22/11/2024 00:24
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Hemos de ser conscientes que el enemigo actual es el poder del dinero y los procesos que apoya, como por ejemplo la globalización o el endeudamiento que anula a los Estados. Este enemigo esencial es apátrida, pero sin duda tiene dos centros actuales esenciales: Israel y USA.
En el caso de USA estamos solo ante un país parasitado, no es USA el problema sino el parásito que lo domina, la finanza y las multinacionales de los medios de información, cine, Tv, internet, etc… que ahora están allí centrados, usando su poder militar y económico como marioneta de sus presiones a los demás países. Parásitos que en realidad no trabajan en favor de USA sino de sus intereses. Israel si es un medio directo de poder de la finanza, no es su ‘cabeza’ sino un refugio y brazo armado.

Ante esta situación actual Europa, si desea liberarse del poder del parásito financiero, sabe que deberá enfrentarse al poder USA manejado por los magnates financieros. Así que solo es pensable (y ya por ahora es muy optimista creer en esa posibilidad) una liberación de Europa con la ayuda de aliados poderosos militarmente, capaces de rechazar las presiones USA-Israel tanto económicas como militares.
Por supuesto otra posibilidad, aún más remota, aunque mucho más agradable, sería que una reacción interna del pueblo americano logarse liberar primero a USA del parásito. Dejemos eso para las utopías.
En Europa es evidente que la única opción es una alianza Euro-Rusa, cuyo poder conjunto militar, tecnológico y económico haría ineficaz cualquier presión USA.
Si además hubiera un eje Ruso-Chino, el conjunto sería totalmente capaz de anular los planes de la finanza y su marioneta USA.

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Ahora bien, todo esto, que no es ningún secreto puesto que muchos pensadores lo han indicado, choca con muchos problemas, pero además tiene un tema que se comenta muy poco y sobre el que no se quiere incidir. Vamos a centrarnos pues en el motivo de muchas reticencias a la alianza con Rusia.

RUSIA O LA URSS

Todos los rusófilos se olvidan que en los antiguos países ‘satélites’ de la URSS hay una reticencia clara hacia Rusia mientras no renuncie a volver a ser la URSS, o sea mientras no denuncie Rusia a la URSS como una tiranía, como algo que no era Rusia, que solo era una marioneta del comunismo soviético, no Rusia.
Cuando en los países bálticos de recuerdan de las Waffen SS o en Polonia se habla de Katyn, cuando en Hungría repugnan de la entrada de los tanques de la URSS, etc. Rusia debería aplaudir, no sentirse culpable sino unirse a esos pueblos que sufrieron, como los rusos, la tiranía soviética durante 50 años.
Pero no es así, Rusia aún no ha logrado desprenderse de la sombra de la URSS, y por ello no solo inspira miedo y repudio, en los países del Este europeos, sino que ni siquiera inspira confianza en los países del Oeste europeo.

CHINA O MAO

Algo similar pasa con China, entre los países de su entorno que sufrieron la brutalidad de Mao.
La India, Taiwán, Corea del Sur… todos ellos atacados por Mao, y luego el recuerdo del Tíbet.
Mientras China siga usando la imagen de Mao en sus billetes de banco, en fotos en sus calles, mientras no logre separar esa China brutal maoísta de la China eterna, sus vecinos no tendrán mucha confianza en ella.
En China el problema no es el Partido Comunista, que total ya no es realmente comunista más que en las formas externas, sino su incapacidad para condenar con fuerza y decisión al maoísmo, reconociendo sus crímenes. No solo eliminando toda alabanza al maoísmo sino condenándolo públicamente.
Los habitantes de Hong Kong no temen a China sino al maoísmo, a volver a soportar revoluciones culturales salvajes, crímenes y torturas.
Una Europa alternativa necesita a Rusia, pero no a la sombra de la URSS.

Autor

REDACCIÓN