21/11/2024 17:43
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18 de julio en Valladolid. Ya de noche el Ejército se subleva, el General Saliquet asume el mando.
La Falange de Valladolid está preparada, a pesar de que su Jefe Onésimo Redondo se encuentra preso en la cárcel de Ávila junto con más de 30 camaradas, también la cárcel de Valladolid está llena de presos falangistas, casualmente allí se encuentra José Antonio Girón, que junto con Luís González Vicen y bajo el mando directo de Anselmo de la Iglesia, forman la Jefatura de las milicias vallisoletanas.
La dirección militar, como primera medida, decide formar una columna para tomar el Alto del León, puerto en la sierra de Guadarrama, que abre el camino hacia Madrid.
De inmediato parte una avanzada de falangistas en dirección a Ávila para liberar a Onésimo Redondo. También se libera a José Antonio Girón, al que Anselmo de la Iglesia le encarga que forme una primera Centuria con todos los camaradas disponibles para que se una a la columna del Coronel Serrador que va a atacar e intentar tomar el Alto del León.
Al poco tiempo Girón ha conseguido movilizar a unos 80 falangistas, y sin darse cuenta acaba de formar la primera Centuria de la Falange de Valladolid, que más tarde engendraría a la Primera Bandera de Falange de Castilla.
«LOS MUCHACHOS DE CASTILLA DEJARON LA MIES DORADA Y POR LOS CAMINOS BLANCOS SE FUERON A LA MONTAÑA, CAMISAS COLOR DE CIELO, BAYONETAS COLOR DE PLATA Y EN EL PECHO CINCO FLECHAS DEL COLOR DE LA ALBORADA.»
Unos mil hombres se dirigen en todo tipo de vehículos y camiones hacia la Sierra de Guadarrama, paran en El Espinar y allí el famoso tenor Fleta, nuevo falangista de aluvión, ameniza a los voluntarios cantándoles unas coplas, pero eso sí, no coge un fusil para unirse al combate y se vuelve a su chalet de vacaciones.
A media mañana del 21 de julio la columna llega a las estribaciones de la sierra y se inicia el despliegue para el ataque, a la derecha inicia la subida la Centuria de Girón al mando del Capitán falangista Gonzalo Ortiz, (íntimo amigo de Onésimo) que obligatoriamente asume el mando militar de la tropa falangista.
Los camisas azules avanzan entre los pinos, el enemigo percatado de la importancia del puerto se encuentra bien parapetado en posiciones dominantes muy ventajosas, hay multitud de milicianos rojos y tres compañías del Regimiento de Ferrocarriles de Leganés.
Poco antes de que caiga la noche las fuerzas asaltantes toman el Puerto del León, los gritos de «Arriba y Viva España» atronan la sierra, se ha producido más del 10% de bajas. La Centuria falangista ha quedado más que diezmada, pues fueron de los primeros en pisar la plazoleta del Alto del León, donde se produjeron los combates más encarnizados.
«EMPEZARON A SUBIR Y A CAER EN LA DEMANDA, MAS CRUZAN ENTRE LOS MONTES SONRIENDO ENTRE LAS BALAS, TODA LA CUESTA ESTÁ ROJA DE SANGRE Y DE FLECHAS SANTAS, PERO CONQUISTÓ LA CUMBRE LA BANDERA ROJA Y NEGRA.»
Conquistado y dominado totalmente el Alto del León, el día 23 de julio a la Centuria falangista se la despliega en el sector izquierdo de la línea defensiva.
Las fuerzas rojas han asesinado a su propio Jefe el Coronel Castillo, por entender que era un fascista camuflado.
Las fuerzas atacantes ya no se componen mayoritariamente de milicianos, han entrado en combate unidades del Ejército, de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto, con un grupo de Autoametralladoras de Aranjuez y dos baterías de artillería, la aviación enemiga desde el día 22 ataca con dos escuadrillas de Breguet y tres escuadrillas de cazas Nieuport.
De madrugada llegan de Valladolid otras dos Centurias de falangistas al mando del Capitán Martín Duque y como Jefes naturales traen a Luís González Vicen como Jefe directo de toda la fuerza y a Clarencio Sanz y Mariano Greciet como Jefes respectivos de ambas Centurias. Ya al poco de llegar a San Rafael son atacadas por la aviación roja y les producen algunas bajas, a media tarde inician la marcha a pie hacia el Alto del León sufriendo también nuevas bajas por el bombardeo de la aviación. Cuando por fin logran llegar, las dos Centurias son desplegadas en el sector derecho de la defensa en la despues denominada «Loma de Falange».
