17/05/2024 14:55
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A estas alturas nadie cabal y partidario del juego limpio, procurando ceñirse a la Ley, duda de que Conde Pumpido desde el Tribunal Constitucional y Pedro Sánchez desde la presidencia en funciones, están llevando a cabo un golpe de Estado institucional y dictatorial, buscando como sea el encaje a la amnistía para poder investir al presidente más corrupto de la democracia-Abascal dixit-, como así ha denunciado la asociación de la Guardia Civil Jucil  y otros miembros de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado.

La maniobras sucias y parciales eran de esperar con el acceso de Conde-Pumpido a la presidencia de un tribunal que suponía un grave estorbo para los planes golpistas del PSOE si no estaba bajo control. El ataque y derribo contra TC empezó con las dos sentencias inconstitucionales por los criminales confinamientos que impuso Sánchez. Después de un tiempo de forcejeo institucional, el ingenuo Núñez Feijóo facilitó con una sorpresiva maniobra de cobardía el asalto final. Desde entonces, el Tribunal Constitucional que cuida de la constitucionalidad de las leyes, de la canalización de lo legislativo para seguir la norma de lo establecido durante décadas, la Constitución consensuada de 1978 con teórica imparcialidad, se ha convertido en un tentáculo más de Pedro Sánchez con el fin de amordazar la Justicia en España. Y no sólo amordazarla, sino que con la última maniobra torticera del infiltrado político en el Tribunal Constitucional contra la elección independiente de jueces en el Consejo General del Poder Judicial, se ha construido el cadalso de la parcialidad torticera para ejecutar la razón de ser de la Justicia verdadera en una sociedad democrática, preparando así el golpe final contra el CGPJ, contra el Estado de Derecho en sí mismo, que pretende el ocupa de La Moncloa mediante el control de cada uno de los jueces que pretenda mantenerse o acceder a la carrera judicial.

Con la aquiescencia del Tribunal Constitucional, el legislativo con cariz político puede meter mano en la elección de los jueces, destruyendo el mecanismo de control constitucional que suponía el método de selección. Con un diseño de exterminio de la libertad calcado de Venezuela y otros países-seguramente asesorados por los harto conocidos malhechores de la Complutense-Pedro Sánchez buscaba el intervencionismo en el TC porque así puede avalar cuanto se decida sectariamente y sin contrapartida desde un gobierno que atenta contra España, como ya se evidencia en política nacional e internacional. Con el infiltrado sanchista Conde-Pumpido que incumple la esencial imparcialidad de la Justicia y embarra la toga en cuanto lodazal gregario le manden pringarse-como ya hizo con el miserable Zapatero-se ha decretado que el parlamento cuajado de enemigos contra España pueda elegir sólo por mayoría simple a los jueces del CGPJ sin la exigencia de que sean necesarios los tres quintos que regía la norma.

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Esto se traduce en que cualquier juez que pretenda disponer de un porvenir en la carrera judicial tendrá que pasar por el embudo del tamiz ideológico impuesto por los destructores del Estado de Derecho, y además cada ciudadano estará amenazado por una espada de Damocles porque quien no comulgue con este régimen socialcomunista, en todas y cada una de las cuestiones que le afecten en algún juzgado pueda dar por automatizada la sentencia en contra. De este modo el tramposo Pedro Sánchez no sólo busca controlar a los colectivos de España, sino también cada individualidad que no comulgue con la destrucción de la democracia.

El golpe de estado pasa por Conde-Pumpido, quien emponzoñando el Tribunal Constitucional deja expedita la vía de la destrucción de la democracia por la totalitaria intervención del Poder Judicial que Sánchez inició con el secuestro de la Fiscalía General del Estado. El canalla Sánchez tiene incondicionales canes que esperan las migas del amo, capaces de tragarse los vómitos. Seres abyectos e inmorales por doquier. Frente a estas aberraciones, los responsables de guardar y defender el Estado de Derecho fallan estrepitosamente, no así el Pueblo que corea por las calles el aborrecimiento por el sátrapa más traicionero, sin principios ni conciencia, el más mentiroso y sucio de toda la Historia de España.

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Editor ÑTV ESPAÑA
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