21/11/2024 10:15
Lola Castellón, especialista en Hipnosis terapéutica.
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Lola Castellón, tras 25 años ayudando a las personas mediante diversas disciplinas orientadas a la prevención y bienestar, como son la Medicina Tradicional China y la Acupuntura, entre otras, inició su andadura en la Psicología para formarse en Psicoterapia Cognitivo Conductual y Psicoanálisis en la Universidad Antonio de Nebrija. Los conocimientos adquiridos le guiaron e interesaron por la Hipnosis como prodigiosa herramienta de sanación interior. Posteriormente se especializó en Hipnosis Clásica y Ericksoniana e Hipnoanálisis, con grandes expertos de la Psicología y la Hipnoterapia.

¿Cómo nació su inquietud por las terapias naturales?

Desde muy joven sentí la vocación de estudiar Medicina con el fin de ayudar a las personas, pero en ese momento mi padre, como en la mayoría de adolescentes tutelados, era el que lo decidía. En mi caso, él pertenecía a una generación de creencias tradicionales que no aprobaba que una hija fuera a la Universidad. Así que fui indagando opciones y madurando con la firme idea de ayudar a mi prójimo, dándome cuenta de la importancia de hacerlo en equilibrio con la Naturaleza. Un buen día me topé con la sabiduría ancestral de Oriente y me propuse estudiar Medicina Tradicional China, durante cuatro apasionantes años, con finalización práctica en un hospital de Pekín. A partir de ahí, y hasta el día de hoy, han transcurrido 25 años y no he parado de aprender a propósito del sabio y prodigioso mundo de las Terapias Naturales.

¿Y por qué las psicoterapias?

En esa búsqueda fantástica en la que me sumergí con el propósito de ayudar a los demás, advertí que una característica muy importante de las diversas terapias -las que de forma profesional estaba ejerciendo-, es que la comunicación con las personas y la empatía con ellas son causa importante en el proceso de su bienestar y mejora. Además, analicé, en frecuentes casos, la causa de problemas sutilmente anclados al estado emocional y/o un proceso vivencial en el pasado. Ello me supuso un nuevo reto de estudio en el campo de la Psicoterapia.

Dentro de este campo, ¿por qué se ha especializado en hipnosis?

Porque comprobé que, en múltiples y reiterados casos, las personas no podían modificar aquello que querían cambiar. Verbigracia: alguien que sufría miedo al hablar en público cuando racionalmente no había motivo aparente ni peligro alguno por comunicarse con una audiencia; en cambio, algo superior a la voluntad se lo impedía.

La respuesta la encontré en nuestro subconsciente, esa parte de nuestra mente que guarda nuestra historia de vida, nuestras experiencias y que rige la manera de desenvolvernos en la vida, nuestros gustos, creencias, emociones… Aunque nuestra mente racional, consciente y analítica, nos diga lo que debemos o es bueno hacer.

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Mediante un estado de hipnosis podemos llegar a ese almacén llamado subconsciente y, con el uso de técnicas avanzadas y estudiadas, cambiar cuanto no somos capaces de realizar desde la mente racional.

¿Hasta qué punto es una ciencia con estudios reglados, pese a la fama de no serlo?

La hipnosis data de cientos de años, desde los faquires en la India que lo utilizaban en sus espectáculos, pasando posteriormente por el interés de la Ciencia que comenzó a implementarla en el campo de la Medicina de la mano del neurólogo francés Jean-Martin Charcot; como práctica curiosidad, ahí tenemos a nuestro premio Nobel Ramón y Cajal que la utilizó en el parto de su esposa durante el nacimiento de su sexto hijo.

Comenzaron a publicarse estudios en revistas médicas de prestigio, llegando al interés de Freud y cobrando especial relevancia con el Psiquiatra Milton Erickson, dando lugar a la aparición de asociaciones para el estudio de la Hipnosis y siendo, hasta el día de hoy, motivo de múltiples estudios, tanto clínicos como experimentales, con expreso reconocimiento de la Ciencia y existiendo como Master en la carrera de Psicología. La controversia surge del desconocimiento y de la frivolización de unos valores de empirismo que nada tienen que ver con la desvirtuada presentación como espectáculo. Su seriedad como técnica avanzada de sanación es de relevancia constatable.

¿Cómo podemos definir la hipnosis y qué técnicas emplea?

La hipnosis es un estado de máxima concentración y atención en el que se facilita el aprendizaje y la absorción de información utilizando la sugestión y la imaginación.

¿Es compatible con la fe católica?

