Serrano
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Lo reducen todo a la utilidad del voto. Al final sólo se trata de eso, de que tu voto les sea útil a ellos. Unos quieren permanecer en el Poder y los otros anhelan rebozarse en él, y tú y tu voto sois su utensilio, su herramienta para conseguirlo. Por eso y para eso te llaman al voto útil, que sólo es útil, claro, si acaba en su zurrón. Para ellos tu conciencia no vale nada, sólo vale tu voto siempre y cuando les resulte útil. Para eso te llaman, te cortejan y te galantean durante esa verbena amniótica que es la campaña electoral, en la que la verdad es quincalla, la mentira es cierta y las promesas son como el priapismo de un gañán en celo.
No vemos las cosas como son, sino como somos. Yo también, no estoy exento de esa condición humana, y la mayoría de los españoles ha asumido, deglutido y digerido la necesaria bondad del voto útil, incluso los que lo ejercen con una pinza en la nariz y un guante de látex lo hacen en procura del mal menor, renunciando así a la búsqueda del bien posible.
Estamos en un trance apocalíptico: España con un pie en los acantilados de los Balcanes y con el otro en el vacío, la despensa deshabitada y el bolsillo con más deudas que Alemania después de la II Guerra Mundial. Y los que hasta aquí nos han traido, los zapadores políticos del desastre nos pide ahora el voto, el voto útil. Nos exigen que narcoticemos nuestra conciencia para mudar en útiles herramientas de sus aspiraciones personales socapa de las bondades de su progresismo o de la bonhomía de su templada moderación. Ninguno lleva a España en la proa, pero sí llevan sus bodegas rebosantes de codicia y de ambición, de mentiras y de promesas selladas con los labios de Judas. Caí una vez voluntariamente, mea culpa, en el voto útil. No volveré a tropezar en ese excremento mineralizado en cordillera electoral. A Pedro Sánchez que le vote Chapote y a Feijóo que le vote Bolinaga, que para eso fue el moderadito, tibio y templadito PP el que le abrió la jaula a semejante hijoputa. Yo votaré a Falange Española y seguiré esperando en Sanlúcar de Barrameda a que la nao Victoria arribe a puerto con Juan Sebastián Elcano en el puente de mando, España en la proa y Dios y el viento en las velas.
Autor
- Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.
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Pues Dios jamás se presentó a unas elecciones, nunca fue político, incluso rehuyó ser nombrado Rey, por supuesto insistiéndonos siempre que abandonásemos toda hipocresía, vanidad y mentira, rechazando a los falsos profetas (políticos) y su levadura. Se enfrentó a todos los partidos de su época (fariseos, escribas, saduceos, herodianos, zelotes, etc.) y le crucificaron, ignorando sus incontables milagros (obras de Dios), porque cada vez más le seguían y eso era un peligro político para el sanedrín (parlamento de su tiempo), es decir, que Jesucristo fue declarado inconstitucional, por así decirlo. Bien se puede decir que político es lo contrario al santo, como el demonio a Dios y como la mentira es opuesta a la Verdad. A Dios le presentaron los judíos y el cobarde Poncio Pilato a la fuerza a unas elecciones entre Él y Barrabás (el que nos eligió para vivir, sometido a elección. Mayor ultraje no cabe concebir). Y las perdió el Señor. Pero todavía queda gente que cree que puede mejorar los resultados electorales de Dios, que a la respuesta de Quis ut Deus?, responden que su partido político sin duda alguna. Es gente que no cree realmente en Dios, ni lo conoce ni le ama, que no le deja hacer según su Santísima Voluntad ni en sus vidas ni en las de los demás, prefiriendo la soberbia de creer que la vida de cada cual y los latidos de su corazón dependen en exclusiva de sus «merecimientos», gente que cree poder «cambiar el mundo, transformarlo» para «bien común» (aunque este tal «bien común» divide totalmente en cuanto a su concepción y concrección. Y eso que el Señor nos advirtió que nuestro lenguaje fuera claro y diáfano), aunque siempre lo transforman, en efecto, para mal o para peor incluso, gente que piensa que sin política, ese ídolo abominable sinónimo de mentira, engaño e hipocresía, ya no habrá futuro, gente que «justifica» al Iscariote o a Caifás porque satanás es incomparablemente peor que esos dos. No piensan que la política es precisamente el mal que nos ha traído a la situación actual. Y nada, no hay manera de apearles del burro. El 23 de julio próximo, más del 50% de los españoles mayores de edad, volverán a caer en las redes de satanás votando. Luego se quejarán entre las llamas del infierno, porque ya no habrá otra expulsión del Paraíso como la de Adán y Eva. Como decía el P. Pío, «creerán, sí, pero cuando ya sea tarde».
