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1968. El Generalísimo Franco presencia en Tuy el espectáculo “Eterno Tuy” con motivo de su visita a la ciudad fronteriza española.

 

En la tarde del jueves 22 de agosto de 1968, el Jefe del Estado, Generalísimo Franco, inauguraba en Tuy, el Parador Nacional de turismo “San Telmo”, que hacía el número setenta y siete de la red de alojamientos turísticos del Estado y era el noveno que se abría en Galicia.

Alrededor de las seis y media de la tarde, el Yate Azor, donde viajaba, embarcado junto a su esposa Carmen Polo, el Jefe del Estado, escoltado por la Fragata de la Armada “Hernán Cortés”, llegaba a Bayona la Real. Una vez en tierra, el  Caudillo y su sequito de acompañantes  emprendieron viaje por carretera hacia Tuy, a donde llegaron a las siete de la tarde.

Ante la Catedral, el Jefe del Estado, que vestía de paisano y se tocaba con gorra náutica,  entres las ovaciones y vítores de los vecinos, que se agolpaban en las inmediaciones de la misma, descendió del automóvil y tras saludar al Obispo de Tuy-Vigo, Fray José López Ortiz y alcalde de Tuy con su corporación municipal, penetró en ella, dirigiéndose al altar mayor, situándose en un reclinatorio, donde escuchó el rezo de la Salve por parte del Obispo.  

A continuación visitó las obras de restauración que en el pórtico y claustro llevaba a cabo  la Dirección General de Arquitectura. La obra se encontraba  muy avanzada y comprendía también la consolidación de la fachada principal,  así como la capilla de Santa Catalina de la Catedral y la nueva ordenación y pavimentación de la plaza de San Fernando y del consistorio tudense. El presupuesto de las obras sobrepasaba  los once millones de pesetas.

Terminada su visita a las obras, en la que fue acompañado por su esposa, Carmen Polo de Franco, Obispo de Tuy, alcalde de la ciudad y por el director general de Arquitectura, Economía y Técnica de la Construcción,  Miguel Ángel García Lomas, el Jefe del Estado subió nuevamente al coche y se dirigió hacia el Parador Nacional de “San Telmo”, cruzando el centro de Tuy, completamente abarrotado de vecinos que aplaudieron de forma incesante al Caudillo. Las fachadas y balcones de las casas se encontraban engalanados con banderas Nacionales y gallardetes.

1968. El Caudillo de España en la catedral de Tuy

 

A las ocho menos cuarto, el Jefe del Estado llegó al Parador Nacional, donde fue recibido por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne; Capitán General de la Octava Región Militar, Teniente General Angosto y Gómez-Castrillón; Gobernador Civil de Pontevedra y otras autoridades civiles y militares, en compañía de las cuales pasó al interior del parador, donde el obispo de la diócesis, Fray José López Ortiz, procedió a la bendición de las instalaciones. Seguidamente, el Caudillo y su esposa tomaron asiento y a su lado se situaron los ministros de Gobernación, Camilo Alonso Vega, y de Marina, Pedro Nieto Antúnez.

El ministro de información y Turismo, señor Fraga Iribarne pronunció el siguiente discurso: “Los paradores Nacionales son un franco gesto de amistad, una mano tendida al visitante extranjero, un puente hacia la colaboración y la comprensión entre los pueblos. El nuevo parador de «San Telmo» por su situación y sus características, es propicio para el cumplimiento de esta misión.» “Aquí en Tuy en esta vieja ciudad que vive bajo el patronato de San Telmo, donde se guarda el corpo santo de esa extraordinaria figura del medioevo cristiano que vivió por los años de 1171 a 1246. De ahí su nombre.”

«Este parador — viene a resolver los problemas de este paso fronterizo de primer orden, hacia el vecino Portugal, a la vez que permite a los visitantes de esta monumental ciudad tener un alojamiento decoroso. Su ubicación entre las dos ciudades que ayer se miraron guerreras y hoy se contemplan unidas sobre el Miño que las hermana, se enriquece con el noble estilo de la arquitectura tradicional de los pazos gallegos.»

“En las actuales circunstancias mundiales, en las que tanto se habla de relaciones entre los pueblos y al mismo tiempo las naciones se ven sometidas a tensiones desgarradoras, el ejemplo de Portugal y España es aleccionador, ya que están dando nueva vida a su tradicional fraternidad, conduciéndola por caminos de eficaz y ejemplar colaboración”. “Este parador que ahora inauguramos, situado sobre las aguas de un río que compartimos ambos pueblos, es un símbolo de la amistad que España ofrece a los viajeros portugueses y es al mismo tiempo, una esperanza. Esperanza en las enormes posibilidades que en el campo turístico tienen nuestros dos países, posibilidades que, en la medida de lo posible, debemos desarrollar conjuntamente; y esperanza también porque, enclavado en una zona fronteriza, puede llegar a constituir un indudable punto de apoyo para el desenvolvimiento turístico de la región, tanto a un lado como al otro de la línea divisoria.”

