29/04/2024 01:23

Merino

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Bueno, pues esto de la “Memoria Democrática” tendrá sus cosas malas (porque malo y peligroso es y será siempre lo que salga de las mentes comunistas), pero para los que vamos a la Historia sin malas intenciones a veces nos encontramos con cosas tan bellas como el poema del americano Walt Whitman, el famoso “If”… y lo reproduzco, una vez más, porque para los que no lo conozcan que lo lean diez veces seguidas y para los que lo conozcan, que se emocionen una vez más.

A mí me emocionó la primera vez que lo leí, allá por 1957, quizás porque estaba en plena inquietud literaria y con ansias de llegar a ser escritor. Pero más me emocioné cuando supe que José Antonio Primo de Rivera, lo tenía enmarcado en su despacho. Lo que demuestra quién era, mejor quién fue, José Antonio antes de su asesinato en Alicante. Gracias a este poema leí casi toda la obra de Walt Whitman, a quién los americanos bautizaron como el padre del verso libre y, de José Antonio, con el que tuve un romance ideológico de joven. Una obra que los expertos han inscritos entre el transcendentalismo y el realismo filosófico. Curiosamente, Whitman fue censurado por la abierta sexualidad que desprendían los contenidos de su libro “Hojas de hierbas”. Se trata de un hombre de una poderosa fe en sí mismo, con un espíritu vigoroso y agresivo, que se cuela sin límites en temas eternos: el hombre, el cuerpo, el sexo, la religión, los animales o la naturaleza.

Y como puede verse en el poema es un puritano revolucionario (¿puritano y revolucionario?, pues sí, increíble, pero cierto). Pasen y lean y se alegrarán:

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
«Emito mis alaridos por los techos de este mundo»,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros «poetas muertos»,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los «poetas vivos».
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.

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Un poema de Walt Whitman

Al menos yo lo tengo claro. “No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. La vida es desierto y oasis…”. Sin embargo, y pensando en la España que tenemos delante, esta pobre España que se hunde más cada día que siguen en la Moncloa, los socialistas, comunistas y demás ralea: “No caigas en el peor de los errores, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes”… ¡Y lucha! Las guerras políticas no se ganan viendo la televisión y el gintonic en la mano, ni solo en las urnas… se ganan en la calle y en la cultura, en las ideas.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Hakenkreuz

¿Que acude usted a la historia sin malas intenciones?

Entonces, ¿por qué condena usted (que no juzga, condena directamente, como muchos papas, cardenales, obispos y sacerdotes para quedar «bien» ante el mundo, que no ante el que dio testimonio de la Verdad y por ello fue crucificado) usted a Adolf Hitler, aliado de los patriotas españoles y católicos acaudillados por Franco en nuestra cruzada, ahorrando con sus armas mucha sangre española católica y patriota y contribuyendo a prevenir que España no se convirtiese en una república soviética?

¿Acaso no le dice a usted nada aquellas palabras de «quien no está contra nosotros, está por nosotros»?

¿Considera usted a Francisco Franco un «traidor» por haber pedido ayuda a Hitler en su lucha contra los rojos y antiespañoles desde el primerísimo día de su Gloriosa Sublevación nacional y católica? Mójese y no censure, señor Merino.

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