21/11/2024 11:29
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El pasado 9 de junio, el Parlamento nipón, apruebó un proyecto de ley para facilitar la deportación de «refugiados”.

Japón es uno de los países con menor tasa de criminalidad del mundo. Es famoso, entre otras cosas, porque te dejas el teléfono celular en el metro y ahí se queda. Como mucho, alguien lo recoge y lo deja en la próxima estación para que den con su dueño.

A ningún nipón se le ocurriría quedárselo y aún menos sustraérselo a nadie. Ni el celular ni nada que no sea suyo.

Además de pacífica y segura, realmente, la sociedad japonesa es sumamente organizada y productiva. Los Japoneses son educados y ceremoniosos hasta limites exagerados.

Yo he tenido el placer de visitar ese hermoso país muchas veces, ya que tengo amigos ahí y lo puedo aseverar con creces. En comparación con Japón, cualquier país europeo es el “far
west”. Su exquisitez es admirable, lo mires por donde lo mires. Hubo una época en que casi me mudo a la ciudad de Fukuoka, ciudad “Kawai” por excelencia y ubicada muy convenientemente cerca de Korea. De clima bastante benévolo, te daba la posibilidad de hacer el visado de manera muy cómoda, ya que en menos de 4 horas de Ferry, te plantas en la ciudad balnearia de Busan, en Korea del sur.

Mi idea era vivir en un Dojo de Aikido durante un año para perfeccionar ese precioso arte marcial. Además tenía la poco honorable intención de conocer bíblicamente al mayor número de preciosas japonesas que son totalmente de mi agrado, ya que son la antítesis de las feministas esquizofrénicas occidentales a las que detesto enormemente.

La cuestión es que conozco Japón muy bien y puedo asegurar que hay extranjeros aunque pocos. Los más notorios son los negros a los que se les ve de muy lejos.

Curiosamente -como en China y en Korea-, estos morenitos son los que se dedican al negocio de la “química moderna” en las esquinas de Shinjuku, kabukicho y El barrio coreano de Shin-okubo.

Lugares donde los lupanares se alternan con barcitos divertidos, hoteles temáticos por horas, puestos de ramen nocturnos y yakuzas tatuados con cara de malotes.

Y ahí están también, los africanos, que con banderitas jamaiquinas se pasean insinuando que tienen – y venden –  el “fumo” y el resto de menesterosas sustancias psicoactivas que prefieras.

Es como un cliché que se repite en todas las megaurbes asiáticas del norte. Y es que ni el más barriobajero de la yakuza, la ggangpaeh o de las tríadas chinas, quiere realizar la deleznable labor de vender “mercha”. Simplemente, les parece demasiado indigno, incluso para los pandilleros más rastreros.

Por eso los negros están ahí. ¿Quién los mete?

Mi amiga Marlies, navarra de Tudela y aventurera como pocas, solía vivir en Japón. Ella trabajaba en puestos callejeros vendiendo quincallería y le iba de maravilla por su desparpajo.

Fue ella quien me contó que la mafia israelita controlaba ciertas zonas donde estaba muy hermanada con las bandas de gánsteres locales.

En una ocasión me contó, como unos israelitas incluso le reventaron un puestito ambulante a un japonés por estar en donde ellos consideraban que era su territorio. Obviamente, se puede hacer esto cuando tienes las espaldas muy bien cubiertas por tatuados nipones de afilados “tantōs” y escasos meñiques.

Y es que en Japón, el poco crimen que existe es considerado una aberración de la cual nadie quiere tener ningún contacto.

De hecho, si tienes tatuajes (típicos de yakuza), no te dejan entrar en los  “onsen” (balnearios de aguas termales muy abundantes en cualquier lugar de Japón) normales y te tienes que colar en los específicamente dedicados a los de la camarilla de matones.

Según me cuentan, en los últimos años, estaban llegando muchos extranjeros de distintos puntos del mundo. No voy a decir que todos fueran criminales, pero sí que eso altera la convivencia, la confianza y desde luego, la seguridad de cualquier sitio y más en Asia. Simplemente es así.

