20/09/2024 12:50
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Este 2020, como el resto de años, nos está dejando una desolación mental exquisita y excelente… ¡gran añada el 2020! Jamás sospeché que la dictadura pudiera triunfar tan holgadamente y, encima, regocijarse en ello. ¿Cómo que cualquier tiempo pasado fue mejor? ¡Mejor que estos 9 meses de 2020 no ha existido nada! El año dementemente más internacional… porque está claro que barrios gitanos los habrá toda la vida, pero que los gitanos hagan del mundo su barrio… eso ya son palabras mayores y es lo que está pasando. Y que me perdonen los putos gitanos, les odio por todo lo que me han hecho en la vida… pero actualmente es la mejor gente que habita Hediondo Puente de Bellacos (Madrid) y cuando les veo, me da sensación de confort saber que esos hijos de puta son “mis hijos de puta”. Donde esté un gitano que se quite un moro, un rojo o un panchi, donde va a parar…

Hace años vi como 2 gitanos, y una gitana, le daban de hostias a un chino en motocicleta, al lado de mi casa. Fue entrañable (obviamente desde mi rechazo a la violencia física o mental que no sea autodefensa) ver cómo estos 3 tristes tigres gitanos ahostiaban (mola más escribirlo mal, es más contundente, ¿a qué sí?) al chino… que no había hecho nada, el pobre. Su delito fue meterse con la jodida motocicleta en un trozo de acera por la que pululaba la puta gitana… y ésta se quejó a los otros 2 y ya está…la moto ni la tocó, ni nada… pero fue el detonante para que le dieran de hostias al chinorri. Yo ralenticé mi siempre raudo caminar urbano, para contemplar la somanta de palos que el resto de chinos de la calle (son como hongos) le iban a dar a los gitanos… Hasta me puse de espalda a una pared, para evitar que alguna hostia me cayera a mí, pues tengo 1001 veces más pinta de gitano que de chino. ¡Y qué va! Las decenas de chinos que había allí sólo miraban y se piraban. Y los gitanos, percibiendo eso, pues sabéis que huelen la sangre, se hicieron fuertes. Y ya no sólo seguían dando hostias al chino, sino que se envalentonaban con el barrio entero. ¡Eran los amos de Hediondo Puente de Bellacos, en ese momento!. Claro, yo les miraba, a unos 5 metros, descojonándome. Mientras, el chino sangraba un poco. Y antes de que la gota roja tocara el suelo, otra hostia en la jeta… ¡ahostiando, qué es gerundio! No se cebaron con él, sino hubiera intervenido yo, que una cosa es ahostiar y otra matar o masacrar a un ser humano, por muy chino que sea. De todas maneras, creía que todos los chinorris sabían “kun fu”, y está claro que puede ser así… pero este chino, en concreto, no lo usó… no se quiso cebar con los gitanos, está claro…  pero sólo de pensar  que Bruce Lee era un actor y no un luchador, queridos niños, pues empiezo a entender lo que le pasó al chino este… que enlaza con lo que le pasó a Bruce Lee con el fin de su vida.

Y mientras yo me reía de lo que ocurría, no sé que pensarían los gitanos, pues crucé miradas con los 3, la tía, por cierto, era un callo malayo… que en todo me fijo. Joder, qué fea era y qué cuerpo escombros tenía… anda que vaya gusto el de los tanos, tener que casarse con las de su etnia… ya les vale. Yo estaba pensando que no hacía muchos años, en Leganés (mi ciudad natal y el lugar del mundo donde he visto más, y mejor, el mal) degollaron a una china, en plena calle, cuando estaba abriendo su negocio. Y allí murió, desangrada, y nadie detuvo a los criminales. Eran la mafia china. Pensé en esa mafia y en la suerte que esos putos 3 gitanos tenían de no ser chinos.  Y ellos ni siquiera lo atisban, a día de hoy, si es que siguen vivos.

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La dama de negro debe de pasárselo en grande mirándonos, desde atrás. Ahí atisbando y preguntándose… “¿Le doy a este gilipollas con la guadaña o no? Bueno, hoy no, mañana”.

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