20/09/2024 07:43
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Después de incontables días parece que somos cada vez más, un poquito más libres en este interminable Estado de Alarma, o de lo que sea. Fase 2 o Fase 3, llegan con la misma ligereza que llega el verano. Los españoles son cada vez más libres.

Pero al español, cada vez se le conoce más, este indómito europeo es ya muy predecible y por eso, jugadas bien las cartas, es hasta manipulable. Porque el actual estado del bienestar, es un arma de doble filo. Ahora que somos más libres, las terrazas están llenas de amigos y familiares que se reencuentran después de meses, las aceras repletas de transeúntes con sus obligatorias mascarillas. También los gimnasios han abierto sus puertas como han podido para aquellos fanáticos del culto al cuerpo que con tanta ansía esperaban poder levantar hierros.

¡Hasta los trabajadores se alegran de poder trabajar! La nueva normalidad se materializa cada semana. Pero el caso de este arresto domiciliario tan reciente ha sido claro: protestas en Núñez de Balboa, protestas frente a la sede del PSOE, protestas en Alcorcón, protestas en Badajoz, protestas en Elche, protestas en Sevilla, protestas de Cayetanos y de no Cayetanos…y así un interminable recorrido de localizaciones a lo largo de todo el solar hispánico.

Cuando además, no éramos tan libres porque no se podían hacer las mismas. Recordemos que no podíamos salir a pasear muy lejos de nuestro domicilio, pero aun así, debido a la imperdonable y canallesca gestión del gobierno, los españoles alzaron la bandera nacional contra él, que con la excusa de la pandemia mundial, nos quitó la libertad. Protestas y acciones en contra el gobierno que iban a más, pero que se han acabado, y es una pena, porque el enchufismo y la corrupción del enemigo no han acabado. Unas protestas sin sigla ni partido, han sido desplazadas por la llegada de la libertad. Somos esclavos de lo que tenemos, o creemos tener.

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Nos han devuelto las cervezas y los gimnasios y parece que ya todo va bien. Pero lo triste es que ahora que si podemos-y debemos- protestar más que nunca, no lo hagamos, ahora que somos más libres.

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REDACCIÓN