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El carácter japonés  y su cultura es la quintaesencia del respeto más severo y de la dignidad más férrea. Cualquier país en su comparación, no deja de ser una especie de zoológico donde alimañas indignas albergan intenciones malévolas y no te puedes fiar ni un pelo.

Es famoso en Japón – y en korea – , los abundantes asaltos y violaciones que comete el ejército colonial que ahí subyace. Me estoy refiriendo, por supuesto, al norteamericano que tiene tan solo en Okinawa, 32 bases militares e instalaciones con más de 26,000 efectivos. Solo en Okinawa, repito.

La primera vez que visite Naha (2011), fue con la intención de dirigirme a la isla de yonaguni para sumergirme y ver la pirámide submarina. Estuve un tiempo visitando la isla y me sorprendió ver que los soldados americanos iban armados con M16 y cascos en plena vía pública.

Enseguida me di cuenta del escaso aprecio que los “ochinaanchu” sentían por aquellas bestias occidentales uniformadas. Y es que los “G.I. Joe’s» del tío Sam, se solían dedicar a violar jovencitas y a montar follones con los pacíficos isleños, porque sí. Simplemente porque los “rednecks” de Oklahoma y aledaños, son inmundos seres de sesera tan escasa como sus modales y moral.

Cuando conocía a algún local, lo primero que decía era que no era gringo. Era como una llave para que la sonrisa y la amabilidad apareciera como por arte de magia. Tuve la oportunidad de entrevistar a muchos japoneses y me contaron truculentas historias de esos enajenados yanquis.

También entrevisté a algún soldadito norteamericano para contrastar y aunque, alguno podría ser mejor que el resto, en su mayoría, no tienen que ver nada con lo que Horrywood nos muestra. Son paletos y palurdos y nada más que eso.

Japón es un país invadido y que quede claro.

Violación de una niña de 12 años, tras darle una paliza,  por parte de 3 negros del ejercito invasor yanqui:
https://en.wikipedia.org/wiki/1995_Okinawa_rape_incident

Violaciones y agresiones en Okinawa por parte de los invasores:
https://theintercept.com/2021/10/03/okinawa-sexual-crimes-us-military/

Hijos de puta del ejercito pirata anglosionista, violan incluso a bebes de 9 meses en Okinawa, reporte:
https://www.japantimes.co.jp/news/2021/03/18/national/social-issues/okinawa-women-military-violence/

Como miembro de la «comunidad internacional», Japón está sometido a una fuerte presión por parte de Occidente para que adopte una actitud totalmente anal, vaginal (de empoderamiento esquizofrénico y feministalinista)  y de inmigración forzada.

Y a los nipones no les gusta nada la idea. Quizás por eso se “neutralizó” al ex premier Shinzō Abe en el 2022…

Con el tiempo, muchos japoneses se están empezando a dar cuenta de que si mantuvieran una relación con China, en lugar de con la corporación de Estados Unidos, podrían conservar su cultura y sus valores (mucho más próximas a China que al circo anglo sionista de Washington y sus marionetas y mariconetas).

Si a esto añadimos que ganarían mucho más dinero con China (de hecho, ya lo están haciendo), la situación de que deberían seguir atados al barco que se hunde de EEUU se hace – cada día – más insostenible.

De “Japan today”:

<<El Parlamento japonés aprobó el viernes un proyecto de revisión de la ley de inmigración y refugiados que permite a las autoridades deportar a las personas que solicitan asilo repetidamente, a pesar de las objeciones de algunos partidos de la oposición.

Los opositores a la legislación se concentraron bajo la lluvia frente al edificio de la “Dieta” en Tokio, exigiendo que se desechara el proyecto de ley, mientras que los legisladores de la oposición criticaron al bando gobernante por haber “arrasado” con el proyecto.

La Cámara de Consejeros, o cámara alta, promulgó la ley con el apoyo del gobernante Partido Liberal Democrático, liderado por el primer ministro Fumio Kishida, y su socio de coalición, Komeito, así como otras fuerzas de la oposición relativamente conservadoras.

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Aunque en la actualidad Japón no puede devolver a su país de origen a un extranjero cuya solicitud de estatuto de refugiado se esté tramitando, las autoridades de inmigración sospechan que muchos han abusado del sistema al presentar múltiples solicitudes para permanecer en el país.

