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Ya en el texto alternativo TodoX-57 se recordaba el gran acto en el Madison Square Garden de New York el 20 de febrero de 1939 de la Organización Germano-Americana (German-American Bund), hoy ignorado y ocultado.

Más aun lo está el mayor meeting NS histórico fuera de Alemania, en Argentina en 1938.

La impactante celebración nazi en el Luna Park: cuando miles de argentinos usaron esvásticas y vivaron a Hitler para festejar la anexión de Austria al Reich, una multitud se congregó en el tradicional estadio de Buenos Aires.

Este fue el acto nazi más multitudinario fuera de Alemania del que la historia tenga registro

Llamarlo solamente «el Palacio de los Deportes» es bajarle el precio. Es que en esas instalaciones tuvieron lugar grandes hitos del siglo XX para la Argentina: desde el último adiós a Carlos Gardel, hasta el posible primer «flechazo» entre Juan Domingo Perón y Eva Duarte, pasando, obviamente por los eventos deportivos, sociales y culturales más importantes.

Quizá por el momento en el que ocurrió y lo impactantes que resultan las imágenes vistas tantos años después, uno de los eventos más desconcertantes que se llevó a cabo en el Luna Park el 10 de abril de 1938 fue la celebración multitudinaria del Anschluss.

Para eso, austríacos y alemanes que estuvieran en cualquier parte del mundo mostraron su adhesión participando de una especie de referéndum. Así ocurrió en varios países. Y también en la Argentina, donde, según los diarios de la época, se estima que los primeros días de abril de 1938 se acercaron a las urnas cerca de 25 mil personas que votaron simbólicamente en clubes, escuelas y distintas instituciones alemanas que funcionaban en el país.

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Pese a las protestas de varios sectores políticos, en especial de las agrupaciones judías y algunas estudiantiles que veían en el referéndum local una suerte de invasión a la soberanía nacional, el presidente argentino de entonces, Roberto M. Ortiz, permitió que la votación se llevara adelante.

Y también dio el visto bueno para que el 10 de abril tuviera lugar el corolario de los eventos de aquellos días: la celebración nacionalsocialista del llamado Día de la Unidad Nacional en el Luna Park.

“La cita estaba prevista para las diez de la mañana de ese mismo 10 de abril. Media hora antes, las puertas del Palacio de los Deportes se abrieron para recibir una multitud de alemanes, austríacos y argentinos. Entre doce y veinte mil personas

Se reunió a una multitud mientras otra vitoreaba al líder nazi en el Palacio de los Deportes y repetía el saludo “Heil, Hitler” con los brazos en alto.

“También lanzaban vivas por el ansiado Anschluss y el Gran Reich. La ubicación de los asistentes quedó en manos de otros uniformados con la vestimenta nazi. La juventud fascista argentina, que formaba parte de la Alianza de la Juventud Nacionalista, también fue de la partida y se distinguía por sus camisas grises y cinturones Sam Browne. Las principales autoridades alemanas en el país y los referentes de toda la colectividad dijeron presente. También hubo personalidades de la política local, como el gobernador de Buenos Aires, Manuel Fresco –siempre señalado por sus vínculos NS–, y su ministro, Roberto Noble (N. de la R. se trata del fundador del diario Clarín)”.

“El fondo del interior está cubierto por una enorme tela con letras góticas ‘Ein Volk Ein Reich Ein Führer’”, escribió el cronista y agregó: “No reconocemos al viejo estadio. Ni el mismo Lectoure lo reconocería”.

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Además dentro del Luna Park y en los alrededores se vendían postales, insignias y banderas nazis como souvenirs, tal como ocurre hoy

A lo largo del recinto formaban doble fila en los pasillos los miembros del Partido Nacional-Socialista uniformados y con la cruz esvástica en el brazal, lo mismo que los representantes de la asociación Germano-Austríaca, organizadora de la reunión”, describió La Nación en su edición del lunes 11 de abril de 1938.

También se refirió al tono de agradecimiento de los alemanes con las autoridades argentinas que permitieron que se llevara adelante el acto.

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REDACCIÓN