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Actualmente se está celebrando en el Museo de Historia de Madrid una extraordinaria exposición de pintura titulada “Francisco Pradilla (1848-1921), más que un pintor de historia”. Hoy entrevistamos en ÑTV a sus dos máximas responsables: doña Sonia Pradilla Sánchez, bisnieta del pintor, abogada de profesión y comisaria técnica de la muestra, y doña Soledad Cánovas del Castillo Sánchez-Marcos, doctora en Historia del Arte, responsable de la Biblioteca del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, comisaria de la muestra, autora del proyecto y de los textos del catálogo.
Sonia y Soledad son primas hermanas y han empeñado mucho tiempo, ilusión y esfuerzo en esta muestra, que, sin duda, ha cumplido su propósito, sirviendo a la divulgación de la obra y figura del ilustre pintor Francisco Pradilla Ortiz.
Háblennos un poco de su trabajo para dar a conocer el legado de don Francisco Pradilla.
Sonia Pradilla: En primer lugar, quiero decir que, al menos desde 2015, hemos intentado dar a conocer la figura tanto de mi bisabuelo como de mi abuelo, el también pintor Miguel Pradilla González (Roma 1884-Madrid 1965). De hecho, con motivo del 50 aniversario del fallecimiento de mi abuelo, realizamos en 2018 una exposición organizada por el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón titulada “Francisco y Miguel Pradilla. La tradición de la pintura naturalista”, con 125 obras de ambos pintores, que también fue comisariada por Soledad Cánovas del Castillo Sánchez-Marcos, y por mí, como comisaria técnica.
A raíz de aquella exposición, creamos una página web dedicada a Miguel Pradilla González: www.miguelpradilla.com.
¿Cómo se ve en la familia, actualmente, la figura de su bisabuelo, el gran pintor Francisco Pradilla?
Sonia Pradilla: Como un extraordinario pintor que abarcó todos los géneros (historia, retratos, paisajes, escenas costumbristas, marinas, alegorías, escenas medievales, etcétera) y todas las técnicas (óleo, acuarela y dibujo). Es decir, un pintor total que tuvo un gran reconocimiento nacional e internacional desde que en 1877 pintase su gran obra “Juana la Loca” (expuesta actualmente en el Museo del Prado).
Si bien desde su fallecimiento en 1921 se han realizado pocas exposiciones monográficas sobre Francisco Pradilla, quiero recordar las de Zaragoza y Madrid en 1987; Villanueva de Gállego, en 2003, y Pozuelo de Alarcón, en 2018. Es cierto que su figura ha estado “dormida” durante mucho tiempo, pero creo que a raíz del centenario se han celebrados algunas exposiciones conmemorativas que han renovado el interés por su pintura. En 2021 se hicieron en Zaragoza dos exposiciones: una de ellas en el Palacio de la Lonja, comisariada por Wifredo Rincón, y otra en el Museo de Zaragoza y en el Museo de Pontevedra. En 2022, en el Museo del Prado se inauguró otra pequeña muestra comisariada por Javier Barón, y, claro está, la actual en el Museo de Historia de Madrid, abierta desde 14 de diciembre de 2022 hasta el 14 de mayo de 2023.
Me consta que para Ud. esta exposición ha supuesto un esfuerzo personal, trabajando mano a mano con la historiadora Soledad Cánovas del Castillo y con numerosas instituciones y propietarios particulares. Su marido, José Ignacio González Sáez, creo que también se ha volcado. ¿Qué le gustaría resaltar de esta colaboración?
Sonia Pradilla: En cuanto a Soledad, su implicación en la exposición y en el catálogo ha sido máxima. Su sentido de la responsabilidad como comisaria artística de la actual muestra y ya en la exposición en Pozuelo de 2018, ha sido encomiable. Además, quiero resaltar todo el cariño que ha puesto en su trabajo, porque somos primas hermanas.
En cuanto a mi marido, José Ignacio, no sólo ha sido un constante apoyo en la “causa Pradilla” sino que ha intervenido muy activamente en este proyecto desde un principio, pues no olvidemos que gracias a su iniciativa pudimos contactar con la Concejal Presidente de la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca, doña Loreto Sordo y ella nos derivó al Ayuntamiento de Madrid, organizador de la presente exposición en la calle Fuencarral.
¿Cómo se gestó la exposición? ¿Cuánto tiempo les ha llevado a organizar esta gran muestra y reunir las obras? ¿Fue muy complicado hacer la selección?
