|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Este es el título de un excelente libro de Joaquín Bochaca, que desmonta la propaganda según la cual la Segunda Guerra Mundial fue la lucha de los buenos contra los malos (1), cuya lectura recomiendo. Lo mismo que nos cuentan ahora de la guerra entre Israel y Palestina.
Ya todos sabemos que el 7 de octubre, sanguinarios terroristas de Hamás atacaron Israel causando centenares de muertos, la mayoría de ellos inocentes. Nada justifica la matanza brutal e indiscriminada y hay inocentes también en Gaza. Ahora la propaganda intenta hacernos comulgar con la rueda de molino de que la respuesta del gobierno israelí es justa y legítima. Pero, para empezar, conviene recordar que, del mismo modo que el gobierno español infiltra agitadores violentos en las manifestaciones que intenta deslegitimar, el Mossad fue el creador de Hamás con la misma intención. Y es evidente que el efecto sorpresa del 7 de octubre sólo fue posible por la connivencia del gobierno israelí.
La respuesta de Israel incluye el bombardeo de dos aeropuertos sirios, con la evidente intención de amplificar la guerra internacionalmente. Así hace amigos el gobierno israelí. Pero lo más sangrante es la ofensiva desencadenada por el gobierno de Israel contra la totalidad de la población de Gaza, unos 2.050.000 habitantes, que podemos considerar mayoritariamente inocentes.
Gaza es una estrecha franja de unos 7 km de anchura y 50 de longitud (362 km2), con una densidad de población de 5.600 hab/km2. Aquí es donde Israel ha lanzado 3.200 bombas en los 6 primeros días, lo que supone 9 bombas por km2. Si las bombas son medianas o pequeñas, con un radio de destrucción de sólo 100 m, el área total demolida es de 96 km2, es decir, 1/4 del territorio.
Ruego al lector que intente imaginarse estar allí ahora, como u inocente habitante más.
A ello debemos añadir que el Ministro de Defensa de Israel, sin rubor alguno, nos ha dicho que ha cortado absolutamente el suministro a Gaza de alimentos, electricidad, agua y combustible (2). Naturalmente, no menciona que el 99,9 % de la población que pretende asesinar por consunción es absolutamente inocente de lo ocurrido.
Si aceptamos esa “solución” como buena, cuando mañana un atracador de un banco secuestre a un cliente para evitar su detención, deberemos aceptar que la policía, para reducirlo, vuele el edificio entero, con todos los vecinos dentro.
¿Le parece a usted una locura?
Pues lo que hace Israel, lo mismo.
- http://www.freepdf.info/index.php?post/Bochaca-Joaquin-Los-crimenes-de-los-Buenos
- https://eldiestro.tv/video/ministro-de-defensa-de-israel-sobre-gaza/
Autor
- Guerrillero insurgente. El sistema lo describe como negacionista, conspiranoico, anticientífico, egoísta e insolidario. Él se cisca en el sistema y no ceja esfuerzos para derribarlo. No usa trabuco, pero a su ordenador lo llama “La MG-42”.
Es absolutamente inadmisible que se pretenda exculpar a esas alimañas de Hamas que han cometido toda clase de atrocidades con civiles indefensos.
Es segurísimo que los judíos y árabes conversos católicos (que allí lo son de verdad porque se les persigue implacablemente por uno y otro lado) ni se odian, ni tienen el más mínimo prejuicio de compartir los bancos en misa y en participar juntos en la Eucaristía, además de ayudarse mutuamente sin el más mínimo escrúpulo. Si hay una posibilidad de paz para esa tierra que Dios otorgó a Abrahám y a Moisés y su pueblo, los judíos (invadida luego por mahometanos), es que tanto judíos como árabes se conviertan ya de una vez a Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, que les espera como un Padre bondadosísimo al hijo pródigo. Ellos mismos, si no son soberbios, si son capaces de meditar con humildad y sensatez, si aman a sus esposas, hijos e hijas, a las generaciones por venir y desean el bien para ellas, deberían saber que hay más alegría en el Cielo por un pecador que se convierte, que por cien justos. ¿Van a rechazar el darle una alegría a Dios?. Con católicos no habría esta asquerosa y sangrienta guerra continua y estos odios viscerales, pues siendo la tierra que Dios otorgó a los judíos, bien pueden convivir todos si se convierten de corazón al Señor. Que no sigan siendo insensatos.
Es absolutamente inadmisible que se lancen toneladas de bombas.indiscriminada. a las ciudades y pueblos` palestinos……
Es como si el gobierno español, para acabar con el terrorismo etarra, bombardeara todo el País Vasco…
¿A alguién, medianamente cuerdo, le parecería lógica y, sobre todo justa, esa barbarie?
Pues es lo que están perpetrando los judíos sobre los palestinos.
No es lo mismo ni de lejos. Hamas gobierna desde hace años el territorio de Gaza y, además, su brazo armado son esos terroristas asesinos de civiles.
Es exactamente lo mismo bombardear Israel, que bombardear Gaza o Cisjordania. Siempre pagan civiles inocentes de uno y otro lado. La guerra todavía tendría «justificación» si se matasen solo ejércitos por un territorio. Pero asesinar indiscriminadamente a civiles es una barbaridad, y poner a civiles como escudo y rehén es una cobardía desmedida.
La única solución para esa tierra es la que han seguido judíos y árabes conversos a la Santa Iglesia Católica Apostólica, por desgracia perseguidos y masacrados. O se convierten o no tienen otro camino que el exterminio mutuo, haciendo sufrir a incontables inocentes de uno y otro lado.
Para empezar hay que aprender a distinguir la morralla propagandística de guerra de los hechos en si y buscar la verdad de lo que ha sucedido y porque.
