, definitivamente. Es el cómplice necesario que desde el visto bueno a la cesión desde el Consejo General del Poder Judicial ha entregado acomplejadamente el Tribunal Constitucional, según denuncia Abascal, ahora en garras del sectarismo radical del comprado Conde-Pumpido, exfiscal del Estado. La contrapartida está por ver, seguramente engañado por el trilero de La Moncloa. Pumpido es un demostrado gregario por la torticera manipulación de la Justicia al servicio del PSOE, como anteriormente con el miserable Zapatetero, esta vez a las órdenes de las codicias comunistas, independentistas y filoterroristas al albur de los caprichos liberticidas del cum fraude monclovita. No nos engañemos buscando responsables: Núñez Feijóo es cabeza visible de este atentado contra la Justicia, el facilitador, submarino del sanchismo, de las próximas aberraciones que buscan contentar los intereses tabernarios de los enemigos del Estado de Derecho.

Muy satisfecho está el nacionalista encubierto tras el escaparate de la presidencia del PP con tal de zancadillear todo aquello que llama a una urgente e inteligente alianza con VOX para gestionar soluciones frente a la intención totalitaria de Pedro Sánchez. Es cuestión de torpeza, como de maliciosa necedad, rodearse de un equipo afín a las simpatías por la desintegración territorial y la empatía por políticas izquierdistas que extravían la esencia liberal de los populares junto a los potenciales votantes, perplejos por los devaneos del PP con la indecencia e hipócrita condición especulativa de no se sabe qué objetivos, lejos de las verdaderas necesidades de los ciudadanos. Esa torpeza se acrecienta con cada declaración de un misérrimo jefe de la oposición de errática trayectoria desde que tomó las riendas desbocadas de un presumible liberalismo a la deriva. No es de extrañar que se postule, más centrada y coherente con las alarmistas circunstancias, a Isabel Díaz Ayuso como repuesto si en próximos comicios se constata un descontento de votantes frente a los errores y traiciones del decepcionante candidato a la presidencia.
Contrasta la beligerancia de la izquierda que, con el pretexto de desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial, llamó fascistas a los jueces, con la sordina, la sumisión suicida de la Oposición cuando el sectario Conde- Pumpido ha pasado a presidir el TC a las órdenes de Moncloa con un vuelco de 7 jueces progresistas frente a los 4 conservadores. VOX alerta de la maniobra y cursa a la vez recursos que caerán en el pozo sin fondo de la mayoría progresista, que obrará con retorcida disposición una vez intervenido el tribunal de garantías del mismo modo que la Fiscalía General del Estado. Feijóo ha otorgado carta blanca a un psicópata diagnosticado desde la aquiescencia togada de afines sin escrúpulos.
El golpe de estado se consuma a falta del asalto a la Jefatura del Estado. Pumpido es el submarino que procederá a dinamitar las bases elementales del Estado de Derecho y la vigencia histórica de la Constitución cuyo espíritu del 78 tiene sus días contados. Sería un auténtico y complejo proceso reversible el que habría que acometer, acentuando un propósito de sanación institucional después de la ponzoña vertida durante esta destructiva legislatura, pero el daño contra la estructura vital del Estado de Derecho está consumado, estando España a merced de los históricos enemigos que otrora provocaron la confrontación civil.
Feijóo escribirá con deshonor la Historia que juzgará su desdén contra la propia democracia. Más que un líder de la Oposición parece un agente encubierto del socialcomunismo disimulando la intencionalidad de arruinar la oportunidad de cambio. No solo es torpeza, también una maliciosa necedad que pasará factura en las urnas a favor de VOX, el aliado necesario que desdeña en favor de Sánchez.
Traición fue entregar el Tribunal Constitucional en una incomprensible maniobra contra la Constitución carente de recursos defensivos. Paradójico y traicionero ha resultado ser Feijóo quien presumiblemente seguirá errando, visto lo visto, contra España.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Carlos

Feijó es Rajoy 2…, o peor.
Y ambos eran, y son, masones.
(Tal vez así podamos entender mejor su no actuacón ante la deriva siniestra de España).

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