Las fuerzas nacionales mantienen intactas sus posiciones sin retroceder ni una sola pulgada, rechazando todos los ataques del enemigo.
El día 24 de julio, Girón solicita que se pongan bajo su mando las dos Centurias nuevas que han llegado de Valladolid, pues su Primera Centuria ha tenido muchísimas bajas, no se acepta totalmente su petición pues tienen que cubrir mucho frente, aunque sí se admite que dos falanges de las nuevas se agreguen al sector de Girón, y la otra Centuria y dos falanges de la tercera, se despliegan en el sector derecho en la cota 1645, que pronto se llamaría del «Copo».
Antes del amanecer, una fuerza enemiga al mando del comunista Lister sorprende a una de las falanges recién llegadas, mueren 38 falangistas y un Guardia Civil, entre ellos el Jefe de la Falange César Sanz y Eusebio Lobo de solo 15 años, la Falange estaba compuesta en su mayoría por chavales del SEU casi todos menores de 18 años que habían aprendido el manejo de sus fusiles en el camino al puerto.
De otra loma próxima, acuden en auxilio dos falanges al mando de Luís González Vicen, en el ataque cae muerto el Jefe de una de las Centurias Clarencio Sanz y Carlos Salamanca, Jefe de una falange. Al final recuperan la loma que ya para siempre se llamará la loma «del Copo».
Girón y sus camaradas que se encuentran muy lejos del combate reprimen sus gritos y las lágrimas, no pueden acudir a auxiliar a los camaradas recién llegados, pero no importa, siguen en sus puestos de lucha.
Todo se agrava, acaba de llegar la noticia de la muerte en Labajos de Onésimo Redondo, el Capitán de la Falange Castellana que acudía a incorporarse al Alto del León.
Esa noche las estrofas del» Cara al Sol» restañaron como látigos entre los pinares de la Sierra de Guadarrama.
El día 25 de julio llegan algunos refuerzos de Valladolid para cubrir bajas.
Las dos nuevas Centurias, que llegaron de Falange y que casi han sido destrozadas en el combate, son enviadas a San Rafael para reorganizarse y al propio tiempo vigilar la retaguardia del puerto en previsión de que se aproximen por la espalda las columnas enemigas infiltradas, las mismas que han acabado con la vida de Onésimo Redondo.
Y así sucedió, el Coronel Mangada ha tomado el pueblo de El Espinar, aunque la proeza no le dura muchas horas, ya que las fuerzas de Falange que estaban prestas han recuperado la población, Girón ha contraatacado al mando de sus muchachos en un asalto frontal por el eje de la carretera mientras la otra Centuria mandada por Cándido Saez envolvía el pueblo por el cementerio, los rojos han sufrido muchas bajas, las fuerzas azules han tenido tres muertos y varios heridos.
Por la noche, en el sector derecho siguen combatiendo en la Loma del Copo dos falanges de chavales del SEU de Valladolid al mando del Capitán Martín Duque, en el sector centro también están desplegadas otras fuerzas de Falange al mando del Capitán Gonzalo Ortiz y del Jefe de milicias Luis González Vicen.
Girón dejó el sector izquierdo para recomponer su Centuria en San Rafael y no ha parado de combatir.
El día 26 de julio por primera vez en el mando nacional temen que se pueda perder el Alto del León, ya que los enemigos no paran de recibir refuerzos y a las fuerzas nacionales solo les llegan a cuentagotas, la mayoría de la oficialidad ha caído, en lo que respecta a las fuerzas de Falange han causado baja más del 50%.
Por la carretera de Villalba sube hacia el puerto un convoy de carros blindados, la aviación enemiga intensifica su ataque y los cañones del 75, 105 y 155 no paran de lanzar sus obuses.
Por la noche llega el General Ponte, para asumir el mando de la fuerza ya que el Coronel Serrador está herido, pronto Ponte también resultará casi fuera de combate.
Las fuerzas enemigas atacan con una ferocidad increíble y consiguen llegar a pocos metros de donde se halla el monumento del León.