¡Bravo, Dios te bendiga!.
«Dios jamás se presentó a unas elecciones,»
A unas elecciones NO, pero a un plebiscito si lo presentaron con Pliatos…y lo perdio
Así es. Poncio Pilato bien sabía que el Señor es inocente de todo cargo, que fue entregado por envidia, porque muchos le seguían y mostraban mucho más cariño que a los fariseos hipócritas, que veían en Jesucristo no al Hijo de Dios esperado, no, sino a una amenaza política a su status privilegiado político.
Poncio Pilato intentó desprenderse del Señor de tres maneras para evitar condenarle por presión de los fariseos. Primero lo envió a Herodes, luego lo ofreció como indulto por Pascua, y los judíos prefirieron a Barrabás, un asesino, y, por último, intentó «reblandecer» a los fariseos azotando cruelmente al Señor. Finalmente, presionado por masas cada vez más enfervorecidas, optó por el gesto de lavarse las manos.
El mismo Señor le confirmó a Poncio Pilato que su pecado no era tan grande como el de aquellos que le entregaron y que su Reino no es de éste mundo, luego no es el «rey de los judíos» que Poncio Pilato le puso como título blasfemo, sino Rey de reyes y Señor de señores, el que detenta el Nombre sobre todo nombre, ante el cual toda rodilla se doble en Cielo, tierra y abismos. Aún así, Poncio Pilato fue un cobarde, pues no hizo lo que debía en conciencia, soltar a Jesucristo sin cargo ni castigo alguno.
Lo importante es que los judíos tenían en Cristo expectativas de mesianismo político que vieron frustradas, y eso que habían sido testigos de milagros que solo Dios podía hacer, incluido el de mostrar que tiene poder sobre la muerte (resurrecciones de Lázaro, de la hija de Jairo, del hijo de la viuda de Naím y la de innumerables difuntos tras su Muerte santísima) y sobre el demonio (exorcismos). Pero los judíos intentaron aprovechar ese Poder de Dios en beneficio de sus expectativas mesiánico políticas mundanas. Hoy se vuelve a incurrir en el mismo error, tratando de instrumentalizar la Palabra de Dios en beneficio de partidos políticos e ideologías, de ahí la teología de la liberación y la mal llamada doctrina social de la Iglesia, que no son de Dios ni vienen del Espíritu Santo ni son revelaciones en absoluto y que sí son una herejía gravísima pues instrumentalizan la Palabra de Dios, añadiendo preceptos que son de hombres bajo el nombre de su Santa Iglesia. Y eso sí que es mucho más grave que Xi Lin Ping imponga un obispo falso o que Ortega encarcele a obispos en Nicaragua, mártires por Cristo en aquella tierra hermana de España en sangre y fe.
Y que el Señor fuera despreciado frente a Barrabás, debería hacer pensar en dar respuesta, especialmente a los que confían en los políticos, a ¿Quién como Dios? de cara a una elección pública por un lado, y a pensar en que no es Dios el elegido, sino que es Dios el que nos eligió para la vida presente y eterna, dándonos la opción de rechazarle, pues nadie ama a nadie a la fuerza. Así lo enseña su Apóstol amado San Juan en su Evangelio. Es Dios el que elige, no nosotros.
Invito a leer el capítulo 3 del Génesis desde el principio y meditando varios aspectos:
1º La serpiente (serpiente antigua según el Apocalípsis, Bestia o demonio) se presenta a Eva con una mentira y con cizaña, acusando a Dios de no dejar comer el fruto de ningún árbol.
2º Eva comete el error de entrar en conversación con la serpiente o demonio, cayendo en su seducción. Pero lo importante es que Eva desconfía de Dios y de su Palabra, dando crédito a la tentación del demonio: «seréis como dioses». ¿No es la democracia una tentación de este tipo, un endiosamiento de las criaturas, encubierta bajo el pretexto de «gobierno del pueblo, elegido por todos, de derecho a elegir el gobierno en las urnas, de elegir al Rey presidente de gobierno», con todo tipo de mentiras, instrumento del demonio…?
