21/11/2024 11:47
Getting your Trinity Audio player ready...

Cuando Steegmann escribió en twitter su última chorrada contra los que no se vacunan – putinejos, amigos de China- se desencadenó, por acción-reacción, la última campaña contra el vacunófilo estalinista por parte de los que están hartos de ser estigmatizados por ser libres. Estigmatizados por un tal Steegmann, diputado de VOX por la gracia de Dios, que quiere dirigir sus vidas y sus muertes.

Hartos de insultos. Muchos de ellos del partido en el que el sapientísimo médico milita, o representa, porque la militancia siempre, como el valor en la mili, se le ha supuesto.

Cuando Steegmann llegó a VOX… ¡ay, no! Steegmann nunca llegó a VOX, fue VOX el que llegó a Steegmann.

De pasado comunistoide y sociata, parece ser que tomaba café con Santiago Abascal en el Hospital de la Princesa que quedaba junto a la sede de Diego de León. Eran los tiempos en los que VOX estaba compuesto de una panda de locos utópicos que terminaron convirtiéndose en tontos útiles, a su pesar.

Y a Santiago le gustaba debatir, y convencer. Y convencido de haber convencido a ese exfruto de la izquierda totalitaria, le ofreció un puesto en las listas. No uno cualquiera, no. El número seis en Madrid. Un puesto de diputado seguro.

¿Que si Steegmann era de VOX en ese momento? No. Pero alguien le debió decir aquello de “tienes cara de diputado de VOX”.

Y se pudo cumplir porque VOX creció a costa de la savia que le suministraron en su cambio de estado físico esa panda de locos utópicos al transformarse en tontos útiles. Ya saben, como la madera cuando arde: de sólido a gaseoso y desprendiendo energía. Así VOX pudo premiar a los que nada habían hecho.

Dicen las malas lenguas que Steegmann está pagado por las grandes corporaciones farmacéuticas y que es provacunas por dinero. No, no es cierto, Nuestro antihéroe es provacunas por convicción.

LEER MÁS:  Blas Piñar: "Franco no ha sido solo el Caudillo victorioso de la Cruzada, Franco ha sido y será, un símbolo para los españoles"

Es cierto que ha recibido dinero de diversas empresas farmacéuticas y seguro que ha ido a convenciones y congresos de médicos con los gastos pagados a lugares la mar de interesantes para viajar. Pero no por ser vacunófilo o por defender las vacunas. Es una política habitual de esas corporaciones para ganarse a los que van a recetar sus productos.

Las empresas farmacéuticas realizan las pruebas de sus medicamentos a través y con la ayuda de los médicos. Son, al fin y al cabo, los que tiene los enfermos más a mano y los que por humanidad están deseando poder ofrecer otras alternativas a pacientes con pocas expectativas. Si a eso se une algo de dinero y rellenar el currículum, miel sobre hojuelas.

El procedimiento es el siguiente: el médico fichado por las farmacéuticas ofrece la posibilidad de probar un nuevo medicamento a sus pacientes, a veces como uso compasivo. Los pacientes suelen acceder por motivos obvios. Por la ayuda, la toma de datos, etc, los médicos reciben un pequeño estipendio y aumentan su expediente investigador. Steegmann tiene su currículo lleno de pruebas de laboratorios. El médico se siente gratificado, además, con la ayuda a sus pacientes y porque ha sido útil para el avance de la ciencia. Y su fe en las farmacéuticas como benefactoras de la humanidad se va afianzando.

A veces los llevan a congresos donde se comparten experiencias y se sientes aún más útiles y agradecidos a esas empresas que con pocos beneficios y mucho esfuerzo investigador, van buscando soluciones a nuevas enfermedades… o nuevas soluciones a las de antes cuando pierden las patentes. Hablo, no se me despisten con lo de “los pocos beneficios”, de las farmacéuticas desde el punto de vista de muchos médicos.

El dinero es lo de menos en casos como el de Steegmann. Todos tenemos autoestima. Se nos compra antes y más fácil haciéndonos creer que ayudamos y somos buenos y útiles en vez de recibir un dinero fríamente, que siempre sería poco para comprar nuestra dignidad.

LEER MÁS:  La vista de lince de los de Comunicación. Por Casandra Desencadenada

Nadie, ni nuestro antihéroe, sería capaz de una maldad tal como el ser favorable a las vacunas, e incluso insistir en su imposición, sabiendo que son malas. Simplemente cree que son buenas. Y que los laboratorios y las farmacéuticas también son muy buenos. Y Steegmann se ha puesto las tres dosis. Y la cuarta, en cuanto pueda.

Steegmann no es un malvado. Solo es otro tonto útil, como los que fueron fagocitados para su entronización como diputado de VOX sin mover un bigote por el partido.

El problema es que los tontos útiles cuya energía sirvió para que Steegmann llegara a diputado no son peligrosos. Steegmann, con su nula capacidad crítica con las farmacéuticas y su incapacidad de entender qué es la libertad individual, sí lo es. Es peligroso por su negación del hecho de que las vacunas COVID 19, y otras de nueva factura, nada tienen que ver con las de antaño, y por su ceguera ante los numerosos efectos adversos y secundarios que están sembrando.

Es un inmenso peligro para todos. Para VOX también. Para Vox es un estigma que no parece molestarle ya que, no se desmarca sus intervenciones en redes y tampoco lo desautoriza de alguna forma. Pero ahora lo que importa, por encima de Vox, es una sociedad engañada, esquilmada y masacrada por los tontos útiles de las farmacéuticas.

Steegmann, como le piden en redes, debería dimitir.

 

Autor

Casandra Desencadenada