El País convierte a Directoras de colegio en políticas. Por Álvaro Romero

Periodistas entrenados, manipulados y hasta amenazados para que a través del arte del engaño y la propuesta de falsas soluciones a problemas graves, la sociedad se convierta en servil cliente del que manda y les paga. 

 

Tiempos de Coronavirus, tiempos de censura. Tiempos de Coronavirus, tiempos de campaña electoral. Tiempos de Coronavirus, Tiempos de demagogia.

 

 

Resaltado en medio de un artículo en el que Beatriz Rico, a la que suponemos periodista, derrocha ineptitud por los cuatro costados. Un peliculero artículo, propio de una aguerrida y dura campaña electoral en la que está inmerso el diario en el que esta periodista de tres al cuarto nos deja claro a través de su forma de proceder, sus ideas políticas, las de su Jefa de Redacción y los intereses del medio en el que agrede con su barata literatura. Y lo grave de este asunto, no es conocer el color de la chaqueta a los que estos trabajadores de nuestro gremio rinden sus homenajes matutinos con los que nos encontramos, sino la situación actual, el momento que vive la sociedad y la falta de profesionalidad que demuestran a través de campañas, donde usan a simples trabajadores, en este caso directoras de colegio que forman parte de las listas de afiliados a la causa, para atacar a los organismos oficiales que de aquel o este partido hacen su trabajo lo mejor que saben. Y digo lo mejor que saben, porque creo recordar que en el actual Estado de Alarma, el que debe de salir airoso o perdedor de esta guerra, no es otro que El Gobierno de la Nación, que es lo mismo que decir, Sánchez y sus ministros.

 

 

Los centros educativos y los vecinos, tabla de salvación para miles de familias en situación extrema a quienes no les están llegando los recursos públicos.

 

¿Solidaridad o Propaganda? El País a través del plumilla de turno, nos quiere emocionar explicándonos que los alumnos de los colegios viven en un estado de hambruna generalizada, siendo Nuria la apuesta segura para las familias, ya que comerán gracias a su gestión. El medio socialista, se atreve a culpar de no hacer su trabajo a la supuesta directora de un colegio desfavorecido, dejando patente que mientras los demás profesionales de la educación se ceñían a las ordenes remitidas por la Consejería, dejandose la vida en hacer su trabajo, ella simplemente buscaba comida para salir en los medios. ¡Vergonzoso!

 

La periodista de El País ha sido capaz de poner en peligro el puesto de Nuria, directora de un colegio cualquiera, aunque esté claramente por sus comentarios en la misma línea del Gobierno que permitió más de 100 manifestaciones el día 8 de Marzo.

 

El País y sus artículos son claramente afines a un negligente gobierno y a un partido socialista que tendrá que dar cuenta de su gestión en cualquier momento. Sabiendo esto y teniéndolo de sobra asumido, lo que resulta verdaderamente escandaloso, es que están siendo capaces de aprovechar una crisis que nos dejará decenas de miles de muertos para seguir haciendo afición socialista. Y lo que es todavía más grave, es la manipulación demostrada en el artículo de la inexperta, incoherente y supuesta comunista, redactora de El País, que ha llegado a usar a cargos medios de la administración y funcionarios de carrera para llevar a buen puerto su herejía y propaganda.

 

Por otra parte, hay que dar un tirón de orejas a este anónimo personaje, supuesta directora de un colegio de niños pobres, recordándola que sus cometidos son los que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid tiene estipulados por ley y que la solidaridad y el trabajo particular que hacemos por los demás debería de ser anónimo en el mejor de los casos y nunca se debería de poner a servicio de la oposición, a en este caso el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

 

En definitiva, una mal llamada profesional del periodismo ha usado a dos trabajadores de la Comunidad de Madrid, Nuria e Isabel, para arremeter contra la misma. Los ha engañado hasta el punto de haber hecho uso de documentación gráfica para hacer un artículo propagandístico en contra de la Consejería de Educación, del Gobierno de Madrid y de poner sus colegios a disposición de terceros, cosa que la ley no permite.