3º Adán y Eva son las primeras criaturas de Dios, pero no se afirma que fueran las únicas (humanas se entiende). Y en el lenguaje alegórico del texto, uno puede suponer que el pecado original lo cometió la humanidad primitiva, siendo Adán y Eva los modelos de la misma.
4º El pecado es comer el fruto del árbol del bien y del mal, algo así como atribuirse o usurpar el discernimiento moral, lo que es bien y lo que es mal, que solo corresponde a Dios, no a nosotros, sus criaturas según nuestra subjetividad o relativismo moral, debilidad, inconstancia, fragilidad…. ¿No es precisamente esto lo que hacen los votantes al respaldar el aborto, el divorcio, la eutanasia, el llamar «matrimonio» a cualquier unión, la contra naturaleza de todo tipo, la perversión, el engaño, la mentira, la coacción, etc. (hoy son los políticos los que establecen qué está bien y qué está mal, nada menos, qué es derecho y qué no, mintiendo como el demonio, por supuesto)?
5º El pecado es también contra la humildad de saberse criaturas y no creadores, es un pecado de soberbia y vanidad, el mismo que cometió Lucifer y los ángeles rebeldes expulsados del Cielo por el Arcángel San Miguel y los ángeles fieles. ¿No es éste el mismo pecado que cometen los políticos alzándose en una especie de «dios» o ídolo que tiene el poder de encumbrar a sus votantes para que «sean como dioses» y puedan eludir las consecuencias del pecado (lograr el pan con el sudor del propio rostro, las espinas y abrojos, el dolor del parto, la pobreza, la muerte…) con todo tipo de engaño, mentira, manipulación e hipocresía?
Lo malo es que a Sanchez y a Feijoo les votaran los secuaces de Chapote y de bolinaga…y una pila de millones de españoles detras
Y después de las elecciones, los diputados de VOX, serán para Feijoo y el PP. Que a nadie le quede duda alguna, aunque lo nieguen.
A Feijoo le votará como presidente del gobierno todos los diputados de VOX elegidos por los votantes de VOX, ¿quiere ud. que se lo recuerde de aquí a un par de meses, Geppetto? (Espero que no me censuren este comentario)
Claro que si joven
Asi se entretiene haciendo de oraculo
La democracia empezó en España en 1976, no cuando se fundó la escisión del PP que tomó el nombre de VOX. Se nos puede engañar muchas veces, desde luego, el diablo es muy astuto. Engaña incluso a los elegidos. Pero que se engañe siempre una vez tras otra…. No cuela. No puede ser. Nadie es tan necio. Es imposible. No intente demostrar que hay personas que caen siempre repetitivamente sobre la misma piedra. De aquí a dos meses, escriba en este foro.
8 de agosto de 2023. ¿Qué dices ahora Geppetto? VOX entrega incondicionalmente todos sus diputados al PP para la investidura de Feijoo.
Lo dicho, Abascal, escudero de Feijoo. Ahora emite tus recetas y relincha todo lo que quieras.
Acaso el único voto realmente disidente y digno sea el voto para Falange. Mi adhesión. Por dignidad
Lo mismo pienso yo.
¿Y porqué se presenta Falange o las falanges a las elecciones?¿Acaso son ahora demócratas como todos los otros? Mal presagio. Lo mejor que ese grupo podría hacer es instrucción militar y dejarse de circo de mentiras y engaños.
NO
Solo se presenta una FE-JONS
Y a hacer instruccion militar vas tu que en el Tercio cogen a cualquiera
Ya estuve, y sin cobrar de tus impuestos carpintero. Tú supongo que no, como Abascal, el escudero de Feijoo. ¿Hizo la mili Abascal, por cierto?
Ya que tu no podrías hacer instrucción, y muchísimo menos en el Tercio, quizá si en las oficinas de logística del ministerio de defensa, te reto a hacer algo mucho más útil para España si verdaderamente eres valiente y patriota: deja de pagar todos los impuestos que puedas. Declárate INSUMISO FISCAL y propaga la insumisión fiscal. Sin dinero, sin «combustible» para hacer el mal, veremos si los políticos genocidas que nos gobiernan, rojos y conservadores, pueden cometer los crímenes que cometen totalmente impunes. Al fin y al cabo, son los conservadores y derechistas los que hacen negocio, tienen clientes, proveedores, trabajan para y contratan a los rojos y antiespañoles, ¿o no? Entonces, ¿a qué viene tanto llanto si lo que se critica por un lado se apuntala y respalda por el otro?