«MADRECITA, MADRECITA YA NO LLORES, QUE EN EL ALTO DEL LEÓN LLORARÍAN LOS LEONES, LOS LEONES DE CASTILLA, MADRECITA YA NO LLORES, QUE ES EL ALTO DEL LEÓN EL ALTO DE LOS LEONES»
Es ahí donde las fuerzas de Falange acarician la gloria pues consiguen rechazar al enemigo en la misma explanada del puerto, las bajas son incontables, los gritos de «Arriba España» también, caen heridos varios mandos falangistas pero se consigue rechazar el ataque.
De los cerca de mil hombres que tomaron el Alto del León ya han tenido más de 413 bajas, de ellas 53 oficiales y mandos de Falange.
El 27 de julio se lucha duramente en la «Loma de la Falange», y tras bravo combate se recupera la misma y desde allí se domina el sanatorio de El Lago.
Ya empiezan a llegar refuerzos en forma considerable, pero realmente el ataque principal más encarnizado y peligroso ya ha pasado.
A pesar de ello, las fuerzas rojas no desisten y siguen intentando conseguir lo inalcanzable, conquistar el Alto del León.
A primeros de agosto también ha llegado como refuerzo un tercio del requeté, así como muchas piezas de artillería, lo que permite incluso atacar la zona roja progresando por la carretera hasta las inmediaciones del pueblo de Guadarrama.
En la zona de El Espinar se siguen produciendo encarnizados combates contra la columna Mangada, allí siguen luchando dos Falanges del SEU de Valladolid.
El 4 de agosto una Centuria de Falange rechaza heroicamente un último ataque de los rojos que huyen en dirección a Peguerinos.
Mientras tanto Girón y Vicen realizan una avanzadilla al sanatorio de Tablada, allí son capturados junto con unos pocos camaradas por un contingente rojo, aunque increíblemente a los pocos minutos los falangistas se hacen dueños de la situación y pasan de estar presos a ser captores del enemigo.
La acción se ha producido en el avance por la carretera hacia Guadarrama al tomar un contingente de 40 falangistas dos casamatas blindadas de los rojos que hacían peligrar el avance, tan bravo ha sido el ataque que sin darse cuenta se infiltración más de lo debido en territorio enemigo.
Las fuerzas rojas conscientes de la imposibilidad de conquistar el Alto del León cesan en sus feroces ataques y a partir de ese momento el frente se estabilizó en la Sierra de Guadarrama casi hasta el final de la guerra.
A José Antonio Girón se le concedió por su valentía y bravura en el combate al mando de parte de las fuerzas falangistas, la Medalla Militar Individual, siendo nombrado en forma provisional Capitán de Infantería.
El puerto del Alto del León, regado generosamente con la sangre de la Falange vallisoletana, pasó coloquialmente a llamarse «Alto de los Leones de Castilla», lo que fue confirmado por orden del 17 de julio de 1939 firmada por el Ministro de la Gobernación Serrano Suñer, orden ministerial que textualmente decía:
«Se dispone que el paraje denominado Alto del León, en términos de El Espinar y Guadarrama, se llame en lo sucesivo Alto de los Leones de Castilla. Con el fin de que se perpetúe el recuerdo del heroísmo derrochado, en los primeros días del alzamiento nacional, en la Sierra de Guadarrama, por los combatientes de Valladolid y de Segovia que con sin igual bravura detuvieron, a costa de su sacrificio fecundo y memorable, el empuje de las fuerzas marxistas».
Por ello, hoy recordamos a todos aquellos bravos muchachos de la Falange castellana, que al mando de Girón, Anselmo de la Iglesia, González Vicen, Greciet y de los Capitanes falangistas Ortiz y Martín Duque, lucharon bravamente en el Alto de los Leones, cayendo muchos de ellos para perpetuar con su hazaña una de las gestas de la Falange Española.
 
 
(Fotos inéditas del joven José Antonio Girón luciendo en su guerrera militar el distintivo de Capitán, el ángulo de Primera Línea de la Falange y bajo el yugo y las flechas dos luceros plateados de Jefe directo de Milicias, y por supuesto, bajo su guerrera la camisa azul de la Falange y de Luís González Vicen en cuya camisa azul prenden las recompensas conseguidas en la Guerra y su medalla de la Vieja Guardia de Falange, ambas del Archivo de los Guardianes de la Memoria Azul).

Autor

REDACCIÓN