En virtud de la ley modificada, el gobierno intentará reducir las detenciones de larga duración en centros de inmigración y fomentar la expulsión de los extranjeros que no cumplan las órdenes de deportación emitidas por estancia prolongada.

Los opositores han argumentado que la legislación revisada podría dar lugar a la repatriación de quienes corren peligro de ser perseguidos en sus países de origen, poniendo en peligro sus vidas, y también a la expulsión de niños que nacieron y se criaron en Japón.>>

El cuento de siempre…

A finales del año pasado, 4.233 extranjeros se habían negado a regresar a su país a pesar de que se les había ordenado hacerlo, según la Agencia de Servicios de Inmigración nipona. La ley permitirá al gobierno expulsar a las personas que no presenten motivos razonables para que se les conceda el estatuto de refugiado tras su tercera solicitud.

Fuera del edificio de la “Dieta”, el viernes, los disidentes celebraron una concentración, en la que algunos alzaron pancartas con la ya cansina frase – escritas en inglés-  de «Protejan a los refugiados».

En vísperas de la votación en el pleno de la Cámara Alta, Taiga Ishikawa, del Partido Constitucional Democrático de Japón, arremetió contra la legislación diciendo: «Es una cuestión de vida o muerte para mucha gente».

En realidad no lo es.
Ni siquiera es real.

El Tercer Mundo no es un lugar maníaco donde todo el mundo es asesinado por las bandas de criminales y el gobierno. Honestamente, ni siquiera Somalia es realmente así. Es todo muy, muy exagerado.

Básicamente, cada refugiado es un refugiado económico. Incluso los ucranianos podrían estar viviendo en el oeste de Ucrania (si no son rusos, en cuyo caso se enfrentarían a una persecución real, dado que es ilegal hablar el único idioma que conocen – pero los refugiados rusos van todos a Rusia).

La manía de los “refugiados” está impulsada por un deseo de multiculturalismo forzado y auspiciado por todos ya sabemos quien. Esto es obvio a primera vista, pero se hizo especialmente evidente cuando el gobierno de la jauria de hienas pardas anglosajonas ( EE.UU.) comenzó a decir que la gente de América Central podrían ser “refugiados” porque sus países tienen una alta tasa de criminalidad – ¡a pesar de que ninguno de ellos tiene tasas de criminalidad siquiera cercanas a la de la media de las urbes más pobladas de Gringolandia!

Todo, como de costumbre, organizado por los mismos y con la intención de meter a todo el mundo en una licuadora para generar un mejunje étnico color marrón donde no quede la identidad de nadie, sino un batido insulso donde ellos pondrán su nuevo edulcorante de sabor transgénico , transhumano y trash-ahumado ( de “trash”, en inglés, basura y ahumado, de muy rustidito).

Menos mal que los asiáticos de ojos entre abiertos, lo empiezan a ver con mayor claridad que la mayoría de los abducidos occidento-anales que son más bobos que Abundio…

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Aliena

Muy interesante artículo, que cuenta cosas que puedo corroborar pues también conozco, si bien muchísimo menos, Japón ( aunque mis preferencias oscilen entre Kioto y Okinawa ). Aunque no menciona usted un hecho clave, y es que en Japón no se concede al nacionalidad a los extranjeros, ni siquiera a hijos de extranjeros que allí nazcan, se eduquen, vivan y mueran con 110 años, justo lo contrario que en España donde se la regalamos al que lleve aquí un periodo de tiempo ridículo.
Pero me obliga usted: su amiga, ¿SOLÍA vivir en Japón? ¿Y eso qué quiere decir? ¿Que vivía allí cinco días y dos no? ¿Siete meses y uno no? ¿Tres años y medio no? ¿No sería mejor decir que «vivía», pretérito imperfecto de indicativo? Se diría que es usted unos de esos furibundos traductores del «used to» que construyen frases tan delirantes como «Yo solía tener un perro» o «Él solía ser un doctor» ( tres fallos en cinco palabras, mecachis ).
«El Tercer Mundo no es un lugar maníaco donde todo el mundo SEA asesinado» ( ¿algún problema psicológico con el subjuntivo? ) Lo de los «gringos» ya me convence de que lo de ustedes es esquizofrenia pura, alabando a Japón por su política con los extranjeros pero hablando como un bandolero de película del oeste, por favor… ¡¿pero qué porras quieren ustedes para España?! Está claro que nuestro pobre país no tiene remedio.