Y si no tienes lo que hay que tener para ser un INSUMISO FISCAL, cómprate toneladas de clínex, llora como mujer democrática todos los latrocinios cometidos por Sánchez, patalea mientras te expolian y demás, y, si hay justicia en este mundo, que te expolien hasta el cabello, ya que vuestras quejas contra el gobierno y sus satánicos votantes, son pura pose farisea e hipócrita.
Ya tenéis qué empezar a hacer: INSUMISIÓN FISCAL. Una guerra sin matar. Que la CARIDAD VERDADERA no está proscrita en nación ni lugar alguno.
Don Eduardo García Serrano, si usted es verdaderamente valiente (o en términos militares, si usted tiene cojones, que estoy seguro de que sí), es decir, fiel a Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, usted verá lo que hace censurando estos asertos. Le reto a que los rebata uno a uno o los que ud. crea erróneos, antes de censurar como a ud. le han censurado lamentabilísimamente en una cadena de televisión que más que toro, ahora es vaca lechera.
Votar es un acto de confianza en quien miente, en satanás y sus vástagos. Y el que miente y admite la mentira sirve a satanás.
Votar es desconfiar de Dios, del abandono en la divina providencia.
Votar es negar que sin Dios nada podemos hacer.
Votar es un acto propio de herejes pelagianos, que ven la salvación en la acción de hombres de probado carácter embustero y pervertido.
Votar es adorar la mentira, el engaño, la manipulación y la hipocresía.
Votar es actuar como Eva y Adán en el Paraíso.
Votar es un acto de idolatría, un acto similar a quemar incienso por un césar.
Votar es dar consentimiento a la mentira, el engaño, la manipulación y la hipocresía, sinónimos todos ellos de política de cualquier signo.
Votar es un acto de estadolatría, de elevar la democracia a categoría de «dios» o ídolo intocable.
Votar cercena la libertad del crucificado, le ata las manos para que actúe y reine Él.
Votar no es un acto desinteresado ni caritativo, no es acto de donación alguna, quien diga lo contrario es siervo fiel de satanás, que no de Dios.
Votar es aceptar y consentir la locura de la elección entre Jesucristo y Barrabás, cuando es Dios el que nos elige a nosotros.
Votar es propio de los que no ven más vida que la terrenal y presente, no para los que miran a la vida eterna.
Votar es usurpar el trono y el poder que solo corresponde al Rey de reyes y Señor de señores.
Votar es vender la propia alma, prostituirse, por un plato de lentejas.
Votar es engañar y engañarse, pero a Dios nadie le engaña.
Votar es emitir un juicio cuando el Juez es Dios.
Votar es abusar de la Infinita Misericordia de Dios.
Votar es elevar a papas políticos, que no de Dios, por encima de Dios mismo, es papolatría a conveniencia de cada opción política conservadora o progresista.
Votar es apoyar el aborto, la eutanasia, el divorcio, las parejas de hecho o concubinatos y amancebamientos, la manipulación de embriones, la pornografía, la prostitución de todo tipo (incluida la infantil), la corrupción de menores incluso en los colegios, la perversión generalizada, el sexo como artículo de consumo, el odio a la familia, la maternidad, la paternidad, el gravísimo ultraje al matrimonio (sacramento que unió a la Santísima Virgen María y a San José entre muchísimos santos y santas casados).
Votar es condenar al hambriento, al sediento y al menesteroso por interés puramente egoísta.
Votar es quitar libertad a otros, don de Dios, Verdad encarnada, en exclusiva.
Votar es apoyar la sodomía y la ideología de género y la lgtbi+, espantosamente impíos e inmisericordes con el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, todo por conveniencia electoral.
Votar es servir al dinero y al becerro de oro completamente cegado.
Votar es un acto cobarde y miserable que nada tiene en común con la valentía de los mártires cristianos, que no se sometieron a idolatría a césar o comisario rojo alguno con apostasía ni aún teniendo que morir por ello.
Votar es traicionar a Dios mismo cambiándole por un ídolo demoníaco, reconocer que el poder ha de estar en manos de un siervo de la mentira y de satanás y no de Dios.
Votar destruye la sinceridad de la oración, los ayunos, la mortificación, los sacramentos (especialmente la Eucaristía) y la vida de fe.
Votar es un acto de contra fe y contra esperanza.