En cualquier caso este desastre no ha hecho mas que comenzar porque si los judios creen que van a hacerse con la frnja de Gaza asi sin mas estan listos, tendran que hacerse con el enemigo casa por casa, bunker por bunker, tunel por tunel y agujero por agujero y este tipo de combates son un horror.
Otra cosa, la ley musulmana se extiende a todo el mundo y Europa esta incluida.
Por lo demas si atacan Siria o Iran se van a aencontrar con Rusia y muy posiblemente Turquia.
Si USA buscaba desetabilizar el mundo lo ha hecho de maravilla, pero me temo que solo son los zoquetes de siempre que destrozan todo lo que tocan
Hasta los mismísimos de los que defienden a los sionistas invasores!
Yo también estoy hasta los mismísimos de los que invadieron la Península Ibérica, en el año 711, y que también invadieron millones de kilómetros cuadrados en Oriente Medio y en el Norte de Africa que pertenecían al Imperio Romano y que estaban habitados por cristianos.
Y no olvidar a los que invaden hoy Canarias, Ceuta, Melilla y España por su costa sur. Si quieren ser españoles, que declare la población de allí español el Rif, el Sahara, Cabo Juby y Sidi Ifni anexionándose a España, como era la situación antes de 1956. De lo contrario, que no se les de nacionalidad española nunca y que se les retire a quienes ya la tienen. O españoles para todo, o extranjeros.
Con respecto a la «historia» de la 2ª Guerra Mundial ocurre lo mismo que con respecto a la «historia» de la católica América española: leyenda negra oficial, implacablemente impuesta por ley y persecutoria impía, liberticida y policial contra la verdad, que es muy distinta a la que se ha contado desde todos los ámbitos democráticos. Ni los nazis «gasearon» a 6 millones de inocentes judíos, homosexuales, gitanos y eslavos en cámaras de gas de campos de trabajo, ni los españoles asesinaron a 40 millones de pacíficos, libres y felices indígenas en el paraíso americano. No obstante, la leyenda negra se sostiene por interés político dictatoria y tirano de los enemigos de Dios de todo signo, no por fidelidad a la verdad, a los hechos, a la verdadera historia, como todo el mundo mínimamente sensato y no drogado o descerebrado sabe, aunque públicamente calle.
El caso es que los judíos jamás han alzado la voz, y ni siquiera un susurro, contra los millones, entre ellos también, millones de judíos asesinados por holodomor, fusilados y exterminados, deportados, esclavizados, torturados y encarcelados brutalmente en la URSS, especialmente a partir de Stalin, y satélites comunistas durante décadas, como bien sabía Alexander Sonzenitsyn, que contó a occidente el caso judío allí. Es decir, para los judíos cuenta colar el mosquito, pero tragarse los camellos por manadas. Para ellos, los pogromos y su victimización emotiva solo son útiles como instrumento de política, de su política. Y los muertos solo los lloran si son útiles a sus fines mundanos.
La tierra actual de Israel es la tierra que Dios mismo otorgó a Abrahám primero y a Moisés y su pueblo en éxodo después, es la tierra de Israel que fue invadida por los musulmanes en pleno siglo X, dando origen a las Cruzadas cristianas por recuperarla de las garras satánicas de las huestes de Mahoma. Desgraciadamente, divisiones internas entre cruzados, y entre éstos y los pusilánimes herejes ortodoxos que no derramaron ni una gota de sangre en recuperar Jerusalén, hicieron que esa tierra que Dios otorgó a los judíos (y que, por tanto, es suya y no de los mahometanos), se perdiese en manos de los seguidores del falso profeta Mahoma, derrotados definitivamente por los españoles en Lepanto (1571) y durante la guerra de los treinta años (1618-1648), y pacificados desde entonces hasta que la diabólica URSS agitó el mundo musulmán contra los cristianos de toda la tierra por afán de expandir el socialismo incluso entre los seguidores de Mahoma, el falso profeta. Israel, bajo dominio del extinto imperio inglés, no paró de conocer durante el siglo XX confrontaciones casi continuas entre judíos y árabes.
Solo los judíos y árabes conversos al catolicismo (y estos sinceros de verdad, al vivir entre enemigos, que no conversos por mero interés o política) han puesto sensatez, bien y paz en esas tierras que conocieron la misión del Señor, no sin sufrimientos tremendos y persecución diaria. Que Dios los proteja por encima de todos y los salve de todas las masacres y asechanzas de sus enemigos de uno y otro lado del frente. Que no sirvan de escudos humanos para los cobardes terroristas y genocidas árabes de Hamás, ni como blanco de las indiscriminadas represalias judías del ojo por ojo, diente por diente anticristiano. Esa guerra es debida a la falta de conversión a Cristo de unos y otros, que no se busque otra causa que no la hay.
Muchos lectores recuerdan crímenes y guerras organizados por -supuestamente- las partes actualmente en conflicto, para justificar el comportamiento de la contraria.
Para ello parten del error de confundir las decisiones de los líderes con las responsabilidades de las poblaciones. Y ese sofisma se destapa cuando uno piensa en los que gobiernan Españistán a día de hoy, y la justicia o injusticia de que nosotros, la población, tenga que responder de sus crímenes. ¿Aceptaría usted como justo ir a prisión por los robos y estafas de nuestro gobierno?
Ni la población israelita es responsable de los crímenes de Netanyahu y su camarilla, ni la población palestina es responsable de los crímenes de Hamás.
Y son esas poblaciones las que están pagando con sus vidas las iniquidades de esos líderes bastardos.
Cualquier condena que olvide a las víctimas de un lado, traerá más violencia.
Porque no puede haber paz sin justicia.