21/11/2024 13:00

1- Pedro Sánchez ha sobrepasado más allá de la sospecha las líneas rojas de la legalidad con intención delictiva, pero además traspasando las funciones de la Justicia mediante la intervención y el control de los tribunales. La impunidad por el sectarismo impuesto en las instituciones es lo único que le separa de ser juzgado. Tras la acción criminal de este último quinquenio está la intención de violentar la ley, asegurando la parcialidad del sistema jurídico que podría penalizarlo en condiciones de normalidad democrática.

2-Sólo hay un modo de que los delincuentes lleguen al poder con apariencia democrática-todos y cada uno de los socios son delincuentes a los que se les facilita la indemnidad-y es que otro delincuente con apariencia democrática les abra la puerta para que el delito se normalice mediante una acción criminal conjunta, una vez asegurada la impunidad con jueces de la misma cuerda o por la represión contra los que no lo son. La intervención de la Justicia sólo es posible cuando un delincuente en el Gobierno la secuestra.

Conclusión: la gestión gubernamental, ficticia, de Sánchez está basada en la mentira y la estafa continuada de la malversación. No es política lo que se desarrolla con el sanchismo, sino un amplio abanico de acciones delictivas disfrazadas de política y encubiertas por los fondos europeos para fines gregarios. La impunidad de la estafa no viene dada por la criminalidad de un fullero que usa los resortes del Estado de Derecho para violentarlo, sino por la incapacidad de reacción del Estado de Derecho para defenderse. Pedro Sánchez es un delincuente rodeado de otros delincuentes que han secuestrado  la Justicia, y España sin enterarse.

Autor

Andres Martinez Maestro
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Aliena

Conclusión: remóntese usted a 1978 – o a 1975, e incluso a 1973 – y déjese de Sánchez, de cortoplacismos y de descubrimientos «sensacionales».

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