Votar es un acto contra la Santísima Voluntad de Dios, cambiando su Palabra y sus mandamientos por una ley precepto de hombres que es vana y que conduce al infierno.
Votar es hacerse responsable y cómplice de los crímenes, delitos, corrupción y latrocinios que los políticos no paran ni han parado de cometer.
Votar es cometer un acto de irresponsabilidad contra la propia salvación eterna.
Votar es prolongar la agonía del mundo, impidiendo a Dios reinar en nosotros.
Votar es un acto propio de ateos o apóstatas, de personas que no creen en Dios, por mucho que lo invoquen solo con los labios.
Votar es despreciar y desobedecer a Dios Todopoderoso, a su Santísima e Inmaculada Madre y confiar en la diplomacia y la política frente a amenazas para toda la humanidad, como aquella de la que se nos advirtió en Fátima en 1917.
Votar es alejarse del Señor Jesucristo, que nunca fue político ni aspiró a poder terrenal alguno.
Votar es tener las mismas aspiraciones siempre frustradas como las de los que gritaron ¡crucifícale!.
Votar, siendo uno católico, es tratar de instrumentalizar a Dios en beneficio propio y de su partido político.
Votar es un acto de interés puramente materialista y mundano.
Votar no es propio de corazones puros, que no toleran la mentira y que aman la Verdad, que es Nuestro Señor Jesucristo.
Votar es unirse a la corriente mayoritaria que va camino de la perdición y que no es lo suficientemente valiente y noble para seguir el estrecho y tortuoso camino de cruz a la salvación.
Votar es un acto de hipocresía e incoherencia con la fe en Cristo.
Votar es un acto de insensatez e irreflexivo, es propio de personas drogadas o «medicadas» que están impedidas para meditar la Palabra de Dios y para amarle cual merece.
Votar es un acto irresponsable en cuanto a las consecuencias presentes y futuras que puede acarrear el voto sobre el votante y sobre todas las demás personas.
Cada cristiano verdadero ha de asumir la responsabilidad eterna de la salvación no solo de su alma, sino la de muchos otros, pues aquello de «Id y predicad el Evangelio a todas las criaturas» no solo es tarea de misioneros y almas consagradas. Se debe incluso utilizar medios digitales. Y todos lo saben. Que Dios luego no nos reclame el haber descuidado nuestro principal cometido: dar testimonio de la Verdad, que es Cristo, y no de la mentira.
«si usted es verdaderamente valiente (o en términos militares, si usted tiene cojones,»
Pocos militares a visto Vd en su vida y los que ha visto son todos del chusco
El resto sigue un discurso demencial
Claro, usted dice eso porque jamás ha pisado un cuartel, ni ha hecho la mili, ni conoce vida militar alguna, ni instrucción. Creerá que en un cuartel todo es como en su puesto de funcionario, con sus compañeros, compañeras y compañeres, o en su empresa subvencionada de empresario socialista y modales de maripilis. Seguro que es de los que no podría ni resistir el lenguaje que en la mili estábamos acostumbrados a escuchar, demasiado fuerte para sus estándares refinados. Por eso, seguro que usted fue un antimili de su tiempo, un «objetor de conciencia» (no creo que tuviese ud. valor para ser insumiso), nada parecido a San Ignacio de Loyola o a San Francisco de Javier en sus tiempos, sin ir más lejos.
HOY OCHENTA Y SIETE ANIVERSARIO DEL FUSILAMIENTO DE ONESIMO REDONDO EN LABAJOS (articulo retrospectivo)
76bANIVERSARIO DE LA BATALLA DE BRUNETE. RECOMENDAMOS EL LIBRO DE ANTONIO PARRA GALINDO
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ONÉSIMO REDONDO FUSILADO HACE LXX AÑOS
Antonio Parra
“No puede decirse hoy cuántas docenas de millones se llevarán los catalanes – escribía Onésimo Redondo Ortega en “Libertad” de Valladolid palabras que le costaron el destierro en 1932- de la hacienda española regalados por Azaña y sus sirvientes; el regalo lo pagarán otras regiones autoras del engrandecimiento catalán y de la hostilidad antiespañola de aquel separatismo. Según Azaña, la Generalidad Catalana va a tener sus guardias propios y sus gobernadores como país extraño, sus tribunales, sus cárceles y su universidad. Se nos rompe la unidad patria”.
