22/05/2024 02:40
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Francisco Torres analiza la histórica entrevista en su programa «Historia de Francisco Franco»

-¿Lo sabemos todo?

-Pudo cambiar la Historia la entrevista y por ello es un momento decisivo si Franco acepta la orden de Hitler?

-Sabemos cuàl era el objetivo de Hitler (compromiso y operación Félix), pero a qué fue Hitler a Hendaya?

-Conocía Franco la situación y los planteamientos alemanes? Temía una reacción de Hitler ante una negativa?

-Al principio hablabas de la grabación del encuentro y su importancia, que es lo que ves ahí

-Quiénes estuvieron en las reuniones?

-De qué hablaron Hitler y Franco durante unas dos horas?

-Se dice que ¿si Hitler le hubiera dado a Franco lo que quería habría entrado en la guerra?

-Entonces ¿no hubo acuerdo de ningún tipo?

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Hakenkreuz

Franco estuvo hablándole a Hitler de la precaria situación económica de España, de la necesidad de industria que los alemanes podrían traer a España (p. ej. astilleros militares para buques de superficie de guerra en Cartagena, Ferrol y San Fernando, etc.) las pretensiones territoriales para entrar en guerra (contra los intereses de Francia de Petain en África), necesidades de abastecimiento, etc., pero la clave, después de más de una hora hablando con Hitler medio aburrido, es cuando le hizo saber que España entraría en la guerra con el Eje cuando la Wehrmacht invadiese Inglaterra.

Una vez invadidas las islas británicas, España entraría en la guerra.
Hitler, desconcertado y molesto, por medio del traductor le aseguró que Inglaterra estaba vencida, como despreciando la inteligencia del español, pero Franco insistió que había que invadir Inglaterra para prevenir la entrada crucial de USA en la guerra de su parte, luego le dejó helado al teutón, que pensaba que lo podría manejar como a otros peleles de Europa del Este.

Y, a partir de ahí, inevitablemente, la pelota pasa al tejado de Hitler que desiste ante la insistencia de Franco una y otra vez en invadir Inglaterra, como era lo lógico para todo el que contemplase la situación bélica de ese mes de 1940. Neutralizar a Inglaterra invadiéndola era crucial, obligándola a firmar la capitulación o seguir la guerra desde Canadá.

Incluso Hitler ya tenía planeada la Operación León Marino anunciada por toda Europa, pero catastróficamente para Alemania, no dio la orden de ejecutarla, esperando que Inglaterra firmase la paz, habiendo perdido una oportunidad preciosa de destruir y capturar a los ingleses meses antes en Dunkerke.

Para Hitler, Gibraltar no era tan importante como Malta, por ejemplo, desde donde tanto daño se hizo al Afika Korps por parte de la Royal Navy y la RAF sobre la Regia Marina que lo abastecía. Pero por octubre de 1940 ya había dado orden de iniciar el despliegue de divisiones en Prusia y Polonia para invadir la URSS y trataba de ocultárselo a Stalin, considerando África como un frente secundario al que solo se había acudido para ayudar a Italia.

Franco fue muy astuto al exigir la invasión de Inglaterra, especialmente cuando aún no había acabado la Batalla de Inglaterra, para que España entrase en la guerra. Además, si Inglaterra estaba vencida, lo lógico era invadirla. Recordarle esto a Hitler, le debió incomodar en grado sumo, de ahí los malos modos entre unos y otros. Y así se lo hizo ver al Führer. Ante esa exigencia, lógica por otra parte, Hitler no pudo presionar más que para tomar Gibraltar cruzando España con unidades mínimas de asalto, aunque ni muchísimo menos poniendo 215 divisiones tras los Pirineos, eso es pura propaganda para desviar la atención de Stalin. A eso también respondió la tan anunciada visita de Serrano Súñer a Alemania en los meses inmediatos, con intervención pública de amistad entre las dos naciones, tan anunciada en el Deutsche Wochenschau para conocimiento del mundo entero. Las divisiones alemanes se estaban concentrando en el Este, generando las preguntas molestas de Molotov en Berlín aquel mismo mes de octubre de 1940. Alemania inició Barbarrosa con poco más de 220 divisiones, y en Gibraltar no hay espacio ni para un regimiento motorizado.

Que Serrano Suñer, que jamás acudió al frente y huyó a la zona nacional en plena Cruzada, según algunos, gracias a amigos y vestido de mujer, estuvo muy amenazado por los rojos en la democracia actual antes de morir por haber sido el cuñado de Franco y constructor inicial de su Régimen, con la lógica preocupación por sus parientes, pudo haberlo llevado a decir a modo de «justificación» que gracias a él y su habilidad diplomática, 215 divisiones alemanas no invadieron España y que Hitler, que había estado en el frente occidental durante toda la I Guerra Mundial, herido dos veces y condecorado con la cruz de hierro, decoraba Berschtegaden como una solterona. Pero todo eso de Serrano Suñer no tiene ningún valor histórico a efectos de la posible participación o no de España en la guerra del lado del Eje. Serrano hizo de comparsa propagandística para no alarmar a la URSS.

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