15/05/2024 11:50

Gabriel Tortella, prestigioso historiador y catedrático de Historia de la Economía, ha publicado, en El Mundo, un artículo titulado ¿Por qué fracasó el comunismo? En él, tras decir que esa pregunta me ha estado rondando la cabeza un buen número de años, señala que: No quiero pecar de presuntuoso, pero creo que muchas lecturas y lucubraciones me han permitido ofrecer una respuesta que se me antoja satisfactoria al problema de cómo una ideología, en principio humanitaria, produjo unos regímenes tiránicos, ineficientes y frustrados. Resumiendo, en una sola frase, yo diría que el ansia desbocada de poder del líder comunista ruso, universalmente conocido como Lenin, le movió a dar un golpe de Estado totalmente a destiempo en el otoño de 1917 y a crear un gobierno improvisado, sin más objetivo concreto que hacerse con el poder y mantenerse en él a toda costa”

Me parece increíble que un prestigioso intelectual a fines de 2023, casi dos siglos después de la publicación de El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, pueda dar una respuesta tan ambigua y desacertada. Empieza tildando la ideología marxista de humanitaria, cosa muy poco coherente con la crítica de Marx a Feuerbach porque éste, que era ateo, en su libro “La esencia del cristianismo” utilizó 493 veces la palabra “amor” como fuerza clave para cambiar el mundo. Ante ello Marx, en su “Tesis sobre Feuerbach” le replicó que la modificación de las circunstancias y de la actividad humana solo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria. Y añadía: (Feuerbach) no comprende la importancia de la actuación revolucionaria. En pocas palabras que lo del amor eran bobadas y que el camino era la revolución, violenta por supuesto, pues como decía El Manifiesto Comunista Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente

Insiste Tortella en su análisis sobre el comunismo, preguntándose cómo una doctrina o escuela preocupada por el destino de los «pobres de la tierra», para los que buscaba una solución igualitaria, pudo materializarse en Rusia en una dictadura opresiva, en un Estado policía que trataba a los ciudadanos como súbditos y que en muchas ocasiones hizo añorar la autocracia de los zares. De nuevo cabe aquí señalar que Tortella olvida la dictadura del proletariado que propugnó Marx y que fue asumida por Lenin, tanto así que este llegó a decir que se equivocaban quienes creían que la lucha de clases era la esencia del marxismo cuando en realidad Marxista solo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado.

Otro enorme error, absurdo en un catedrático de Historia de la Economía, es el contentarse con señalar que el plan económico de Lenin “era abolir la economía de mercado y poner todas las empresas a las órdenes del Estado”, dando a entender que el comunismo económicamente falló porque siguió las órdenes de Lenin. Esta Ud. completamente equivocado. La raíz del comunismo no es Lenin sino Marx. Lenin lo que hizo no fue otra cosa que aplicar el pensamiento de Marx, que consideraba la propiedad privada de los medios de producción como la causa última de todos los males y conflictos de la sociedad humana. Pero, hombre, señor Tortella, Marx lo decía con total claridad los comunistas pueden resumir su teoría en esa fórmula: abolición de la propiedad privada y, con su tocho de un millón de palabras, un 25% más que toda la Biblia junta, pretendió demostrar científicamente que eso era cierto. A estas alturas del siglo XXI todo estudiante de Economía debería saber que incluso la China Comunista, aun sin reconocerlo, ha tirado a la basura EL Capital de Marx y que su riqueza económica se basa esencialmente en su retorno a la economía de mercado y a la propiedad e iniciativa privadas.

No voy a hacer a Tortella un juicio de intenciones y decir que con su artículo pretende lavar la cara al comunismo, pero sólo me queda, como alternativa, el atribuir sus frases al desconocimiento y a la ignorancia de la doctrina marxista, a pesar de que señala que sus conclusiones son el resultado de muchas lecturas y elucubraciones.

En suma, la respuesta a la pregunta de Tortella ¿Por qué fracasó el comunismo? es muy sencilla. El comunismo fracasó primero, porque se basó y se basa en una ideología económicamente falsa. Segundo, porque su interpretación de la historia, como mero resultado de la evolución producida por la lucha de clases, no se sostiene y menos aun cuando vaticina un paraíso comunista al que se llegará tras eliminar la propiedad privada. Tercero, porque su creencia en una dialéctica de lucha constante, sin dejar lugar alguno para el acuerdo pacífico, no encaja con la realidad social, y además desemboca en regímenes de terror y opresión, en las dictaduras del proletariado. Cuarto, porque el ser humano no es mera materia determinada por el entorno social, sino que tiene un espíritu que, aunque influido por el entorno, tiene libertad para pensar y optar por un camino u otro y para llegar algún día a construir un mundo fraternal.

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Como es obvio, en aras de esa libertad, que espero Tortella comparta, le replico en mi artículo, a la vez que, para quien lo desee, dejo mis ideas abiertas a la crítica. He tenido el honor de publicar, en 2021, “Historia del Comunismo, de Marx a Gorbachov el camino rojo del Marxismo”. En él, en sus 544 páginas, he intentado desvelar, con detalle y sencillez, esa lacra intelectual que aún sigue muy viva y que consiste en desconocer, o tener reparos en denunciar, que el Marxismo es una ideología criminal y que el Comunismo es su mera plasmación política.

Con firmeza y argumentos sostengo que uno de los pies de barro de la democracia, tanto para la izquierda como la derecha, es no haberse dado cuenta de que a estas alturas ningún intelectual que se pretenda demócrata puede callar ante el carácter falso, mentiroso y criminal del pensamiento marxista y del comunismo que es el régimen de terror en que se manifiesta.

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José Luis Fernández

La clave del fracaso del comunismo para mantener una economía floreciente es que al prohibir la iniciativa privada una gran parte de los ciudadanos dejan de tener interés por esforzarse en sus trabajos y, además, el sistema económico es dirigido por unos burócratas, miembros del partido comunista, que suelen ser incompetentes y/o corruptos.

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