Estas frases conservan hoy una rabiosa actualidad. Onésimo aparte de un gran pensador – el abnegado jonsista filosóficamente cuadrado ante la revolución pendiente y al que los españoles deben, que no a los rojos ni a los tecnócratas, esas mejoras sociales: empleos fijos, vacaciones pagadas, el derecho a la atención sanitaria, a la educación gratuita, un techo donde guarecerse etc.- fue un profeta que dio la vida por la unidad española cinco veces centenaria en la defensa de los de abajo. No era ciertamente un señorito, sino un agrario entusiasmado con la reforma del rústico y propulsor de un sindicato remolachero. Fue asimismo un brillante periodista de lo más congruente, la mejor pluma sindicalista y, repito, dejó detrás una obra “cuadrada”, como prolongación a su rotundo y augusto apellido, dispersa a lo largo de una serie de antológicos artículos, descatalogados adrede, pero que, leídos hoy, guardan un palpitante ahora y son una invitación a la reflexión para la juventud del momento.
Desgraciadamente a esta juventud se la mantiene a blancas. Nadie les ha contado de donde venimos ni les ha razonado las claves del laberinto español. Es el silencio de los corderos que se propugna desde arriba. Se pretende borrar la memoria y sustituirla por otra memoria, un juego ciertamente peligroso porque no es bueno ni conveniente para la salud mental meter la vertedera en los osarios.
El cainismo que algunos pretenden cargados por el odio y el instinto de revancha nos lleva a este pobre Abel. Abel Redondo, Onésimo (el piadoso que es lo que refiere su nombre en la lengua griega). Otra de las innumerables víctimas. Juventud generosa que caminó al matadero aquel bochornoso mes de julio de hace 77 años.
Únicamente era un periodista. Yo también soy periodista. ¿Me rindo? Onésimo desenmascaró a la bestia, expuso sus brillantes ideas en el foro. No se lo perdonaron nunca.
Otro vallisoletano, José Antonio Girón, recogería el guante y pondría en ejecución aquel proyecto de futuro para España que Onésimo Redondo firmó con su sangre y la verdad que a setenta y siete años vistas de aquella tropelía, de aquel asesinato, cabe traer a colación aquellas palabras del líder José Antonio: “Ojalá que mi sangre sea la última que se derrame entre españoles”.
Onésimo Redondo Ortega el “divino impaciente” formó parte junto con Ledesma Ramos y Primo de Rivera del trío de “eternos ausentes”. Pero él más que nadie fue un pensador para un pueblo. ¡Presente!
Si José Antonio fue un poeta más que un político, estos dos últimos eran dos castellanos filósofos, asqueados del vano parlamentarismo de políticos banales y trincones, dos pura sangres, casta de hidalgos que llevaban la revolución social en la piel. Se les incluye entre las derechas pero eran la izquierda pura dura y el pensamiento independiente y leal del ideal cidiano. Castilla los hizo y los deshizo, y hoy parece haberlos olvidado.
Enemigos del marxismo ciertamente pero fustigadores del neoliberalismo capitalista. Nadie habló tan recio y tan claro de los estragos de la masonería.
Su muerte se produjo en extrañas circunstancias el 23 de julio de 1936. Mi teoría es que lo fusiló un cabo de la Guardia Civil alertado por un “chivatazo” en un control de carreteras ipso facto en la cuneta de la Nacional VI a la altura del pueblo segoviano de Labajos.
Pero hay quien sostiene que cayó en una refriega con facciosos milicianos de la columna que mandaba el coronel republicano Julio Mangada.
Hoy a causa de la pazguatería o el chaquterismo de los desmemoriados Onésimo Redondo, el de los pensamientos cuadrados, un verdadero Aquiles egregio y un español entero en medio de un rebaño de enanos, es el gran olvidado de los Tres de la Fama Nacional Sindicalista, un trío que empezó a desmemoriarse merced a la traición de los “aprovechados”: los Laín, los Tovar, los Ridruejo. Y por todos aquellos que habiendo gozado de las granjerías y prebendas de Falange no tienen redaños ahora para llamarse a sí mismos falangistas.
Dicen “sólo soy joseantoniano”. ¿Por donde? ¿Por el ano? En cualquier caso, sus escritos siguen ahí para el que los quiera mirar alentando una verdad incontrastable.
Onésimo murió a las cinco de la mañana del 23-VI-1936 y a los cinco días de haber sido puesto en libertad.
