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Goldstein es el enemigo ficticio del Partido, o sea del régimen, en la novela de Orwell, 1984. Es una construcción del Partido para canalizar la atención y las energías de protesta de la prole, del pueblo, del proletariado, de la masa, en otra dirección que no sean las fechorías de los jefes. No deben pensar como personas libres que buscan la verdad y el bien para ajustar su vida en consecuencia; no deben ser incómodos para los que el sentido de su vida es ser más que Dios; por todo ello serán dirigidos en círculo estéril, cuya única función será dejar pasar tiempo hasta que desaparezcan definitivamente sin más.

La masa tiene que odiar a Golsdtein, lo cual deben aprender. Para ello servirán los dos minutos de odio (https://www.youtube.com/watch?v=ptSsp_aFsWc) delante de las pantallas en las que recibirán instrucción adecuada.

Hoy esa pantalla muestra a Putin:

Es el enemigo al cual batir, y para ello odiar.

1984 muestra la esencia de ese procedimiento instructor. Pero nosotros estamos sumergidos en otros accidentes con la misma esencia. Veamos algunos ejemplos:

Como defiendas a Putin online en la República Checa, te vas a la cárcel aunque sea un año.

En algunos países occidentales se recomienda no consumir vodka.

En un debate televisivo un australiano de origen ruso es expulsado de plató por defender a Putin.

Atacan a las tiendas de los rusos en algunos países europeos.

Se prohíbe el trabajo a las agencias de noticias RT y Sputnik.

Un profesor en Virginia (EEUU) expulsado de su trabajo por recomendar a sus alumnos leer RT y Sputnik, para tener una mejor visión del conjunto de la situación actual en Ucrania.

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Senador Graham continua llamando a los rusos para que maten a Putin…

Suficiente. Esto se llama rusofobia. Esto se llama lenguaje y la incitación al odio. Esto es un ejercicio dos minutos de odio contra Goldstein-Putin.

[En Facebook se presenta a los rusos como agresivos, tóxicos, violentos… Observa cómo presentan a los chicos buenos]

Esto es lo que era la esencia de la vida en la URSS: sin libertad, sin fe, sin caridad, enseñados a odiar. Le dicen a Putin que es un comunista acérrimo, cuando todos los que promueven arriba señalado hacen revivir la URSS aquí mismo.

Sabemos lo que pasó con la URSS; en palabras de Vladimir Bukovsky, autor y disidente soviético:

“Bruselas intenta absorber Estados-nación, para que dejen de existir. La corrupción se estableció en el sistema soviético, desde arriba hacia abajo, y lo mismo pasa en la UE. La misma corrupción que vivimos en la URSS ha prosperado en la UE. Aquellos que se oponen o la exponen, son silenciados o castigados. Nada ha cambiado. En la URSS teníamos el Gulag. Creo que también tenemos uno en la UE. Un gulag intelectual conocido como lo ‘políticamente correcto’. Cuando alguien intenta opinar sobre temas de raza o género, o si tiene puntos de vistas de aquellos que son aprobados, son entonces desterrados. Este es el comienzo del gulag, el comienzo de la pérdida de la libertad. En la URSS, nos dijeron que necesitábamos un Estado Federal para evitar la guerra; en la UE te dicen exactamente la misma cosa. En resumen, es la misma ideología en ambos casos. La UE es un antiguo modelo soviético presentado con nuevos trajes occidentales. Pero al final, igual que en la URSS, la UE lleva en sí misma la semilla de su propia destrucción. Desafortunadamente, cuando colapse, y va a colapsar, dejará una gran destrucción, y nosotros quedaremos con grandes problemas étnicos y económicos. El antiguo sistema soviético fue incapaz de reformar, igual que la UE.”

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Bukovsky no deja de proponer la alternativa:

“Pero hay una alternativa a ser gobernados por esas dos docenas de oficiales auto-nombrados en Bruselas, se llama independencia. No tienen por qué aceptar lo que ellos han planeado para ustedes. Después de todo, nadie les ha preguntado si quieren ser parte de esto. Yo he vivido en su futuro, y no funcionó.”

Yo sé cuál es la alternativa. Y si esa alternativa se acepta y vive por mayor número de personas posible, podríamos ver la luz en este túnel. Es el Decálogo y el Evangelio. Con estos, también en su tiempo España fue Grande.

Pero hoy en día pido una condición casi que previa, sin la cual es imposible lo otro: pensar.

Autor

REDACCIÓN