El psicópata que se embarró de mierda amoral y evitó que los ciudadanos indignados le embadurnaran de barro por cobarde, insensible y fullero que aprovechó la crisis de la Gota Fría para sellarla suciamente con su impronta criminal, ha argumentado que el Estado somos todos y por tanto nos merecemos un aplauso en los balcones para ¿blanquear sus acciones delictivas que implican también la gestión oscurantista de los efectos devastadores contra Valencia? Que se aplauda la cara.
La picaresca de este diablo vivo será proporcional a su penitencia una vez que su cadáver sea devorado por los gusanos. Inexplicablemente, sigue sumando en el balance maligno de su aberrante existencia al frente de una España que lo aborrece, mientras ha prefabricado otra descompuesta de parásitos de chiringuitos políticos, canes agradecidos, babeantes carroñas con la vida resuelta a a cambio de vender el alma a un diablo arribista en posesión rastrera de La Moncloa. Y ese singular estafador detestable es el que pide que se aplaudan a los cómplices de sus pecados capitales entre los que se incluye el asesinato. Asesinato de nuestros padres en el 2020 con una sedación protocolaria y ocultación de muertos aprovechando un canallesco confinamiento que sirvió de cortina para trincar carroñeramente y enriquecer a estos estafadores de Satanás. Si sospechamos que detrás de la Dana está su garra, no es casualidad que los antecedentes del inicuo lo revelen una vez más como un desalmado sin conciencia. Un psicópata a la altura de las peores bajezas de inhumanidad.
Abandonados a su suerte por el destino de un gobierno de miserables que ha mandado auxilio para sus propios intereses oscuros, dejando desamparadas a las víctimas. Aplausos al teatro macabro de su cinismo insoportable, con esa cara de imbécil que se gasta el maldito en cada una de sus nauseabundas apariciones públicas. Aplausos a la sospecha de que este falaz engañador de basuras con apariencia humana que lo secundan incondicionalmente, ha sido el responsable directo de la matanza de la Dana, el especulador que no ha camuflado las intenciones para sacar rédito personal ante la tragedia, acaso el crimen de la Dana que estaba perpetrando en cuanto vio la oportunidad de sacar tajada; como así hicieron asaltando RTVE importándoles un bledo la vidas perdidas y las víctimas sin auxiliar. Antes bien se monta un dispositivo secreto a saber con qué intenciones oscuras que denuncian los damnificados que no dan pábulo a la institucional falsedad desplegada en Valencia.
La Justicia de la existencia es una paradoja hasta para seres repulsivos como es este inicuo elemento del averno. Hemos de ver la recogida de las siembras, tarde o temprano. Gadafi hizo más bien por su pueblo, y hasta Mussolini por Italia o Hitler por Alemania cuando no se retorcieron con la soberbia que los ejecutó o empujaron al suicidio. En España no colgamos por los pies a los forajidos políticos, pero exigimos Justicia verdadera para el criminal en el tribunal terreno que ha de juzgarle. Sus corrupciones le supuran por la jeta nauseabunda. Muchos tiranos en principio fueron buenos para su pueblo a diferencia de este detritus humano convertido en presidente por la falacia y la trampa. Gran parte de España siente que este criminal, caradura sin conciencia, sólo tiene méritos para un sufrimiento eterno. Llore lágrimas de sangre en vida penando sus delitos. Justicia terrena antes de que San Miguel Arcángel le meta una patada en la cara al Adonis de pacotilla, directo al infierno del que nunca debió salir.
¿Aplaudir a este desalmado que se escuda tras el Estado somos todos? En la cara.
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