Es compatible y constructiva, pues no dista en absoluto de las enseñanzas sobre la virtud interior y su exponencial capacidad para comunicar con lo más representativo de los valores humanos y la expectativa del consejo de lo divino. La voluntad sobre el Bien prepondera en sus fines terapéuticos y de mejora personal.

¿Qué grado de eficacia tiene?

Sabiendo que mediante el estado de concentración accedemos al estadio donde se origina el bloqueo limitante, la Hipnosis se presenta como una herramienta muy rápida, una media de 2 a 3 sesiones, con un porcentaje de éxito muy alto. Todo ello, por supuesto, de la mano de un profesional especializado que sepa diferenciar y derivar los casos estrictamente médicos.

¿Cómo le llena, a nivel personal, esta actividad profesional?

Con satisfacción motivadora, pues sus beneficios y labor social son exponenciales ya que existen limitaciones cotidianas y simples que se arrastran durante la vida: como son los miedos irracionales; las tristezas; los duelos no cerrados; las fobias y la falta de autoestima, la falta de confianza en uno mismo, etc…Impiden desarrollarse como uno desea y ahí es cuando la hipnoterapia da el empuje necesario que me permite ser testigo de los grandes cambios en el antes y el después de cada persona que confía en mi trabajo. Es maravilloso comprobar la voluntad de cuantos descubren su fuerza interior, permitiéndome ser guía del proceso de la recuperación personal.

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¿Conlleva riesgos la hipnosis o puede anular la voluntad personal?

En absoluto, a pesar de la dramatización y la exageración en espectáculos que buscan el aplauso de un público no versado en la hipnosis con fines de sanación personal. Le pondré una similitud del estado de hipnosis en el que hemos entrado todos en algún momento: cuando vemos una película o leemos un buen libro donde nos sumergimos y llegamos a sentir alguna emoción que nos haga llorar o sentir terror, eso es hipnosis.

No hay peligro en estas acciones, pues nadie queda atrapado en un libro o mientras visualiza una película; no se pierde la voluntad ni la consciencia. Son falsos mitos que con un poco de información se esclarecen.

Pueden seguirla y contactar con ella a través de su web:

www.lolacastellon.com

Autor

Lola Castellon
Lola Castellon
Lola Castellón es Psicoterapeuta especializada en Hipnosis Clínica Reparadora e Hipnosis Ericksoniana y Psicoterapia Cognitiva Conductual.

Su profesionalidad está avalada por 25 años, durante los cuales, empujada por la vocación para ayudar a su prójimo, cursó estudios de Medicina Tradicional China, Nutrición Ortomolecular, Fitoterapia, Naturopatía, Nueva Medicina Germánica, etc… Con la  experiencia que todas estas maravillosas herramientas le brindaron, advirtió el papel fundamental que tenía la mente en cualquier proceso relacionado con el bienestar y equilibrio de las personas, por lo que para poder ayudar debía enfocarlo de una forma holística pero, sobre todo, desde su Origen. Motivada por ello, comenzó a enfocarse en la mente y sus emociones estudiando Psicoanálisis, Psicoterapia Cognitivo Conductual, en la Universidad Antonio Nebrija, especializándose en Hipnosis Clínica Reparadora e Hipnosis Ericksoniana.

http://www.lolacastellon.com
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Hakenkreuz

La fe en Jesucristo Nuestro Señor, en su Palabra contenida en los Santos Evangelios, es incompatible con cualquier otro ídolo o falsa doctrina venida de Oriente o de donde sea. De hecho, esas tendencias orientales pueden tener un horroroso impacto sobre personas y familias, como la nueva era, el yoga, la «meditación» oriental, etc. Hay que extremar el cuidado con ésto, pues lo que suelen hacer es alejar a los individuos de Dios y hacerles perder la confianza en Él, que es el único que puede curar de verdad cualquier dolencia.