Patxi Balagna

Ahora te lo explico querida Aliena, mira, ella – Marlies- , con la que acabo de hablar precisamente hace un rato, solía vivir allá – en Kagoshima, Tokyo o Yokohama, una temporada tan solo. Por problemas de visado podía tan solo permanecer en Japón un breve periodo de tiempo. Hacia la “temporada” y luego, se volvía a la India, donde vivía otra temporada. Seguidamente, en veranito, volvía a España, y vuelta a empezar el recorrido un año mas de la misma manera…
¿Ahora si?

Patxi Balagna

Aliena, en primer lugar, disculpa si te ha molestado mi preferencia por las asiáticas con respecto a las occidentales, espero que no te haya ofendido. En la actualidad curiosamente tengo una novia ucraniana, aunque las rusas, también son de mi agrado porque aún mantienen cierta femineidad. ¿Tú eres rusa? Lo digo por el nombre.
En segundo lugar, mi paranoia con o contra los americanos es, en realidad, contra los anglosajones en general, y me explico: Cuando era jovencito solía (de muchas veces) viajar a Inglaterra a aprender inglés.
Cualquiera que haya tenido esa experiencia es muy probable que no los soporte. Te podría contar algunas historias personales, pero se haría muy largo. Lo dejaré es que son bastante sucios, no saben comer, no tienen educación y el país es una porquería. Además, nos trataban a los europeos del sur con un odio difícil de entender, en especial a italianos, españoles e incluso a los franceses.
Posteriormente, mi madre se mudó a Inglaterra. Una feliz idea que nunca comprendí.
Imagínate la de veces que yo SOLÍA (otra vez de muchas veces) ir a Londres. De hecho, he vivido ahí durante tiempo y también, a temporadas.
Así que queda claro que he frecuentado a los británicos desde muy joven y los conozco muy bien. Exceptuando a un par de amigos que conservo, la verdad es que el carácter británico no es de mi agrado en absoluto. Su país tampoco. Los irlandeses y escoceses, en cambio, me caen muy simpáticos.
Mi animadversión proviene de la historia en sí. De todas las brutalidades que han cometido a lo largo y ancho del mundo durante mucho tiempo. Y si, en especial, de los problemas que hemos tenido nosotros — los españoles como nación- con ellos desde hace 500 años. Con los gringos más o menos lo mismo, aunque no tengo nada contra los ciudadanos de a pie. Viví en California y en Florida, y tengo buenos recuerdos, aunque no me mudaría ahí, ni «harto de grifa». Cuando hablo de «gringos» o «yanquis» me refiero a los capitostes que gobiernan esa corporación. Piratas, mafiosos, gentuza y satanistas peligrosos y perversos. Y si los critico es por el hecho de que gobiernan sobre el planeta con un sistema vampírico que esclaviza a todos. Sus atropellos y abusos con continuos y desde hace ya demasiado tiempo, así que como para no criticarlos. Lo alucinante es que en los medios de comunicación oficialistas nadie se atreva a hacerlo. ¿Sabes por qué? Porque dependen de ellos y de su puñetero sistema. España es tan solo uno de sus satélites y eso no me gusta nada. ¿A ti? Cuando se conviertan en un país segundón, y si otro tomara el relevo, te aseguro que el siguiente será blanco de mi supervisión y crítica en el caso de que cometan las bestialidades de los anglosajones. De cualquier manera, critico a estos, como puedo criticar a Putirrin a Farlopinsky, o a quien se me ponga a tiro. No tengo nada contra los rusos tampoco. Dentro de media hora he quedado con mi amigo Boris, que es siberiano de irkutsk, para jugar al ajedrez, así que no te digo más… De cualquier manera, gracias por tu aportación, y gracias por leer el artículo. A tu disposición para lo que necesites: patxibalagna@gmail.com

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