Sonia Pradilla: En 2019, próximos al centenario del fallecimiento de mi bisabuelo, la idea de mi marido y mía era que se colocara una placa conmemorativa en el lugar donde, en su día, Francisco Pradilla tuvo su residencia y estudio; un palacete neomudéjar con jardín y pabellón independiente que se encontraba situado en el paseo del pintor Rosales esquina con Quintana. Así se lo propusimos a la presidenta de la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca, a quien le pareció muy conveniente, y es en esa reunión donde hablamos de nuestra idea de que Madrid tributara a Pradilla el homenaje que se merecía con una exposición. Pues no olvidemos que vivió en Madrid más de 33 años; en esta ciudad se encuentran sus pinturas históricas más emblemáticas; y fue director del Museo del Prado.
Hemos estado trabajando más de tres años, no sólo para reunir las obras expuestas, sino también para hacer un catálogo que recogiera noticias inéditas de Pradilla. En efecto, a la hora de pensar cómo se iba a hacer el catálogo, mi temor –y así se lo transmití a Soledad– era que “de Pradilla, estaba casi todo dicho”. Pero Soledad, como buena historiadora del arte que es, afirmó con rotundidad que no, que había una parte importante de la vida de Pradilla fuera de España, en concreto en Europa, que era poco conocida y es ahí donde hemos incidido para conseguir un catálogo no sólo estéticamente impecable sino con un contenido novedoso.
En cuanto a la complejidad en la selección de las obras, nos debíamos sujetar, en primer lugar, a las dimensiones de las salas del Museo de Historia de Madrid. Pero, además, hay que tener en cuenta que a la primera sección dedicada a las “Evocaciones Históricas” llevamos cuadros de gran tamaño; y, al haber estructurado la exposición por temas, las posibilidades que teníamos para exhibir más obras de Pradilla estaban limitadas por la idea de mantener un equilibrio entre las secciones. De hecho, por este motivo no hemos podido exhibir todas las obras de las que teníamos conocimiento.
Sin duda, Francisco Pradilla Ortiz es uno de los más grandes pintores españoles de todos los tiempos. No obstante, muchos compatriotas “con estudios” no le conocen. ¿A que creen que se debe este injusto olvido?
Sonia Pradilla: En cuanto a su pintura de Historia, es cierto que el público en general no asocia las obras de Francisco Pradilla con su nombre. Y cuadros como “Juana la Loca” o “La rendición de Granada”, muy reproducidos en libros de Historia, a menudo no se identifican con su autor. Incluso, muchas personas a quienes gusta el arte o han estudiado carreras relacionadas con esta materia, desconocen que Pradilla pintó numerosos temas fuera del género histórico.
Creo que los motivos que han hecho que Pradilla haya sido injustamente olvidado obedecen, en primer lugar, a esa falsa idea de que fue sólo un pintor de Historia. Por otro lado, gran parte de su producción se encuentra dispersa en colecciones privadas en España y en el extranjero. Al no existir un museo que agrupe y conserve la obra de Pradilla en toda su amplitud, es difícil corregir la idea que se tiene del artista. Por eso, esta exposición que hemos realizado por el centenario tiene mucha importancia desde dos puntos de vista: el primero, porque rescatamos a Pradilla de ese injusto olvido y, en segundo lugar, porque los visitantes han podido comprobar que Pradilla fue más que un pintor de Historia.
Afortunadamente, el Ayuntamiento de la localidad natal de Pradilla, Villanueva de Gállego (Zaragoza), con ocasión del centenario, inauguró en octubre de 2021 el llamado “Espacio Pradilla”. Un recinto que alberga la obra que dicho consistorio ha ido recopilando durante más de 30 años (ocho óleos, 35 acuarelas y un dibujo) y que tiene previsto crecer con nuevas adquisiciones.
Soledad Cánovas: El auge del Impresionismo en el último cuarto del siglo XIX en Europa eclipsó definitivamente la pintura de Historia, que pasó a ser considerada como un género desfasado y opuesto a la nueva visión modernista que desembocaría en las vanguardias artísticas experimentales de principios del siglo XX. Esa visión negativa prevaleció en dicha centuria en el continente europeo y pervive en la actualidad. No interesa rememorar los grandes hechos históricos de un país, que a menudo se pretenden asociar con determinadas tendencias políticas, olvidando un pasado memorable digno de ser recordado y transmitido a las generaciones futuras.
Francisco Pradilla fue un sobresaliente embajador de nuestras artes en todo el Mundo. Muy reconocido fuera de nuestras fronteras, acaso hoy no nos hagamos una idea de la importancia que tuvo.