Era un preso político en las cárceles de Ávila cuando el triunfo de los sublevados en la Ciudad de las Murallas le valió su amnistía. Había padecido prisiones y destierros por haber puesto en berlina al presidente Azaña, blanco favorito de sus dardos y al que tachaba de judío y masón. No era más que un periodista, un hombre de ideas. ¿No decían que el pensamiento no delinque? En este caso sí.
La DGS dio orden de su busca y captura. Parece ser que había estado organizando la resistencia jonsista e iba camino del Alto de León cuando fue apiolado por la Benemérita y pasado por las armas sin más.
Cabría decir que no fusilaron a un hombre, destrozaron una idea, mataron a un paisaje y despilfarraron el futuro en un acto de barbarie irracional que sólo encuentra explicación en la vesania y en la ira ciega de los españoles a la sazón.
Cuando paso por Labajos camino del Alto León, siempre miro para el monumento a Onésimo a mano derecha de la carretera siempre tiene flores frescas al igual que el monolito al Padre Huidobro en la cuesta de las Perdices. Una mano invisible coloca allí esas cinco rosas en honor de los que montan guardia cerca de los luceros.
He vivido largos años en el Yorkshire. En todos los pueblos de la campiña inglesa se alzaron monumentos parecidos a los que encontramos por ejemplo al llegar a Labajos.
A la memoria de los caídos en las dos guerras mundiales. En la batalla del Somme por ejemplo en un solo día perecieron treinta mil británicos, quince mil franceses y de alemanes no hay casi recuento puesto que perecieron muchos más.
La Gran Guerra se llevó millones de europeos pero a diferencia de aquí allí los muertos no son arma arrojadiza ni moneda de cambio. Ni se ponen cadáveres sobre la mesa. Lo que ocurrió pues ocurrió y a lo hecho pecho y “let bygones be bygones”.
Se les deja descansar en paz y no se indaga si fueron buenos o malos, de un bando o de otro. Aquí, por lo que se ve, no.
El victimismo de Zapatero, pretexto para una segunda transición, está provocando un tremendo malestar y el enconamiento de ciertas heridas que creíamos cerradas.
Él era uno que creía en la capacidad vertebradora y redentora de Castilla como nexo de unión del centro con el litoral y un católico ferviente a machamartillo pero sin alharacas porque sabía que el catolicismo para bien o para mal formó parte de los destinos de España
Propugnaba que es la síntesis, la cifra y el compendio de muchos pueblos, muchas etnias y muchas razas y, aunque formado filosóficamente en Alemania, Onésimo Redondo nunca comulgó de las doctrinas hitlerianas sobre la superioridad de la raza aria.
Era un mesetario del Centro. Al pan, pan.
Nunca fue amigo por su mesocracia castellana basada en el lema calderoniano del rey abajo ninguno en la superioridad de las castas ni en los privilegios y derechos adquiridos de los de arriba – hombre del común nacido en Quintanilla pueblo castellano de la misma manera que Ramiro procedía del zamorano Sayago – y no creía mucho en el lema de los “puños y las pistolas” ni el matonismo pijo que caracterizó a primera hora a algunos miembros de Falange, afortunadamente no todos.
No fue hasta enero de 1936 cuando se produce la fusión de FE con las JONS. Onésimo, insistimos, era un jonsista natos poco partidario de la violencia. Eso sí propugnaba un rearme espiritual basado en el lema paulino de que la vida es lucha constante. Vita militia est
Hoy cuando se cumplen setenta años y pico de su fusilamiento desde estas páginas recordamos su memoria sin ningún instinto de revancha y aspiramos a animo a los jóvenes a que vuelvan a leer a Onésimo.
Sus artículos olvidados son esféricos y – por aquello de la cuadratura del círculo y en honor de su apellido una vez más-“cuadran” plena y brutalmente con el presente de nuestra pobre patria.
Sigue siendo un olvidado, un preterido, un periodista que firmó con su sangre el proyecto de futuro en él que creía para España.
Y eso es tan respetable como el de los que cayeron en el otro bando. Porque no es conveniente aquí establecer categorías. Todos son nuestros muertos aunque por desgracia aquí los que fusilan y los que caen fusilados son siempre los mismos. ¡Qué fatalidad!
Debería haber en Villanueva de la Cañada un monumento a la memoria de los caídos en la Batalla de la Sed (45.000) de los dos lados, como lo hay en Labajos y yo propugno en mi libro REMEMBER BRUNETE
14/07/2006
REVISADO el 16 de julio de 2013, Día del Carmen
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