28/09/2024 23:24
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Probablemente el termómetro sea uno de los utensilios más usados universalmente desde que apareció,  gracias a Galileo Galilei,  pero sobre todo desde que Sartorio Sartorio le dio forma a principios del siglo XVII. Su utilidad nadie lo pone en duda.

A mi entender,  Gibraltar es el termómetro que permite medir el amor a su patria, España, de las distintas generaciones de compatriotas. Y eso por una razón muy sencilla, por ser el puñal que la pérfida Albión, –como fiel servidora de la Sinagoga de Satanás–, nos clavó  en la región más hispana de la península ibérica, y la reacción del pueblo, mide el interés de los españoles en la defensa de sus derechos y libertades.

He tenido la suerte la reacción  indignada de la generación que salvó a España de convertirse en el primer satélite de la URSS –de la Rusia de Stalin—ante la ignominia de esa “colonia británica”. E igualmente  me toca vivir la desgracia de ser testigo en los últimos cuarenta y cuatro años de la traición de todos los gobiernos de la Democracia a su Libertad e Independencia  –desde el primero al último, desde Suarez al embustero que habita hoy en la Moncloa –.

Cuando el Caudillo decía  aquello de que “Gibraltar caerá como fruta madura” yo siempre reaccionaba indignado porque veía claro que: ¡No será así! Y n o entendía que Franco no lo viera.

¿Por qué? Sencillamente porque quien impide que España recupere su territorio, no es propiamente el rey Carlos III ni el Gobierno inglés, sino la Sinagoga de Satanás, o sea, el sionismo globalizador, el Poder Supremo “sin rostro”. Lo era entonces y los  sigue siendo ahora.

Ya sé que mi lenguaje es “chino” –o más ininteligible aun— para la mayoría de los lectores, pero queda escrito y sé que el tiempo convencerá a los españoles de que la realidad es tal como la cuento.

No voy a cambiar mi estilo y privarme de llamar las cosas por su nombre porque no se ajuste al sentir de los demás (todos más inteligentes…) Si algo sé de ciencia práctica es conocer por el estudio y la vida misma, que los problemas no se resuelven hasta que no se los entiende, tras desentrañarlos. Cuando no se logra esto, todos los pasos que se dan son absolutamente inútiles porque alejan  de la solución. (Es el caso la política en España –y de sus “analistas”– no solo en el tema de Gibraltar…)

Ciertamente la flota inglesa n apoyando al archiduque en nuestra guerra de sucesión se adueñaron de Gibraltar el l4 de agosto de 1704  –hace 318 años—  pero desde entonces han ocurrido muchas cosas. Y la más importante es esta: Las decisiones sobre el Peñón las toma la Sinagoga de Satanás y ha elegido  este trozo de España como “puñal para vengarse de nuestra Patria” y no piensa desclavárselo mientras exista como nación donde predominen una serie de “reflejos” de sus tiempos de nación católica por antonomasia. Son  esas “reacciones saludables” que hacen de España algo diferente del resto. No nos damos cuenta porque lo vivimos con la mayor naturalidad, pero son evidentes cuando has vivido en el extranjero. (Sí, “¡España es  diferente!”) Esas “sanas reliquias” del pasado son las que la Sinagoga que nos gobierna está eliminando a marchas forzadas y no se detendrá  hasta conseguir “igualar a España” con el resto del mundo,  es decir hasta borrar todo resquicio del Reinado de Cristo en la Sociedad.

A propósito de la observación anterior me decía un ejercitante francés en Caussade… “Te quejas de que tu Patria ha dejado de ser católica pero no ves que  la atmósfera   que os envuelve, “aún sigue siendo católica… ¡bien  diferente de la europea! «Desgraciadamente esta diferencia se va borrando a  velocidad de F- 1,  sobre todo desde hace cuatro años.

Completado mi pensamiento con estas últimas consideraciones,  continuemos con Gibraltar.

Es una pena que ese termómetro marque la realidad de la falta de “sentir la Patria” de las actuales generaciones. Hemos pasado de una generación que acudió a dar su vida para salvarla,  a las actuales que la están dejando asesinar impunemente y sin mostrar ningún síntoma de reacción popular. Ese termómetro marca “cero” en la valoración de la gloria y honra de ser español. Estoy convencido de que a una gran parte de mis compatriotas les tiene sin cuidado que España desaparezca, como continuadora de las gestas de sus antepasados.

¿Pruebas? A porrillo. Todas las que quieran.

¿Ha pasado algo cuando en Cataluña eliminaron el español como idioma de la región? ¡No!,  hoy el pueblo no siente su españolidad.

¿O cuando se ríen de nosotros en Bruselas;  o el Gobierno belga nos toma por el pito del sereno haciendo caso omiso de las sentencias de los Tribunales de Justicia españoles y protege a Puigdemon?…

Los ministros de relaciones exteriores del Régimen del 18 de julio  iban ganando la batalla a Inglaterra,  incluso en la ONU; los de la Democracia se han limitado a seguir las consignas recibidas de la Sinagoga satánica,  igual que Inglaterra.

LEER MÁS:  1946. La enorme manifestación de la Plaza de Oriente del 9 de Diciembre. Por Carlos Fernández Barallobre

Nuestro ingreso en la UE debería habernos servido para obligar al Reino Unido a devolver el Peñón,  y lo mismo  el “brexit”,  pero — lo repito–  se han plegado a lo ordenado por el Poder Supremo “sin rostro”.

Creo que el tema es trasparente  y permite  ver claramente que nos hallamos ante dos extremos evidentes: Los “amos del mundo”  quieren dejar claro que Gibraltar es “su pezuña” sobre España  como muestra de su dominio absoluto y,  a los españoles, no  nos motiva nada esa humillación a nivel mundial, cuando hasta Hong Kong han devuelto los ingleses a China, además de dar la independencia a todas sus colonias;  pero se han reservado la única que forma parte  de la nación cuyo Imperio no ha tenido parangón … ¿Es posible mayor desprecio a nuestra Patria?

No cabe la menor duda sobre la realidad de Gibraltar como termómetro acusador de la ausencia total de sentido patrio,  de amor verdadero a la tierra de nuestros antepasados y a la libertad auténtica de los españoles, —hoy “serviles ciudadanos” de las naciones que,  en su día,  fueron “ovejas de nuestro aprisco”–

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Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
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José Luis Fernández

Las amenazas para España no vienen de Inglaterra sino de «nuestro vecino del Sur». Inglaterra mantiene la soberanía sobre Gibraltar porque ese territorio tiene una gran valor estratégico por estar situado en el Estrecho de Gibraltar. Si la renta per cápita en España fuera el doble de la renta per cápita en Inglaterra la mayoría de los llanitos decidirían por referendum que quieren integrarse en España.

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