Sonia Pradilla y Soledad Cánovas: Sí, efectivamente. Pradilla recibió en vida numerosos honores y galardones por sus méritos artísticos, tanto en España como en el extranjero, acumulando hasta veinticinco distinciones. Algunas de ellas fueron concedidas por las más prestigiosas instituciones europeas.
Así, en España fue nombrado académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y de la de San Luis de Zaragoza; director de la Real Academia de Bellas Artes de Roma y director del Museo del Prado; Gran Cruz de Isabel la Católica y Gran Cruz de Alfonso XII. En Italia fue nombrado académico de la Accademia Albertina delle Belle Arti de Turín, y de la Accademia di San Luca de Roma. En Francia recibió la Gran Medalla de Honor en la Exposition Universelle de París, siendo investido Caballero de la Légion d´honneur; Oficial de Instrucción Pública de Francia; Miembro correspondiente del Institut de France y Miembro Asociado extranjero del Institut de France.
En Alemania ganó la Primera Medalla en la Exposición Internacional de Arte de Múnich, obteniendo, así mismo, el título de Académico de Honor de la Academia de Bellas Artes de esa ciudad; de Académico ordinario de la Real Academia de Bellas Artes de Berlín; Miembro de Honor de la Asociación de Artistas de Múnich y Gran Medalla de Oro de las Artes de la Exposición de Arte de la Academia de Berlín.
En Prusia se le impuso la condecoración de la Orden Pour le Mérite de las Artes y las Ciencias, y en Austria fue investido Académico de Honor de la Academia de Bellas Artes de Viena, recibiendo también la Medalla de Oro de la Exposición Internacional de Arte de Viena y el Diploma de Honor de la Sociedad de Artistas Vieneses.
A todo ello hay que añadir el reconocimiento de Francisco Pradilla al otro lado del Atlántico, siendo admitido como Miembro de la Hispanic Society of America de Nueva York.
En Madrid hay numerosos colegios e institutos con nombre de artistas. Sin embargo, no hay ninguno con el nombre de Francisco Pradilla. Que yo sepa, en Zaragoza hay un colegio y en Madrid se inauguró no hace mucho un pequeño monumento (un busto del pintor, a la altura del nº 28 del Paseo del Pintor Rosales), pero extraña que en la capital no haya un gran espacio o centro educativo que le rinda homenaje. Teniendo en cuenta la talla del artista, no deja de resultar sorprendente. ¿Existe alguna razón para este “descuido”?
Sonia Pradilla y Soledad Cánovas: Una de las reivindicaciones que hemos planteado a la Junta Municipal Moncloa-Aravaca es, precisamente, ésta: que se diera a una calle, centro educativo, centro cultural, etc, el nombre de Francisco Pradilla. Por ejemplo, Goya tiene dos calles en Madrid capital; en los distritos de Salamanca y Chamartín y, ciertamente, sorprende que un pintor tan importante como Pradilla no tenga un espacio en Madrid que le rinda homenaje o el reconocimiento que merece. En otras capitales de provincia como Barcelona, Granada, Alicante o Melilla, con escasa vinculación con el pintor, sí existen calles con su nombre.
La causa de este “descuido” tiene que ver con el injusto olvido al que ha estado sometido Pradilla.
En los libros de enseñanza media y en las facultades de Bellas Artes, Francisco Pradilla Ortiz pasa desapercibido. Así como sí se enseñan los nombres de pintores mucho menores y se magnifica el valor de su obra más allá de sus méritos, con él ocurre lo contrario. ¿Ha habido una ocultación deliberada del artista y su obra? ¿Existe una relación entre el desconocimiento de la pintura y escultura del siglo XIX y la extendida y peyorativa visión de lo “decimonónico”?
Sonia Pradilla: No creo que haya habido una ocultación deliberada de la obra de Pradilla, sino más bien un gran desconocimiento de su obra de menor formato o temática distinta a sus cuadros de Historia.
Por otra parte, no cabe duda que la promoción deliberada del arte contemporáneo en general ha perjudicado muy seriamente a la pintura española del siglo XIX. Aunque, curiosamente, hemos podido comprobar en esta exposición que los visitantes que han acudido a verla manifestaban su “hambre” por visitar exposiciones con este tipo de pintura.
Soledad Cánovas: Es cierto que, efectivamente, el empleo del término “decimonónico” como etiqueta negativa no ha favorecido a los artistas de aquel período. Por fortuna, la aparición de estudios rigurosos en los últimos años en torno al arte y la cultura de aquel período en nuestro país están restituyendo la legítima dimensión que le corresponde.