1968. El Caudillo de España, Francisco Franco y sus esposa, escuchan la intervención del ministro de Información y Turismo, con motivo de la inauguración del Parador Nacional de Turismo de Tuy

 

 “El turismo es un fenómeno socio-económico multifacético que entraña una multitud de manifestaciones de todo tipo, mercantiles, culturales y humanas, que ocupan un lugar importantísimo en la valoración de las relaciones entre los más diversos países. En el caso de España y Portugal los intercambios turísticos existentes vienen a subrayar, una vez más, la estrecha analogía cultural, humana, geográfica, de costumbre y de lengua que nos une desde hace siglos. De la intensidad de este tráfico entre ambos países da idea la cifra de 1.275.212 visitantes portugueses recibidos en España el pasado año.”

“En 1967 nos visitaron 17.858.555 turistas extranjeros, lo que representó un aumento del 3,52 por ciento sobre los entrados en 1966. Los mismos nos proporcionaron 1.200 millones de dólares, que significaron un valioso ingreso en divisas, hecho que nos estimula a dotar y atender como se merecen nuestras instalaciones turísticas”.

“Con las medidas encaminadas a la paridad de la peseta con el dólar se creó una baja relativa en los precios turísticos españoles por lo que es presumible que en el año presente la corriente turística hacia nuestro país aumente considerablemente, y esto no sólo por la estabilidad de los precios turísticos sino también por nuestra decidida confianza en el cumplimiento, de los países occidentales de ese principio de la libertad individual para viajar, que no puede ser anulado o menoscabado en la práctica, sin detrimento del principio general de la libertad y de las libertades individuales en particular. Este año de 1968 es, por tanto, una buena plataforma para continuar el ritmo turístico progresivo, cuyos beneficios sobre la vida nacional pueden computarse con el máximo sentido positivo”.

«Esta instalación que hoy inauguramos”—siguió diciendo el ministro Fraga Iribarne— “contribuye a cumplir otras finalidades, la más importante de las cuales es la de constituir un eje o punto de apoyo para el desenvolvimiento turístico de esta zona de Galicia y también de las tierras portuguesas colindantes.”

“En efecto”—agregó Fraga— “Galicia es una región que aún no ha desarrollado plenamente sus grandes posibilidades en este aspecto, es necesario promoverla como foco de atracción turística en la alta medida que puede alcanzar. Esta es la labor de los paradores nacionales, y varias  razones lo aconsejan así: cubrir huecos en donde la afluencia turística es masiva y desborda a la capacidad hotelera privada; promocionar las zonas insuficientemente desarrolladas, y por último el merecido prestigio que en nuestro país y fuera de nuestras fronteras han alcanzado estos establecimientos turísticos del Estado.”

“De esta forma la Administración pública no sólo prestigia al país, sino que, además, señala un camino a la industria hotelera privada, sin sustituirla y sin plantearle una inadecuada competencia.”

Terminó diciendo el señor Fraga Iribarne que ese parador de “San Telmo” que acababa de inaugurar el Jefe del Estado,  estaba dotado del equipo más moderno y que reunía los méritos sobrados para que se pudiese esperar de él un cumplimiento ejemplar en las finalidades para las que había sido creado.

Tras las palabras del ministro de Información, el Jefe del Estado recorrió las instalaciones del nuevo parador, que constaba de dieciséis habitaciones dobles y un comedor con 88 plazas. El coste de las obras se había elevado a más de 24 millones de pesetas. Al término de la visita, el Jefe del Estado, su esposa, ministros, personalidades e invitados al acto, pasaron al comedor donde se sirvió una cena fría.

Al término de la misma, se representó el espectáculo “Eterno Tuy”, que fue retransmitido en directo por las dos  cadenas de Televisión Española. El espectáculo, giraba en torno a una serie de escenas en que se narraban los hechos más sobresalientes de la historia de Tuy. Desde la fundación de la ciudad por los griegos hasta la invasión napoleónica, con personajes como  Witiza, Don García, Pedro Madruga, Doña Urraca y el Abad del Couto, que desfilaron por la escena enlazados por las palabras del relator. Interpretaron los principales papeles: José Luis Lestes, Nicolás Dueñas, Fernando Cebrián, Paloma Pagés, Mercedes Borque, Jacinto Martin y el cuadro de actores de Televisión Española. La realización de la retrasmisión televisiva fue llevaba a cabo por Eugenio García Toledano.

Finalizada la representación, y después de despedirse de las personalidades que allí se encontraban, el Caudillo abandonó el parador Nacional de Tuy, entre las aclamaciones de centenares  personas se encontraban congregadas en los alrededores del parador y que tributaron al Caudillo de España y esposa, una cariñosa despedida.

Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.

 
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Aliena

Creo que jamás he visto un espectáculo como debió de ser ese «Eterno Tuy»… sin duda una maravilla.

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