A Dios no lo contiene subconsciente alguno, sino el alma inmortal de la persona, su conciencia, que es el estado al que continuamente hay que atender y por el que hay que velar sin descanso, pues constituye, como san Bernardo nos reveló, el heraldo de Dios. Y el amor a Dios pensando cuanto más en Él mejor, la oración frecuente, humilde, en silencio o en familia, el espacio para el retiro interior, los sacramentos y la profundización en el conocimiento de Dios por medio del Nuevo Testamento (de todas las Sagradas Escrituras), lecturas de santos y meditación de pasajes del Evangelio, pueden traer paz interior y todos los dones y frutos del Espíritu Santo donde cualquier otro tratamiento falla, las más de las veces, estrepitosamente, pues no dejan de ser meros negocios en los que no se busca el bien del pobre desgraciado que en ellos confía incautamente, sino engañarle para que se deje en ellos su dinero. No hay otro camino para la maduración espiritual que esforzarse en conocer y amar a Dios, que nos ama infinitamente. No hay mecanismo más eficaz y cura total contra los miedos irracionales; las tristezas; los duelos no cerrados; las fobias y la falta de autoestima, la falta de confianza en uno mismo, etc. que guardar la Palabra de Dios y aplicarla en la vida, pues para el que ama a Dios no hay miedos, ni racionales (a la muerte, al tormento, al infierno, etc.), ni mucho menos irracionales. Pues para el que ama a Dios hay alegría todos los días, regalo del Espíritu Santo. Para el que ama a Dios los duelos son como la cruz dolorosa, aceptados y llevados en unión a Dios, con mucha esperanza y confianza en Dios, pues de la cruz se extrae la mayor maduración. Para el que ama a Dios las fobias dan risa. Para el que ama a Dios estima a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, por encima de todos y todo, vive para Dios, muere para sí y para el mundo y vive para gloria de Dios, pues en comprender lo que ésto significa está la verdadera libertad de todo ese tipo de cadenas y esclavitudes. Para el que ama a Dios solo hay confianza plena en Dios (Jesús, en Tí confío, Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío), solo se busca a Dios, no a uno mismo, que ese es el error (es necesario conocerse a sí mismo en el conocimiento de Dios. Nosotros somos criaturas indignas y miserables por el pecado, pero Dios nos redimió y salvó en la Cruz porque para Dios nadie está perdido, hay perdón para todo el que acepte su perdón. Nadie puede sustituir a Dios, nadie). Para el que ama a Dios, Dios lo es todo, o como escribía por medio de San Pablo: «Para mí, la Vida es Cristo». La desgracia más grande de este mundo es no entenderlo, verse cegado por la soberbia contumaz que no quiere dar a Dios la oportunidad de redimirle y curarle, prefiriendo curanderos y hechiceros de todo tipo.

Nuestra mente racional no determina qué es bueno y qué debemos hacer. La moral, el bien y la virtud vienen determinadas no por mente alguna, salvo la de Dios Todopoderoso. Es el NT el que establece la Santísima Voluntad de Dios, el Bien y los mandamientos que toda mente inteligente ha de guardar para su bien presente y eterno. Por eso es necesaria mucha humildad para saberse criatura, no Creador.

Lola Castellon

Querido amigo o amiga (Hakenkreuz) admirable su disertación, se nota que se ha empapado en los conocimientos religiosos a lo que le invito a leer esta entrevista e indagar en la psicología científica de esta forma podrá distinguir.

Hakenkreuz

Psicología científica…
Dígame una cosa, sra. Castellón. La ciencia es un don del Espíritu Santo, de lo contrario sería una especie de hechicería que podría traer mucho mal a quien la padeciese. ¿Lo cree usted así?

Lola Castellon

¿Se refiere a la ciencia de hoy y que ayer no lo era o a la de mañana y que hoy no lo es?

Hakenkreuz

¿Cómo puede ser «»ciencia» algo que es relativo, que hoy es y mañana no es? Si es ciencia, es don del Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad, y, por tanto, es Verdad siempre, ayer, hoy y mañana. La Verdad no tiene término y es atemporal. Si es hechicería, no es ciencia, es engaño, manipulación, mentira y negocio para extraer dinero a los que no saben en quién confiar.

¿O usted, experta en sofrología, está sugiriendo que el Espíritu Santo miente y que la ciencia no es don suyo y que hoy puede ser y mañana no o viceversa? Le recuerdo que el Espíritu Santo se revela por medio de santos y santas. Solamente un loco de atar se atreve a pecar contra el Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad, pues el pecado contra la Verdad no tiene perdón, ni en esta vida, ni en la eterna. Así nos lo enseñó Dios mismo y así lo reflejan los Evangelios. También se nos enseña a rechazar falsos profetas.

Usted escribe sobre «psicología científica». ¿Es esa psicología don de Espíritu Santo? Solo caben dos alternativas: sí o no. Y si esa psicología «científica» es sí o no según quien la mire, según un relativismo mal llamado «científico», es puro engaño.