¿Hay algo en particular que hayan querido destacar, sobre cualquier otra cosa, en esta muestra? Lo pregunto porque se nos ofrece una amplia panorámica de su obra, cuadros de “mano grande” y de “mano chica”, hay óleos, acuarelas, dibujos…
Sonia Pradilla: Sobre todo, la maestría de Pradilla y la belleza de cada una de sus pinturas, en un momento como en el actual en que andamos muy justos de genios. Pradilla era y es un pintor que se siente con los cinco sentidos: se ve, se oye, se toca, se siente y se huele.
La calidad de su obra es un buen antídoto frente a la mediocridad y el feísmo imperante que padecemos desde hace muchos años.
Soledad Cánovas: Pradilla trabajó géneros como el paisaje, el costumbrismo, los temas alegóricos y mitológicos y el retrato, y eso es algo que hemos subrayado porque es desconocido para la gran mayoría del público. También hemos querido destacar su excepcional calidad como acuarelista, seleccionando piezas inéditas o raramente expuestas, que ponen de manifiesto su destreza en esta técnica. Asimismo, ha sido un acierto presentar en diálogo al Pradilla “de la mano grande” –en alusión a sus lienzos de tamaño que se salen del caballete–, con el mucho menos conocido “de la mano chica”, representado por deliciosos cuadritos vibrantes llenos de vida y color.
Por otra parte, me gustaría también resaltar el protagonismo de la mujer en la pintura de Pradilla, tanto en las escenas de carácter costumbrista de lavanderas, aldeanas y peregrinas, como en las mujeres que representa en su madurez, de forma individualizada, con gran delicadeza.
La importancia de la exposición, por la calidad y número de las obras expuestas, es muy notable. Supongo que habrá sido muy complicado reunir algunas pinturas, determinadas acuarelas, o acaso los magníficos cuadernos de Sarasate o Gayarre.
¿Cuál o cuáles han sido los préstamos más complicados? ¿Han encontrado obstáculos para exponer alguna obra determinada que hubiesen deseado incluir en esta exposición?
Soledad Cánovas: En efecto, no ha sido fácil reunir un conjunto representativo de obras de calidad. En el caso de las procedentes de colecciones particulares, en ocasiones ha resultado complicado negociar con sus propietarios, pues algunos de ellos habían cedido su obra a la exposición celebrada el año anterior en La Lonja de Zaragoza y se mostraban reticentes a prestarla de nuevo.
Hay pinturas que nos hubiera gustado añadir a nuestro discurso expositivo, como algunas piezas del Museo Nacional del Prado –en concreto, el “Caballo árabe del conde Bobrinski”, el “Cortejo del bautizo del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, por las calles de Sevilla” y la espléndida acuarela del “Dux Marino Faliero”–, pero la inicial coincidencia parcial de fechas con la muestra del Museo del Prado nos hizo declinar la solicitud de préstamo. Con todo, el Museo del Prado ha contribuido cediendo dos obras.
Sonia Pradilla: En general, tenemos que agradecer que tanto los museos e instituciones públicas, como los particulares, han colaborado generosamente en los préstamos. Y, por ejemplo, fruto de esta colaboración hemos podido mostrar, afortunadamente, los álbumes de Sarasate, Gayarre, y el del Circulo Don Quijote (véase el “Caballero portando yelmo y espada”). Eso sí, algunos de los cuadros, por su tamaño o bien por la delicadeza de sus marcos, han sido especialmente complicados de transportar.
El indiscutible éxito de la muestra se evidencia en la prórroga de la misma hasta el próximo 14 de mayo. ¿Tienen algún proyecto en mente para una exposición futura sobre el pintor?
Sonia Pradilla y Soledad Cánovas: Lo ideal sería que esta exposición viajara por ciudades importantes en la vida de Francisco Pradilla, como Roma, Granada o Galicia. Por ejemplo, sería fantástico exhibir en la Real Academia de Bellas Artes de Granada –en el incomparable marco del Palacio de Carlos V en la Alhambra– la notable reducción de “La rendición de Granada” –de colección particular– y “El suspiro del moro” –de la colección Antonio Cánovas del Castillo-Altair–, ambas presentes en nuestra muestra.
También habría sido muy bonito, como broche final, llevar la exposición a la Real Academia de España en Roma, de la que Francisco Pradilla fue director. Teniendo en cuenta que residió en la Ciudad Eterna más de veinte años –primero como pensionado y luego como pintor autónomo–, no sólo resultaría muy apropiado, sino que sería un éxito seguro.
Por otro lado, conviene recordar que en Estados Unidos en general y, concretamente, en Nueva York, existe una gran admiración por la pintura española del siglo XIX. No olvidemos que Pradilla fue nombrado en 1911 miembro de la Hispanic Society of America.
El catálogo es magnífico y me consta que ya va por la segunda edición. ¿Podrían darnos cifras, aunque sean aproximadas, del número de ejemplares vendidos? ¿Está prevista una tercera edición? ¿Saben cuántos visitantes han acudido a la exposición desde su inauguración el 14 de diciembre de 2022?
Sonia Pradilla: La primera edición del catálogo constaba de 800 ejemplares. Al agotarse se ha hecho una segunda edición de otros 500. En principio no está prevista una tercera, ya que la exposición finaliza el 14 de mayo.
Respecto al número de visitantes, desde el 14 de diciembre de 2022 hasta el 30 de abril de 2023 más 60.000 personas han acudido a ver la muestra.
Soledad Cánovas: En cuanto a la publicación en sí misma, me gustaría destacar que no se trata de un catálogo al uso, por cuanto no hemos querido presentar una biografía del pintor acompañada de las obras expuestas y sus correspondientes referencias bibliográficas sin más, sino que lo hemos estructurado a partir del material inédito encontrado en nuestra investigación. De él resaltaría la autobiografía inédita de Pradilla localizada en la Königliche Akademie der Künste (Real Academia de las Artes) de Berlín; el capítulo llamado “Vivencias a la carta”, que reúne correspondencia que Pradilla mantuvo con su familia y con distintos personajes de la vida cultural y artística española y extranjera; la extensa cronología de su vida y obra con numerosos datos novedosos sobre su proyección en el mercado artístico internacional; y también el capítulo dedicado a los visitantes y la clientela en el estudio de Pradilla en Roma.
La obra de Pradilla se cotiza mucho en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. ¿En que otro país, aparte de España, hay más obras de don Francisco?
Sonia Pradilla: Precisamente, fruto de esta ardua labor de investigación que hemos hecho durante más de tres años, nos pareció una buena idea hacer un apéndice en el catálogo que hemos titulado “Obra de Francisco Pradilla en España y en el extranjero”.
Así, existe obra de mi bisabuelo en Italia, concretamente, en Roma, en el Museo Nazionale del Palazzo di Venezia; en Rusia, en el Museo Puskhin de Moscú y en el Museo del Hermitage de San Petersburgo; en Argentina, además de los cuadros en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires y en el Club Español de esa capital, hemos sabido que hay también obra en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa de Córdoba. En Brasil, en la pinacoteca de Sao Paulo; en Chile, en los museos de Bellas Artes de Valparaíso y Viña del Mar; en Estados Unidos, además de las que se encuentran en la Hispanic Society of América de Nueva York, hemos localizado obra en Harvard Art Museums, Cambridge (Massachusetts), en el Meadows Museum de Dallas (Tejas), en el Brooklyn Museum de Nueva York y en el Philadelphia Museum of Art. En Uruguay, en el Museo de Artes Decorativas de Montevideo y, finalmente, en Nueva Zelanda, en la Christchurch Art Gallery Te Puna o Waiwhetu de la ciudad de Ōtautahi Cristchurch.
La gran pintura titulada “El suspiro del moro” cambió de manos no hace mucho a raíz de una subasta. ¿Saben de algún otro cuadro concreto de don Francisco que hoy esté en colecciones privadas extranjeras y que esté previsto pueda volver a España por esta vía?
Soledad Cánovas y Sonia Pradilla: Es muy difícil conocer la actividad de las casas de subastas de forma anticipada, a no ser que se trabaje en ese ámbito, pero ojalá en adelante podamos admirar más obras de Francisco Pradilla dispersas en la actualidad por todo el mundo. Desde luego, es posible que afloren a corto o medio plazo pinturas inéditas de su mano en el mercado artístico internacional, y, por supuesto, sería un motivo de satisfacción que regresaran a España.
Aquí termina la entrevista que amablemente nos han concedido doña Sonia Pradilla y doña Soledad Cánovas del Castillo para ÑTV, a las que queremos agradecer su generoso esfuerzo en la divulgación de la figura y la obra de aquel pintor excepcional que fue don Francisco Pradilla Ortiz, español ejemplar, puntal y modelo universal de un Arte con mayúsculas.
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