Lola Castellon

A ver, no se ponga así que me parece no ha acabado de entenderlo y le pongo un ejemplo,
“Ayer” la ciencia pensó que la Tierra era plana por lo que tras acusar a Galileo de loco y más, hoy la ciencia y supongo que ahí estará usted conmigo sabemos que es redonda.
“Ayer” la ciencia decía que existía una parte de nuestro ADN que no servía para nada, fue bautizado como, ADN basura, hoy han podido ver que ese ADN basura, es primordial para una actividad adecuada de nuestros genes.
A eso me refiero Sr/Sra cuando digo la ciencia de ayer y hoy.
Si quieres saber puede buscar, hay mucho conocimiento al alcance de todos ya que no es ciego el que no ve sino el que no quiere ver.
Para terminar, le invito a conocer la maravillosa historia de nuestro premio Nobel de medicina, Santiago Ramón y Cajal el cuál fue un entusiasta y estudioso de la Hipnosis como método terapéutico hasta el punto en que su esposa dio a luz bajo Hipnosis para el dolor.

Dum Spiro Spero

Así es.

Dum Spiro Spero

Puede trastornar a una persona completamente.
No hace falta disertar mucho para darse cuenta que con el cristianismo no tiene esto nada que ver. Con la ciencia tampoco. Con el sincretismo, mucho.
Con la tontería soberana, con lo que más.

Azul

«La paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da os la doy Yo. No se turbe vuestro corazón ni se intimide.» Juan, 14, 27.
Solo Dios basta.

Hakenkreuz

Galileo no fue acusado de loco, sino de negar que el sol girase en torno a la tierra (geocentrismo). Fue arrestado domiciliariamente por un tribunal del santo oficio y murió pidiendo los santos sacramentos como católico apostólico que era. Aún así, en ningún lugar de las Sagradas Escrituras, que le recuerdo que jamás se han modificado (a diferencia de la Física, sin ir más lejos), especialmente en el NT, se afirma tal cosa, que la tierra es plana, como tampoco se hacen afirmaciones sobre los astros salvo las que el Señor afirma en el capítulo 24 de san Mateo (que pueden referirse, en cuanto a las estrellas, la luna y el sol, a prelados de la Iglesia y a la Santísima Eucaristía, aunque eso es materia teológica). Mentir no es ciencia, aunque mienta el mismo sucesor de san Pedro (nuestro amadísimo apóstol primado que negó a Cristo tres veces aunque se arrepintió a diferencia de los soberbios, que se obstinan en no hacerlo nunca).

La ciencia no es «ayer», «hoy» y «mañana», es siempre, o no es ciencia, sino hechicería, moda, tendencia, opinión, subjetividad, ideología (como la actual falacia «climática», p. ej.), corriente de pensamiento y demás necedades propias de nosotros, los hombres, criaturas de Dios que quedamos a infinita distancia de Dios, infinita sabiduría y ciencia verdadera. Por eso le repito que la ciencia es un don del Espíritu Santo Paráclito, el Espíritu de la Verdad, no una veleta que apunta al son de los vientos de la época.

¿Es ciencia la Matemática? NO. Llevaron 15000 folios demostrar algo tan trivial como que 1+1 es igual a 2 hace algo más de un siglo, poco después de enumerarse los axiomas referentes a los números naturales. Pues bien, hace no muchas décadas, se demostró, con absoluta consistencia matemática, que 1+1 no son dos. ¿Cómo es posible esto? ¿No era tan inefable la matemática? ¿No habían puesto en ella su fe toda la comunidad «científica»?. Por tanto, las matemáticas fallan. Y tras ella, la física, la biología, la medicina, la química, etc. Y como fallan, no pueden ser ciencia (que excluye el engaño, el error y la mentira o manipulación), a no ser que los idólatras se empeñen en sostener tal cosa. Las matemáticas serán utilísimas para muchas aplicaciones, pero no son ciencia. No se puede llamar ciencia a aquello que quede fuera del don del Espíritu Santo, tercera persona de la santísima Trinidad, Verdad revelada. Las matemáticas, no son ciencia, se pongan como se pongan los matemáticos más eminentes. Y no lo fueron con Copérnico, ni con Galileo, ni con Newton, ni con Kepler, ni con Gauss, ni con Leibniz, ni con Heisenberg, ni con Schrodinger, ni con Einstein, ni nunca.

Y respecto a la hipnósis o sofrología, el gran promotor fue Sigmund Freud, como herramienta de su psicoanálisis, aunque él mismo la apartó de sus experimentos posteriormente. No puede haber peor promotor para cualquier procedimiento «terapéutico».

Hakenkreuz

Amén.

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